El vitraux es parte de la arquitectura gótica. Los más antiguos son los de la catedral de Augsburg, en Alemania, que datan del Siglo XI.

Los vitraux, que fueron colocados exclusivamente en las iglesias y catedrales, se referían a temas religiosos y su objetivo era instruir por medio de las imágenes a hombres y mujeres que no tenían ningún tipo de instrucción o educación.

A partir de la Guerra de los Cien Años, los temas de los vitraux fueron cambiando y empezaron a surgir temas heráldicos, acompañados por una grilla como fondo .

Luego, en el Siglo XIV se introdujo la pintura al vitraux: se incorporan óxidos al vidrio y esto generó una nueva paleta de colores. Se empezaron a usar piezas más grandes de vidrio, no teniendo que usar tantas separaciones de plomo: un paño de vidrio que correspondía a la cabeza estaba separada de la aureola o corona por una varilla de plomo. Con la introducción de la pintura, cabeza y corona o aureola podían estar incluidos dentro del mismo paño de vidrio.

En el Siglo XVI surgió el diamante para cortar vidrios, lo cual permitió que los trabajos fuesen más delicados. Un siglo más tarde, aparecieron los esmaltes para pintar vidrios.

Ya en el Siglo XIX, los vitrales no eran obra exclusiva de los maestros vidrieros, sino que los temas de los mismos eran ejecutados según los dibujos de importantes pintores de la época, lo cual trajo aparejado la incorporación de sombras y perspectivas.

Entre 1890-1914 se expandió el Art Nouveau y los vitrales ya no fueron exclusivos de las iglesias. Los encontramos en la arquitectura urbana en ventanas, ya sea de restaurantes, negocios o viviendas, cajas de escalera, como también en claraboyas. Los motivos son tomados de la naturaleza: flores, aves y la figura humana. Es la época en la que surge Louis C. Tiffany.

Los artistas empezaron a combinar vidrios, superponiendo uno sobre otro dentro de vainas más anchas de plomo para dar efectos de profundidad.

El descubrimiento de la electricidad hizo que los grandes artistas del vidrio incursionaran en pantallas de luz.

La época que le sigue, el Art Deco, también tiene sus aportes. El uso de la electricidad hizo desarrollar los soldadores, se mejoraron los materiales y la gama de colores se diversificó enormemente.

Es en este período en el que grandes artistas como Marc Chagall contribuyen al renacimiento del vitraux.

A fines del Siglo XX el vitral recupera definitivamente su lugar especialmente dentro de la arquitectura.