Inicio Suplementos Entre Perros y Gatos De Abbey Road a la calle Mendoza

De Abbey Road a la calle Mendoza

0
De Abbey Road a la calle Mendoza

Una imagen ya quedó para la posteridad, por todo lo que significó la de esos cuatro

fantásticos de la música. Y la otra imagen quedará en la historia de este suple a partir de hoy.

La foto fue obra de Fermín Giraudo, quien la sacó pasando las vías del tren, por calle Mendoza, y la cedió gentilmente. A él se agradece no sólo el gesto, sino el oportunismo por hacer de la vida perruna un tributo a las grandes cosas.

Martha, my dear

La foto especial de tapa en este suple nos lleva a la música y, sobre todo, a The Beatles, una de las bandas más clásicas del rock. Entonces bien vale relacionar la vida perruna con el grupo.

Claro que la relación no es de ahora.

El tema “Martha, my dear”, escrita e interpretada por Paul McCartney, tenía su inspiración en su cariñosa perrita de raza pastor inglés que estaba bautizada de manera informal con ese nombre. “Ella fue mi mascota favorita y la quería mucho. Recuerdo que John (Lennon) se sorprendió al saber que yo era un amante de los animales. Me acuerdo de que dijo ‘nunca lo había imaginado de ti, Paul’. Desde ese día me quedé pensando, y quizás era verdad. Es que cuando abrazas a un perro o a tu mascota es algo genial y ella era una perrita muy, muy tierna”, señaló una vez Paul en una entrevista, consultado por esta canción y por su “musa inspiradora”.

La historia cuenta que en el año 1965 y tras adquirir su casa en Cavendish Avenue, Londres, McCartney decidió comprar un cachorro de raza pastor inglés. De tanto buscar encontró a Martha, que de inmediato se ganó el cariño del músico por su fidelidad y su buen humor.

Una de esas tardes, y mientras pasaba un buen descanso en esa casa junto a Martha, Paul empezó a practicar nuevas técnicas de interpretación en el piano. Es que Paul no manejaba a la perfección ese instrumento e incluso simplemente lo tocaba con una mano, ya que era la manera mas simple para un zurdo. Por ello, cada vez que llegaba a su casa, se sentaba al piano y empezaba a practicar de la misma forma que cuando era niño, o sea, hasta llegar a la perfección.

En una de esas improvisaciones a dos manos nace una melodía con aires a music hall, y que no sonaba tan mal.

“Recuerdo que varias personas quedaron sorprendidas por mi avance en el piano y además por la melodía que había logrado crear e interpretar. Es que se notaba que esa partitura musical estaba más arriba de mi técnica o de mi habilidad en las teclas. Pero la escribí para eso, para intentar cosas complejas y aprender. Recuerdo que aún no desbloqueaba las frases, hasta que un día apareció la frase ‘Martha, my dear’ (Martha, mi querida) que calzaba justo con la melodía”, comentó el autor en una de sus tantas biografías.

De esa manera salió al mundo real una letra muy particular, donde el autor le cuenta a su mascota todo el cariño que le tiene y además le señala que, aunque tenga mal genio o a ratos se porte mal, siempre la amistad iba a estar primero. Así lo señaló Paul en las hojas del libro “Many years from now”, del señor Barry Miles: “Es una comunicación con algo de afecto en el medio, aunque un poco abstracta y cosas por el estilo. Estas canciones son así. Considerando que varias personas creen que la canción está dedicada a una chica llamada Martha, la verdad es que fue escrita para mi perra y créanme que ambos tenemos una relación platónica”.

El tema está incluido en el “Album Blanco”, considerado uno de los mejores discos de la historia de la música.

No obstante, no fue la única vez que aparece Martha junto a Paul en un disco, ya que su imagen está en la tapa del álbum “Paul is live”, paseando justamente por Abbey Road.