El proceso de formación de precios en el mercado internacional y la situación de Argentina que exporta gran parte de su producción con precios que dependen de ese mercado, fueron los disparadores de la charla que ofreció Enrique Erize, de Novitas, invitado por la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM).
A esos ejes, el especialista en comercialización de granos postuló “cómo ese proceso parte de regiones relevantes, cómo influye el clima como factor del mercado, cómo han impactado además los biocombustibles, desde los países centrales usando productos de la agricultura para energía como el etanol o el biodiesel y la explosión de la demanda asiática, China-India, que han cambiado los precios y generado un intercambio”.
“Nunca tuvimos una situación donde ha mejorado lo que exportamos. Hay que aprovechar esta situación”, dijo, a pesar que señaló, van “perturbando los mecanismos de producción” y se deberá “incrementar los rindes, incrementar las superficies, en un contexto de crecimiento de la población mundial a 20 años que llegaría a los 9.000 millones de personas”.
Consultado respecto a satisfacer la demanda local a valores accesibles para el consumidor local, Erize sostuvo que “esos son temas de otro contexto. Parte del precio del productor en el campo y cuánto en la góndola, que es una cuestión de definición política, logrando que los precios internos estén al alcance de la gente. Una de las respuestas estará en aumentar la producción”.
El recorrido
Respecto al interés de la universidad, marcó que Villa María “es una zona núcleo” y desde allí postuló que “los términos de distribución de superficie van a cambiar. Uno no puede estar haciendo que una tonelada de maíz recorra 150 kilómetros cuando producimos 28 millones de toneladas y exportamos el 60% del maíz. Estados Unidos produce, para tener una idea, 380 millones de toneladas y allí cada tonelada recorre en promedio 30 km. A esa distancia del campo hay un tambo, un feedlot, una fábrica de alimento balanceado, una planta de etanol. Y eso es lo que hay que hacer acá: no podemos sembrar maíz en Entre Ríos y transportar esa producción 450 kilómetros, hay que hacerlo en Córdoba, en Río Cuarto, en Villa María”.
“Es cuestión de tomar esa decisión política. Y esa es otra discusión que hay, de si es el Estado o es el mercado el que tiene que definir esas variables. El Estado es el que tiene que marcar la cancha. Y no es el mercado porque allí cada actor es donde trata de sacar el mayor provecho. En cambio el Estado tiene un rol indelegable, porque en Estados Unidos quien definió que el 43% del maíz se destine a etanol, fue el mercado o el Congreso? La respuesta es el Congreso y eso debe suceder en la Argentina”, explicó: “Ir tomando decisiones político-económicas para el sector agroindustrial”.
“Imagino con cuatro millones más de hectáreas de maíz” al país, abonó, ya que afirmó “Argentina tiene una gran riqueza natural”.
Costó mucho
“Hemos vivido en los últimos 10 a 12 años un gobierno peleado con el campo y eso nos costó mucho. Hubo gente que no se interesó por el tema”, lamentó Erize.
Y aseguró que “por lo menos hay un presidente hoy que dice que el campo es el sector más dinámico de la economía de la Argentina. Bueno, decirlo es fácil, ahora hay que aprovechar, llevar propuestas, proyectos, acercar ideas para que éste las ejecute”.
“El que tiene que cambiar los términos de intercambio en la economía Argentina es el sector agropecuario, que debe llevarnos a mayor bienestar. Porque si una política económica no apunta al bien común, no sirve. Hemos pasado del neoliberalismo de Menem al intervencionismo, después a mercados regulados y todas las experiencias han sido fallidas. Logramos cierta autosuficiencia alimentaria, pero no logramos exportar alimentos para 400 millones de personas ni alimentar 30 y tantos millones de argentinos, y pasa por decisiones políticas”, expresó.
El consultor, dijo además: “Tenemos una riqueza espectacular y el mundo te mira asombrado: cómo puede ser que Argentina no produzca 150 millones de toneladas de alimentos”.
El transporte
“Una de las soluciones es mejorar las vías para transportar la producción. No se puede circular por la Argentina. Todos los ferrocarriles atrasados por razones políticas. Reactivar el Belgrano cargas, sacar toda la producción del Noroeste Argentino (NOA), Noreste (NEA) atravesando la cordillera y saliendo de pechito a Asia por el Océano Pacífico. Esas son las cosas que hay que hacer. Eso lleva dinero, hay que hacer mucha infraestructura, este Gobierno dice que lo va a hacer… Veremos. Pero claramente el transporte es crucial”.
El futuro: “ACA Bio es el futuro. Dentro de diez años habrá muchas más ACA Bio. Habrá más pululando por acá y el maíz se va a quedar acá. No va a tener que ir a 400 kilómetros a competir para llegar a Tailandia como maíz a granel. Hay que convertirlo a etanol, transformarlo en biodiesel, en aceite vegetal, etcétera Y eso es decisión política, no es el mercado el que va a decidir”, dijo Erize.
