
Una decena de partidos de diferentes países son firmantes de un documento que se discutió en la sede del justicialismo local. “Prescindir de los prejuicios religiosos, ideológicos, nacionales o étnicos”, propone

Dirigentes justicialistas de Rosario llegaron a Villa María para dar a conocer y discutir con los referentes y afiliados locales un documento que postula “la justicia social como una propuesta para la liberación e integración de los pueblos”, el que ya fue suscripto por una decena de partidos y corrientes internas de diferentes países.
Entre los firmantes del texto analizado en esta ciudad se cuentan junto al PJ de Rosario, el Partido de los Trabajadores (Brasil), el Movimiento Francisco Miranda integrante del Partido Socialista Unido (Venezuela), Alianza País (Ecuador), Movimiento al Socialismo (Bolivia), el Frente Popular de Liberación Sahiet Al Hamra y Río de Oro, del Frente Polisario (Sahara Occidental), el Movimiento Patriótico Democrático Sirio y el Frente Popular Democrático de Al Ahuaz (Medio Oriente).
Los dirigentes rosarinos que llegaron a la sede local del PJ fueron Néstor Suleiman y Hugo Ríos, quienes se refirieron a la “Proyección internacional del justicialismo y la integración de los movimientos de liberación nacional de América Latina, Africa y Asia”.
“Globalizar la justicia social”
Ambos se refirieron a la importancia que tiene en el plano geopolítico la globalización de la justicia social y la experiencia que en este plano se está desarrollando en Rosario con la intención de que se extienda a todo el ámbito nacional.
Suleiman es profesor en Ciencias Sagradas y Filosofía, mientras que Ríos se dedica a la docencia en Historia y Geografía.
La apertura del encuentro en la sede partidaria local, al que asistieron militantes y dirigentes, estuvo a cargo de la legisladora provincial y presidenta del circuito Villa María del PJ, la exintendenta Nora Bedano. La coordinación de la exposición y posteriores consultas a los dos militantes peronistas de Rosario estuvo a cargo de Rubén Rüedi.
Lo que dice el documento
En ese marco los visitantes dieron a conocer aspectos del documento que ya es multipartidario: “Los distintos movimientos, partidos y organizaciones políticas abajo firmantes están identificados con distintas consignas, que se desprenden de la importancia de ligarnos en los procesos de liberación nacional, habida cuenta de la necesidad de consolidar un frente externo, internacional, que nos permita ir consolidando nuestras conquistas en el orden interno”, dice el texto.
“Los poderosos de turno trabajan permanentemente generando ambientes desestabilizadores en los procesos de integración, herramienta necesaria para mantener la ruta emancipadora. En esa dirección las realizaciones en el plano nacional seguramente dependerán de la hoja de ruta que destaque la unidad de los pueblos de las distintas regiones”, agrega.
Explica que, “en ese sentido, hemos seguido de cerca los procesos emancipadores de la República Bolivariana de Venezuela, del Estado Plurinacional de Bolivia, de la República de Ecuador, etcétera. Todos estos proyectos políticos han tenido como eje común haber construido una nueva constitución nacional, que estuviera en sintonía con los avances revolucionarios necesarios, para alcanzar mayores niveles de justicia social, una constitución que tenga la cara de su pueblo”.
Explica que “la etapa política abierta en Latinoamérica en la última década fue de avances populares teniendo como horizonte la construcción y la integración regional, como decimos de la Patria Grande, en el camino de nuestros libertadores San Martín y Bolívar”.
“Es así que los procesos regionales también necesitan fundirse con otras realidades en distintas latitudes. América Latina debe buscar las alianzas de carácter estratégico, con los bloques africano, asiático o bien como ha sido planteado, en la región sur del continente, el foro América del Sur Países Arabes (ASPA) o América del Sur-Africa (ASA)”, considera.
Una tarea y sin prejuicios
Sostiene que la tarea del justicialismo “debe consistir en la elaboración de plataformas que nos ligan con otras causas justas, en esa dirección prescindir de los prejuicios religiosos, ideológicos, nacionales o étnicos”.
“Sostener el laicismo como principio y respetar las tradiciones culturales desprendidas del plano religioso formará parte de nuestra propuesta. Nos proponemos, como tarea, la construcción de una herramienta que nos permita un enlace de reflexión, diálogo y elaboración de propuestas entre los movimientos de liberación nacional y partidos con perfiles nacionalistas revolucionarios”, manifiesta.
Indica que “se trata de formar un frente internacional, que vincule a estructuras políticas en sintonía con la necesidad de globalizar la justicia social, la independencia económica y la soberanía política”.
Los poderosos…
Comenta que “los poderosos han globalizado la seguridad, mercados, y han implementado fuerzas de gendarmes encargadas de sofocar los procesos de liberación en los países en vías de desarrollo” y señala seguidamente que “nuestra propuesta pregona la integridad territorial de los países ocupados, al tiempo que celebra las decisiones de los ciudadanos en las campañas antiimperialistas en todos los rincones del mundo”.
Luego, el escrito expuesto y debatido en Villa María señala que los partidos firmantes “apoyan las relaciones de igualdad de los países de acuerdo a las necesidades e intereses de sus pueblos, sin imposiciones o tutelajes de ningún poder internacional”.
“Nos identificamos con los sistemas políticos fundamentados y sostenidos en los principios democráticos y constitucionales, que sientan las bases del pluralismo político y la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos. La soberanía del Estado debe recaer sobre el pueblo como fuente suprema de la legitimidad del sistema político y, además, conforma la base impostergable de cualquier objetivo relacionado con la justicia social e independencia económica”, explica.
Agrega que “los pueblos, sus colectivos y organizaciones tienen derecho a manifestarse y protestar por las acciones de los personeros y empleados de los poderes neocoloniales, expresar sus demandas y reclamos de las formas convenientes para el logro de la meta liberadora”.
Y concluye: “Las tierras y sus riquezas pertenecen a los pueblos de manera inalienable. Nuestra independencia radica en el uso responsable de los recursos naturales, de su protección contra las agresiones internas y externas, contra su dilapidación y aprovechamiento por parte de cualquier facción o poder económico. La independencia está estrictamente relacionada a la distribución equitativa de las riquezas y de las rentas provenientes de los genuinos recursos de las naciones. No hay verdadera independencia mientras existan las desigualdades, la pobreza y la expoliación de las fuentes naturales agotables, que son determinante en el desarrollo sostenido con justicia social”.