Esta noche quedará constituido el Consorcio Canalero Chato Este, el que abarca a cuatro municipios y toda una vasta zona de producción
Después de varias reuniones en distintas localidades, de encuentros informativos y estudios topográficos de Ingeniería, esta noche quedará constituido el Consorcio Canalero Chato Este en la localidad de Idiazábal, justamente el pueblo que se inundó todo en febrero pasado, símbolo de los efectos pluviales y otras cuestiones.
Y precisamente esas otras cuestiones son las que se podrán poner en marcha a partir de esta noche, de la conformación de la entidad que tomará la importancia necesaria si se asume “para trabajar”. De eso se trata, aseguraron los principales actores que intentan involucrar a todos y cada uno de los pobladores, puesto que además de los pueblos (primero), la planificación y canalización buscará poner a resguardo las zonas de producción agropecuaria, ya que se trata de miles de hectáreas afectadas y hacen a las economías regionales.
“Es importante la constitución del Consorcio porque la entidad será la encargada, el espacio donde consensuar las medidas mitigantes para afrontar los efectos pluviales. Es la organizadora de los trabajos a realizar y darle un marco legal a esa tarea”, sintetizó el ingeniero Juan José Tuninetti, quien está en la Mesa de Trabajo de este Consorcio y en otras obras hídricas en la región y la provincia.
En ese aspecto, también los integrantes del Consorcio dieron cuenta que mantienen contacto con otras poblaciones afectadas, como el caso de las que integran este arroyo Chato, que cerca de su nacimiento allá por Pampayasta es bautizado San José y más abajo Cabral, según la toponomía de la zona y finalmente, Chato, hasta su desembocadura en el Saladillo, entre las localidades de Pascanas y Laborde (localidades ubicadas a la vera de la ruta provincial 11).
En ese aspecto vale destacar que días atrás, y también atento a los pronósticos de copiosas lluvias, tuvo lugar en Pascanas una reunión tendiente a generar conciencia sobre la imperiosa necesidad de generar un plan de ordenamiento de las cuencas hidrográficas que atraviesan la zona rural. A esta parte se le suma la Cuenca del Tegua, el que nace por Alcira Gigena y se suma a los bañados del Saladillo.
Sin embargo, más allá de las reuniones técnicas, la mayor preocupación está en generar consensos e involucrar a toda la gente. “Los vecinos deben ser parte de estas medidas que buscarán el saneamiento hídrico de las regiones, ya que las aguas aumentaron en la zona rural miles de hectáreas. Aseguran que afectan un 50% más que en los últimos años. Y preocupa la repercusión negativa que pueda traer a las economías regionales. Por eso hubo encuentros vecinales, para sumar a todos”.
