El sábado último militantes de organizaciones sociales se concentraron en la plaza para reclamar el “cese de abusos policiales”

Los Vecinos Autoconvocados Contra el Accionar Policial (VACAP) están convocando a todas las personas que se consideren víctimas de la violencia institucional por parte de efectivos de seguridad, a sumarse a los reclamos “por el cese de políticas represivas en democracia”.

Por esa razón, el sábado último, junto a organizaciones sociales que vienen denunciando ese tipo de hechos, se reunieron en plaza Centenario para difundir su actividad.

Se sumó en esa jornada de protesta Beatriz Briguera, la madre de Franco Fernández, el joven que fue herido en una balacera contra la Policía y que, según la mamá, no fue “tratado como un ser humano”.

“Es un preso, pero ni a los animales se los trata así”, dijo la mujer, haciendo la salvedad que en la Unidad Penitenciaria Nº 5 donde actualmente está alojado, recibió atención y que incluso “lo llevaron al Pasteur para que le hicieran una radiografía en la mano”.

“Mi problema es la incertidumbre: no hubo ninguna autoridad, ningún médico de la Policía, que me diga cómo está hoy mi hijo. El tiene una bala alojada en la pierna y una herida fea en la mano. No se cómo está ni cómo va a quedar”, dijo, angustiada, la mujer.

Tal como denunció en su oportunidad ante EL DIARIO, a su hijo, según relató, lo redujo tras un tiroteo la Policía y “luego lo llevaron, ya esposado, a un descampado donde le siguieron pegando. Incluso, con los grilletes de las esposas le sacaron dos dientes”, repitió.

“Estoy acá porque pedimos que se respeten los derechos humanos. Un preso, pierde un sólo derecho: el de la libertad. Por lo demás, debe ser tratado como persona”, indicó.

También estuvo acompañando el reclamo de la VACAP el joven dirigente de izquierda, Misael Ogaz, quien sufrió en carne propia un hecho de violencia institucional en la puerta de un boliche. Recordamos que, tal como denunció ante la Auditoría General, mientras la seguridad privada del lugar le impedía el acceso con argumentos que Ogaz comprobó que no eran ciertos, un policía adicional le quitó el teléfono celular para luego obligarlo a borrar las fotos que había tomado de esa situación.

Aseguran que seguirán manifestando y difundiendo los hechos de atropello de parte de las autoridades.