Calidad
“La palabra calidad es muy peligrosa. Calidad es lo que no hay. Este año no hubo trigos de calidad, así que el mercado premió los trigos que tuvieron calidad con precios al doble. Este año todo el mundo sembró calidad y cuando vayas al mercado vas a decir: tengo gluten, tengo proteínas y la respuesta dirá que todo el mundo tiene gluten y proteínas. Y te van a pedir W (factor que determina la calidad del trigo para panificación). Hay que tener cuidado. Calidad es lo que todo el mundo quiere, no lo que uno cree que debe ser. Calidad no es 32% de gluten u 11% de proteínas. Si el mercado no lo quiere, no me sirve. Así que tengo que hacer lo que el mercado quiere, el que manda es el cliente, esa es la verdad”.
¿El mercado está dispuesto a pagar calidad? Este año el mercado no va a pagar porque todo el mundo hizo trigos de calidad, el clima acompañó, todo el mundo fertilizó más. Por lo tanto el que apostó a eso se va a sorprender de manera negativa, pero era lógico.
Desventajas
“Fletes e intermedicación en la producción de alimentos con valor agregado”, son para Erize dos factores que hacen a la desventaja para la Argentina a la hora de comercializar sus productos.
“Hay que ser consciente y al presidente mismo le han hecho decir que vamos a exportar fideos con marca de galletitas. A ver si nos ponemos de acuerdo: el mundo es una fortaleza arancelaria, exportar fideos con marca de galletitas es muy difícil. Diría casi imposible. El rey del valor agregado, Estados Unidos, exporta 30 millones de toneladas de trigo a granel por año. O sea, siembra 10 millones de hectáreas de trigo a 3.000 kilos por hectárea, son 30 millones que tira arriba los barcos sin procesar. Hay dos preguntas: ¿no se puede exportar valor agregado o los americanos son tontos? Tontos no son. No se puede. He estado en Egipto, el principal importador del mundo de trigo, que pone en la entrada al país un molino harinero gigante y un arancel a la harina del 400%. Eso no se puede desconocer. Por eso lo que si podemos exportar es maíz hecho carne. En maíz hemos perdido 20 años. Son cuatro a cinco gobiernos sucesivos que han impedido que el maíz se transforme en carne. Argentina ha perdido el mercado de carne, era el principal exportador y hoy nos supera Uruguay. Esos son planteos que no resisten el menor análisis. Algo hay que hacer”.
“Argentina no puede producir maíz que recorra 400 kilómetros a puerto. Eso no tiene ninguna chance de ser viable. Tampoco podemos estar criando pollos a 50 kilómetros de Rosario, porque compra maíz pagando a 30 o 45 días y Cargill viene y compra maíz con pago a 48 horas un barco. Hay que trasladar el criadero a 400 kilómetros, pero ¿quién va a decidir eso? No es el mercado, es el Estado, el Gobierno de turno que tiene que marcar la cancha. Tiene que haber políticas de desarrollo para sectores de la economía que están mal ubicados o mal enfocados en su objetivo final.
No puede ser que hagamos 20 millones de hectáreas de soja y cuatro millones de maíz. Eso no pasa en ninguna parte del mundo, pero somos tremendamente competitivo-imbatibles. Hagamos al revés, primero seamos más competitivos en maíz y después bajemos las retenciones a la soja”.
Germán Cassetta, decano de Básicas: “Trabajo en conjunto”
“Venimos trabajando con ACA desde hace tiempo a partir de un acuerdo. Uno respecto a la generación de bioenergía y otro desde la carrera de Ambiente. Hoy con esta jornada sobre Desarrollo Agrícola se reunió a productores, estudiantes y egresados, algunos que trabajan en ACA”, dijo a EL DIARIO Germán Cassetta, decano del Instituto de Básicas de la UNVM.
“Además se trata de una de las cooperativas más grandes, con responsabilidad social, que prioriza al hombre y nos hemos encontrado en un lugar común. Incluso proveerá de insumos para trabajos prácticos”, agregó.
Paulo Schiavi, de ACA Tío Pujio: “Por los productores”
Paulo Schiavi, responsable del Centro de Desarrollo Cooperativo (CDC) de Tío Pujio, dijo que “hay un vínculo en distintas actividades con la universidad. Trabajamos con proyectos como una planta de recuperación de efluentes y en este caso compartimos una charla con un especialista que puede ser bandera para un ciclo de conferencias. Esta disertación apuntó a alumnos avanzados de la carrera de Agronomía, a hijos de productores, porque apostamos al recambio generacional de la empresa agropecuaria familiar.
La actividad con Erize fue por el lado de la comercialización y eso nos deja hacer ver una diferencia, que es marcar que en ACA somos comisionistas, por lo que un productor que logre mejor precio es mejor para nosotros, mejora en el porcentaje”.