El músico Esteban Valdivia y la realizadora Carolina Segre, quienes se conocieron 14 años atrás en nuestra Universidad, contrajeron matrimonio ayer por la mañana. La ceremonia fue oficiada por el intendente Martín Gill
“Tenemos una unión familiar y afectiva tanto con la Universidad como con Villa María. Por eso, quisimos dejar una huella importante de nuestro paso por aquí antes de irnos de esta ciudad”, comentó al micrófono el músico Esteban Alejandro Valdivia (33), en pleno Salón Blanco del Palacio Municipal, a espaldas de familiares, amigos, autoridades universitarias y allegados, mientras sostenía la mano de su flamante esposa, la realizadora y diseñadora Carolina Inés Segre (32).
Frente a ellos se hallaba de pie el intendente Martín Gill quien no sólo llevó adelante la ceremonia de enlace sino que además estampó–por primera vez, dado que ha aplicado legalmente en los últimos días para contar con dicha potestad-su firma en el acta matrimonial del Registro Civil.
Gill había apreciado de cerca la formación académica de ambos cuando ocupaba el cargo de rector de la UNVM. Incluso, le organizó una ceremonia privada de colación a Esteban, cinco años atrás, ya que el músico estaba de gira cuando se formalizó el acto de entrega de diplomas.
La historia de Esteban y Carolina es, a primera vista, uno de los tantos nacimientos de pareja que se consolidan entre dos estudiantes foráneos que confluyen en un mismo espacio educativo.
Aunque esta dupla afectiva, integrada por un marplatense con ascendencia peruana y una riocuartense, avanzó hacia niveles artísticos y profesionales que los llevó a recorrer distintos países del mundo para propagar su proyecto: Sonidos de América. Se trata de una innovadora iniciativa de investigación musical surgida en 2005 que intenta indagar y recuperar instrumentos ancestrales, prehispánicos y postcoloniales, nutriéndose de otras disciplinas como la Arqueología, la Sociología, la Antropología y la Historia.
Junto a otros artistas, pudieron viajar a diversos sitios de América Latina, a Inglaterra, España, Portugal y Rusia, además de lograr confluir sus dos pasiones: la música y la producción audiovisual.
“Nos conocimos–recordó Esteban a EL DIARIO– en la primera semana de cursar nuestras carreras. A Caro me la presenta su hermana, Jimena (a la sazón, testigo de casamiento), quien al poquito tiempo se vuelve a Río Cuarto. A los 15 días ya nos pusimos de novios, y hace 14 años que seguimos juntos. Fue un amor universitario que se fue convirtiendo en una relación donde pudimos volcar nuestros conocimientos y desarrollar nuestro trabajo conjunto”.
Boda y viaje
Tras la rúbrica correspondiente, la legendaria artista Payita Solá (ver aparte), y el músico colombiano Gustavo Adolfo Pérez (que también ofició de testigo), ambos miembros de Sonidos de América, regalaron a la pareja una copla con caja y trompeta de caracol marino.
Posteriormente los invitados se dirigieron hacia la estancia Villa Fiusa en Yucat donde se celebró la boda para luego realizar una “ceremonia del fuego” con música en vivo en Pueblo Mampa, la organización ecológica y de economía autosustentable que se encuentra cerca del lugar.
Días después de la algarabía de los festejos, partirán–precisamente el miércoles próximo-a España donde continuarán sus respectivas formaciones en la Universidad Complutense de Madrid. El aplicará para magíster en Antropolgía e Historia de América para seguir el doctorado y ella, hará igual grado académico en Diseño. “Empezamos a cursar ya, el lunes 3 de octubre. Por eso, vendimos todo lo que pudimos a familiares y gente conocida. Nos quedaremos, en principio, cuatro años”, acotó Esteban.
Payita Solá al Festival de Peñas
La artista folclórica María Cristina “Payita” Solá participó del casamiento entre Valdivia y Segre.
Según recordó Valdivia, “Payita cantó en el primer Festival de Peñas de Villa María. Por eso le pedimos al intendente que la sume a la programación de la próxima edición que se cumplen 50 años del Festival”.