Escribe Juan José Coronell
Especial para EL DIARIO
Del 24 al 29 de agosto, en la Universidad Nacional de Córdoba y más precisamente en la Escuela de Ciencias de la Información, se lleva a cabo el XVII Congreso Redes de Comunicación (Redcom) donde participan 31 carreras de Comunicación de la Argentina.
El lunes por la tarde, comenzó con un acto acorde a las circunstancias, donde se le entregó el reconocimiento de Doctor Honoris Causa a José Manuel de Pablos, doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, catedrático de Periodismo de la Universidad de La Laguna, presidente de Red Académica Iberoamericana de Comunicación (RAIC), entre un currículo vasto y profundo.
Ya el martes, se llevó a cabo el acto inaugural donde se habló de “La institucionalización de los debates, estudios e incidencia social del campo de la comunicación”. Allí hablaron Aldo Luis Caballero (secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación), Silvia Barei (vicerrectora UNC), Claudia Ardini (directora ECI-UNC) y Daniel Badenes (presidente Redcom). Todos poniendo énfasis en “no pensar como una mercancía a la comunicación, como en épocas pasadas” y la necesidad de que la escuela se haga facultad, a esto alentó el anuncio de la vicerrectora de que en la sesión del Honorable Consejo Superior del martes 25 de agosto a las 15 se presentaron los proyectos del Proyecto de Facultad de Comunicación y Facultad de Ciencias Sociales.
Derechos y obligaciones
El primer panel de todo el Congreso llevo el nombre de “La comunicación en la agenda pública: el debate en torno a los procesos de institucionalización” y contó con la presencia de Martín Gill (diputado Nacional -Argentina- UNVM, intendente electo), además de los disertantes Carlos Caramello (Instituto Dorrego) y Verónica Piovani (directora Instituto de Formación Docente – Ministerio de Educación de la Nación) y la moderadora Malvina Rodríguez (ECI).
Verónica Piovani fue quien tomó la palabra al comienzo, y destacó aspectos positivos que el campo de estudio de la comunicación aporta al sistema educativo argentino y latinoamericano, sobre todo solucionando problemáticas. Por eso, el Instituto Nacional de Formación Docente que preside se preocupa en conectar “con el universo cultural del sujeto” para enfrentar los diferentes tipos de formaciones de las generaciones a lo que llamó “desfasaje cultural”. Qué docentes se forman para el país y qué comunicadores se necesitan es lo que hay que preguntarse y lo que dio el puntapié al siguiente disertante.
Quien le continuó fue Martín Gill, que comentó el pedido que le habían hecho: “Poder analizar cuál ha sido la institucionalidad en distintos campos de la educación, la política y el sistema universitario, en las transformaciones que se han vivido en materia de comunicación”. Desde allí comenzó a hablar y a demostrar asegurar que “sin duda, cuando se escriba la historia de estos últimos doce años un gran capítulo será destinado al sector universitario, y el otro al desafío de transformar la matriz comunicacional en Argentina”. Y ahondó: “Yo no sé si decir que se transformó pero sí que se instaló en la agenda pública el desafío de construir el cambio de paradigma comunicacional de Argentina”.
El tema de la Ley de Comunicación Audiovisual, no pasó desapercibido. “Muchos de los convocados al inicio del proyecto de Ley en el debate y reconexión de propuestas no creímos mucho, pero al volver nos dimos cuenta de que iba en serio, por eso pocos temas en el sistema universitario lograron tal unanimidad como aquella vez”. En una exposición a la que todos siguieron con mucha atención fue alertando como cuando aseguró que “ahora que tenemos ley muchos pensaban que ahí terminaba todo, pero es el inicio de un largo proceso para cambiar la comunicación en el país”.
Lo que se hizo y lo que falta
Entre aciertos y errores, Gill, comentó que lo que falta para que la Ley 26.522 sea lo que se sueña es “apoderase de ese instrumento legal, para transformar la realidad que sigue teniendo matices que son anteriores a la ley. Ahí aparece un elemento: las universidades estamos acostumbrados a demandar, creíamos que declamábamos derechos. Después de la ley nos encontramos a una realidad: la ley nos imponía obligaciones”. Y para ser más claro fue más allá al asegurar que “frente a la concentración, aportamos descentralización, pluralidad de voces, construcción federal. Pero una cosa es reclamar y otra producir contenido de calidad en Formosa, Mendoza, un proyecto sustentable en Chubut. Ahí entre el dicho y el hecho, el trecho es muy grande. Sin embargo se hizo mucho ayudado por la decisión de trabajar en red entre las universidades, como la ley de radios universitarias y audiovisual universitaria”.
“Uno se pregunta qué lugar deben tener las carreras de comunicación en esta transformación y lo primero es un cambio paradigmático. La comunicación aspira a ser un derecho. Informar para garantizar un derecho, tiene variables muy diferentes a prestar servicio, por eso la ley debe interpelar a las carreras de comunicación, para nutrirnos de profesionales capaces de ser actores protagónicos de transformar la realidad. Cuando nos preguntamos qué docentes necesita el país, también debemos preguntarnos qué comunicador necesita la Argentina, Córdoba, qué necesita cada ciudad donde el comunicador se asienta”, comentó enfáticamente.
Al finalizar su disertación el rector de la UNVM, comentó: “Si este potencial de la Universidad es para reflejar lo que pasa ahí, y hagamos lo mismo que hace un monopolio ya no en manos de capital privado sino en manos cultural educativo le estaremos errando a la cosa. Tenemos una ley, políticas públicas sostenidas, por eso hay que ponerlo en el debate sobre qué país queremos hacia adelante”.
Qué tipo de comunicador es necesario, es algo que se debe ver dentro de los “nuevos territorios” que han surgido como redes sociales o los medios de comunicación modernos, por la aparición de nuevos lenguajes, para llevar a cabo una agenda pública sin imposiciones de afuera y siguiendo modelos centralizados. Ahora es momento de que los comunicadores, lo llevemos a cabo.