El miércoles último, se llevó a cabo una nueva reunión técnica para destrabar el conflicto lechero, a la que no asistieron los representantes de las industrias lecheras más grandes (CIL) y de la que los productores salieron con un sabor amargo.
Así se deduce tras leer el comunicado de la Cámara de Productores Lecheros de Córdoba (Caprolec), en la que informan “con total honestidad intelectual”, que algunos funcionarios “no han tomado dimensión ni logran entender la gravedad y la magnitud del problema que está afrontando la cadena láctea argentina”, indicando concretamente que así lo dejó entrever el representante de la Provincia de Buenos Aires que se sienta a la mesa como referente de los estados productores de leche.
“Y lo que es más grave, no consideran que si no se toman medidas de carácter urgente, los problemas que se suscitarán son de características imprevisibles. Valga de ejemplo, que hay industrias que ya comunicaron a sus remitentes que desde el 1 de septiembre no le retiraran más su producción, lo cual dejamos expresado las entidades presentes FAA, Meprolsafe, Apla, Apymel y Caprolec”.
“Como hecho trascendente, y por unanimidad de los presentes, dejamos redactada y firmada el acta-acuerdo entre las entidades presentes con las propuestas para que analice y considere el Estado nacional las herramientas a aplicar que nos permitan salir de esta coyuntura, la que pondremos a consideración de las entidades que no estuvieron presentes para que se sumen a la misma.
“Consideramos que de no tomarse medidas urgentes, como lo proponemos, la consecuencia inmediata es que se van a llevar puesto -como decimos los productores- a más de un tambero e industria Pyme”, concluyeron