Se habilitó el edificio del Botta adonde irán 180 niños y niñas de corta edad. Luego se inauguró el espacio de Las Playas recuperado por los vecinos junto al municipio
Los barrios Felipe Botta y Las Playas fueron ayer epicentro de los actos conque Villa María conmemoró sus 149 años. En el primero se inauguró a la mañana el Centro de Promoción Familiar “Javier Suppo”; en el segundo se habilitó a la siesta una plaza y el coche ferroviario convertido en centro cultural, obras que tienen el sello de la participación comunitaria.
Antes, en lo que fue su primer discurso durante la jornada, el intendente Martín Gill deseó que “cada villamariense, con sus sueños particulares y con los sueños colectivos, contribuya a construir la ciudad que queremos”. Fue en el mástil del Parque de la Vida, frente a abanderados y escoltas de todas las escuelas de la ciudad, vecinos, funcionarios públicos y representantes de diversas entidades.
En ese marco, cinco chicos que asisten al Centro Nuevas Oportunidades del barrio Roque Sáenz Peña izaron la Bandera nacional.
Gill invitó a “construir sueños colectivos de cara al jubileo de los 150 años de la ciudad”, que se cumplirán en 2017. Y apuntó a generar una comunidad “donde la droga y la violencia no tengan espacio, donde no haya lugar para la indiferencia”. En el Botta, más tarde, dijo que “no nos va a ganar ni la violencia ni las drogas”.
En el acto oficial de la mañana también habló Guido Mana, el intendente de los niños, que hizo mención a la importancia de aprender a cuidar “la ciudad más linda de la provincia, la que tiene todo”. “La ciudad cambió, es hora de cambiar nosotros siendo mejores ciudadano”, sostuvo.
En este contexto, el intendente de la vecina Villa Nueva, Natalio Graglia, hizo entrega de una placa conmemorativa al mandatario local, tras lo cual las autoridades colocaron una ofrenda floral a los pies del busto que recuerda a Manuel Anselmo Ocampo.
En cuanto al centro de promoción familiar del Botta, se indicó que funcionará en doble turno, y desde el primer día cobijará a 180 niños que ya están inscriptos. El edificio, situado en la esquina de La Quiaca y Teniente Ibáñez, cuenta con cuatro salas para albergar a cerca de un centenar de niños y niñas por turno, desde los 45 días hasta los 3 años de edad.
El municipio complementó los aportes nacionales con inversión en equipamiento, según se informó.
En ese marco, Gill y la secretaria de Equidad y Promoción del Empleo de la Provincia, Alejandra Vigo, firmaron el ingreso de la ciudad al Programa de Salas Cuna que promueve el Gobierno provincial.
Las palabras de las vecinas
“Tengo tres hijos y tres nietos (el más chiquito estaba a upa). Conozco a muchas mujeres que no podían salir a trabajar por no tener adónde dejar a sus hijos. En mi caso ha sido difícil, a veces he tenido que salir a trabajar llevándolos conmigo. Me parece muy bueno lo que han hecho, viene muy bien para que se pueda salir a trabajar”. Blanca
“Tengo dos hijos, que ya son grandes, pero yo me he criado en las guarderías. Mi mamá era muy joven, trabajaba y yo me quedaba en la guardería. Gracias a Dios mi mamá me educó muy bien”. María José
“Siempre viví en este barrio. Tengo un hijo, de 2 años y 9 meses. Lo dejaré acá en la guardería. Me viene muy bien porque empezaré a trabajar. Siempre vi que muchos no tenían dónde dejar a sus hijos”. Agostina, 17 años