Mientras la madre pedalea hacia Buenos Aires pidiendo que su hijo pueda reencontrarse con sus hermanos, el padre del niño y su abogado solicitaron aclarar que la Justicia ya se expidió respecto al controvertido caso
Días atrás, informábamos en EL DIARIO acerca de Gilda Morales, que en bicicleta se desplaza hacia Buenos Aires, reclamando que su hijo vuelva a tener contacto con sus hermanos.
Sin embargo, el representante legal de Ricardo Gallopo, padre del niño que se erige en eje del conflicto, solicitó exponer su punto de vista para mostrar la otra cara del dilema sobre el cual la Justicia ya emitió un veredicto.
“Este caso arrancó hace tres años por el pedido de un régimen de visitas efectuado por el padre, ya que la señora Morales se negaba a que éste lo viera en privado. Galoppo sólo podía hacerlo en público y con el cuidado de una niñera”, sostuvo el abogado Nicolás Giraudo Esquivo.
“Morales nunca cumplió con el régimen. Le aplicaron apercibimientos y multas. Cada vez que había que buscar el chico, éste no estaba. Ante ese cuadro situacional, la Justicia determinó el cambio de guarda y también dispuso la atención psicológica para ella”, explicó el letrado.
Según precisó el abogado, mientras desde Tribunales ya se habían tomado las determinaciones para el caso, el niño desapareció (no asistió más a la escuela ni a los lugares que habitualmente frecuentaba) y Morales denunció a Gallopo por abuso.
“Luego de ser desestimada la acusación por abuso, se detectó al niño en Córdoba y se los trasladó a una Comisaría para que pueda encontrarse con su papá, al que no veía hacía tres años, así como tampoco a ninguno de sus parientes paternos”, explicó.
“El chico tenía un lenguaje ya implantado, es decir, el síndrome de alienación parental. La madre lo había convencido al chico de que su padre era un abusador”, agregó.
“A ella, que pide por sus hijos, es preciso recordarle que a su hermano por parte de padre lo conoció gracias a que fue rescatado”, destacó el reporteado.
El abogado también relató que en un último intento por quedarse con el pequeño, Gilda desobedeció a la convocatoria judicial y en lugar de presentarse a un encuentro en la Cámara de Familia, le entregó el menor a sus familiares y estos lo trasladaron con ellos a Corrientes, “a un campo donde crían chanchos”.
Mientras tanto, en Córdoba, los funcionarios judiciales se pusieron en acción y detuvieron a Morales y a su madre por lo que habían hecho.
“Tiene que cumplir”
El consultado también consignó que el fiscal que intervino en la causa, después de una serie de pericias que les fueron practicadas, concluyó que las dos mujeres deben ser internadas en un hospital neuropsiquiátrico, lugar donde estuvieron hasta el pasado febrero .
“Durante las últimas semanas la Cámara de Familia ratificó el cambio de cuidado personal y ha rechazado un recurso de casación; a Morales sólo le queda cumplir”, enfatizó.
“Ella ha estado viendo a su hijo una vez por semana en un establecimiento especial junto a un acompañante terapeútico”, dijo.
“Esta es la verdad jurídica y queríamos manifestar la realidad de los hechos”, apuntó.
“La parte más triste la tiene que soportar el niño. Imagínese que esta mujer anda diciendo pueblo por pueblo que su padre es un abusador, siendo que Ricardo Gallopo es un carpintero que se gana la vida con mucho esfuerzo y que sólo pretendía ver a su hijo y su exmujer jamás respetó ninguna orden judicial al respecto, y por eso se llegó a esto”, concluyó.