Cree que llegará el día del juicio y afirmó que aun si no se esclareciera el caso en el debate, continuará “luchando hasta saber qué pasó”. Apuntó nuevamente hacia Delpino, aunque evitó nombrarlo
Desde su pueblo, Los Zorros, donde vive con su madre Teresa (85), Gladys Bessonart dijo a EL DIARIO que mientras más pasa el tiempo, “más fuerzas” tiene “para seguir adelante pidiendo justicia” por su hermana, Mariela.
Fue ayer, cuando se cumplieron 11 años de la mañana en la que se la vio por última vez. Once años de impunidad en los que el juicio oral y público nunca llegó, pese a que varios jueces y el fiscal Gustavo Atienza así lo quisieron: distintas medidas adoptadas por la defensa del único acusado que tiene el caso, Rodolfo Delpino, permitieron postergar el inicio del debate.
Nada de esto parece derribar las fuerzas de Gladys, una hermana que nunca aceptó que la causa quedara en el olvido y que siempre impulsó el expediente.
“Sigo luchando. No bajaré los brazos, pese a que hay una persona que no quiere que esto se resuelva. Se ve que hay algo raro. Si uno no es culpable, buscará demostrar que no tiene nada que ver y pedirá por la verdad”, señaló sin nombrar en ningún momento a su excuñado. “Nunca nombré ni condené a nadie, sólo pongo en palabras algo que es evidente: cuando una persona presenta un pedido de probation, cuando quiere dar un monto de dinero como reparación, cuando quiere mediación, es por algo. Siempre apunté a esa persona, pero no la voy a nombrar”.
Gladys reiteró que quiere juicio y quiere “saber”. “Nadie puede desaparecer así”, interpeló.
Tiene fe en que el debate tarde o temprano comenzará y servirá para exponer muchas cuestiones. “Nunca he perdido la esperanza en la Justicia de Villa María. Siempre lo dije”, recalcó. Consideró que “es lenta como en todos lados, pero sigo teniendo expectativas positivas. Y si en el juicio no hay esclarecimiento, se seguirá luchando hasta saber qué ocurrió con mi hermana”.
Apuntó que “desde el primer momento” confió en la Justicia y que siempre se mantuvo “firme”, pese a todos los avatares que atravesó.
“En su momento la Justicia se ha ocupado mucho de este caso, como también lo hizo la sociedad y los medios de comunicación. Estoy muy agradecida a todos, porque siempre han estado ahí. En cada aniversario, en cada marcha. No sé si ha habido otro caso en la ciudad con tanta repercusión”, valoró.
Finalmente, contó que su mamá se encuentra en buen estado de salud, aunque está en cama “desde el mismo momento en que se cumplieron 10 años” de la desaparición de Mariela. Dijo que la cuida mucho y que está acompañada.
LAS CLAVES
En un taller
Vista por última vez En la mañana de su desaparición, Mariela fue a un taller de barrio Almirante Brown y se retiró con su exmarido. Nunca más se la vio.
EL DELITO
“Privación ilegítima de la libertad”, agravada por el paso del tiempo
De esto está acusado el único imputado, Rodolfo Delpino.
Dos querellas
La de los hijos y la de la madre/hermana
La primera sostiene la inocencia de Delpino. La segunda apunta hacia su responsabilidad en el hecho.