La historia de los primeros 100 años de Villa María como ciudad cabe en el anverso de un círculo de metal pequeño. Al menos así lo han entendido los miembros del Centro Filatélico y Numismático (Cfynvm) desde la síntesis de su diseño.
Allí, impresa en una aleación de hierro y amianto con un diámetro de seis centímetros, tres de los emblemas arquitectónicos villamarienses hablan de su evolución urbana y humana. La nueva fachada de la Catedral de 1922, cuando el culto ganaba adeptos y la ciudad crecía; el Palace Hotel de 1930, parada obligada (y de lujo) del trayecto Córdoba-Buenos Aires, y el modernísimo puente Presidente Perón uniendo en el tercer milenio las dos Villas del Ctalamochita.
Retomando la vieja tradición de conmemorar acontecimientos mediante la acuñación de un disco metálico que hace las veces de placa, objeto artístico y pieza de colección, los 23 miembros del Cfynvm lanzaron 50 medallas a circulación.
Al decir de su presidente, Sergio Olivero, “hicimos una tirada pequeña para entregar a los socios y a las autoridades más importantes de la ciudad. En un acto oficial que anunciaremos muy pronto le estaremos dando una al intendente y a otros referentes municipales”.
Por su parte, don Héctor Zanettini, uno de los “socios fundadores” de la institución en 1951, comentó que “no hemos podido hacer más piezas a causa del altísimo costo que hoy tiene la medalla. Pero este es nuestro homenaje al centenario de Villa María como ciudad y de rebote a San Francisco, que también cumple el mismo día que nosotros. A la pieza la diseñamos entre todos, consensuando opiniones y poniéndonos de acuerdo”.
La muestra
Cabe destacar que Zanettini es, junto a don Carlos Martín, Gustavo Caffaro, Héctor Bollo y Germán Bicego, una de las mayores autoridades en medallística y numismática de la ciudad; aunque, sin dudas, la mayor eminencia en lo que atañe a “preseas locales” es don Carlos Martín, autor del libro “Villa María en la medalla”, del año 2001.
Pero la contribución del Cfynvm no se quedó en la impresión de una medalla conmemorativa, sino que sus miembros expusieron en el Centro Cultural Leonardo Favio durante dos semanas seguidas. Allí se pudieron apreciar, hasta el pasado miércoles, los primeros sellos nacionales en la fabulosa colección de don Pedro Rinaudo, las minuciosas reconstrucciones de matasellos en “Rivadavias” del Siglo XIX de Olivero (sobre todo en estafetas ya desaparecidas), las tarjetas postales antiguas y modernas de Zanettini que dan cuenta de Villa María y Villa Nueva, la fascinante colección postal dedicada a las Islas Malvinas de Araceli Odetti y hasta colecciones de sobrecitos de azúcar (“glucofilia”) y de llaveros villamarienses, algo inédito en la ciudad.
Sólo faltaron las medallas de Martín y los sellos “europeos” de don Raúl “Pocho” Vargas; uno de los fundadores del Centro Filatélico. Pero estos dos referentes ineludibles no pudieron estar por problemas de salud. Sin embargo, un mix de tres generaciones mostró sus tesoros al público, trocitos de historia que han ido unificando en torno a un tema o a un interés personal como el rosario vital que va conformando un alma.
Iván Wielikosielek
Especial para EL DIARIO