Como ya lo hemos dicho en otra oportunidad, el 11 de octubre se conmemora el Día del Martillero Público porque en un día como hoy, pero de 1943, se llevó a cabo en la ciudad bonaerense de Tandil, la asamblea constitutiva de pioneros y forjadores de la profesión, en la que se consolidó la idea de formar una asociación, federación o colegio de martilleros y corredores públicos.
Finalmente, el 22 de diciembre de 1945, se estableció que el 11 de octubre sería el Día del Martillero Público.
El martillero público o rematador es un profesional que realiza ventas en remates públicos de cualquier clase de bienes muebles, inmuebles, semovientes y derechos, marcas, patentes y, en general, todo bien cuya venta no esté prohibida por la ley o encomendadas a otras profesiones específicas.
Las ventas pueden ser encomendadas por un particular (remates privados), por el Estado (remates oficiales) o por la Justicia (remates judiciales) y siempre deben realizarse en forma pública y al mejor postor. El martillero público, además, puede practicar y expedirse en tasaciones de inmuebles y muebles en general.
En Argentina para ser martillero público es necesario cursar una carrera universitaria y, para ejercer la profesión, el graduado debe matricularse en el Colegio de Martilleros correspondiente a la jurisdicción en donde se desempeñará.
Los martilleros públicos pueden desempeñarse también como auxiliares de Justicia en los procesos en donde el juez necesita saber el valor de una propiedad o decide el remate de un bien mueble o inmueble de un deudor moroso.
El martillo
La expresión martillero viene de quien “maneja el martillo” y se asociaba a las ventas de cosas en público, donde los interesados pujaban, adjudicando el vendedor, mediante un “golpe de martillo”, el bien o compra al último oferente, tal como ocurre hasta nuestros días.
A quienes ejercían este oficio o profesión, se les llamó también “subastadores”, palabra que une sub (bajo) y asta (bandera), lo que significa “debajo de la bandera” que antiguamente se colocaba como símbolo del remate.