Organizada por el Foro de las Colectividades, la celebración cultural recibió a casi mil personas de la ciudad y alrededores, superando todas las expectativas
Un clima de fiesta se vivió ayer en el Prado Español, lugar que recibió a cientos de personas en el marco de la Fiesta de las Colectividades. A las 11 se abrieron las puertas del salón y desde un primer momento comenzó a acercarse la gente, que con curiosidad inició el recorrido por los stands y empezó a disfrutar una hermosa tarde, conociendo sobre las distintas culturas que nos habitan.
Las colectividades que participaron en esta fiesta, que se viene organizando desde hace cinco meses, fueron el Círculo Italiano, el Centro Vasco Euzko Etxea, la Asociación Española de Socorros Mutuos de Villa María y Villa Nueva, la Casa Balear, la Familia Piamontesa, la Sociedad Sirio Libanesa, la Sociedad Israelita de Beneficencia Hebrah Keduscha y Asociación de Cultura Italiana Dante Alighieri, todos de la ciudad.
Si bien los principales atractivos fueron la comida y la danza, cada entidad tenía la posibilidad de armar un stand cultural, si así lo querían, en donde podían mostrar su historia, sus actividades e invitar a todos los que quieran a sumarse.
A las 13 subió Miguel Borsatto al escenario montado en el salón y dio la bienvenida a todos los presentes, realizó la presentación de cada una de las instituciones de la comisión organizadora y comenzó a introducir a los distintos números musicales que se desarrollaron a lo largo del día.
Para todos los gustos
Cada una de las colectividades presentó en sus stands platos típicos de sus culturas. En el salón se pudo apreciar un mix de sabores, olores y colores, que fueron disfrutados por todos los presentes.
De tierras italianas llegaron las pizzas, la bagna cauda, la lasaña, ravioles y bandejas de fiambres. De postre se hicieron presentes el tiramisú, la pasta frola, helados y torta di mela, una riquísima tarta de manzana. Los sirio libaneses ofrecieron kebbe crudo y cocido, niño envuelto, puré de garbanzo y empanadas árabes. De España se pudo disfrutar una exquisita paella, empanadas gallegas, choripán de chorizo colorado, bondiola de cerdo, cocas de tomate, pastissets y ensaimada. Los vascos deleitaron con piperrada, tortilla, pintxos (variados) y unas muy ricas tortas. Lo primero en terminarse fue la lasaña, pero todos los stands estaban llenísimos de personas ávidas por disfrutar los distintos manjares.
Todas las mesas dispuestas en el predio estaban abarrotadas de familias y grupos de amigos, compartiendo el momento y probando la mayor cantidad posible de platos.
Al ritmo del mundo
Los espectáculos presentados por cada organización comenzaron pasado el mediodía. Capricho Español fue el grupo de baile encargado de abrir al ritmo de un pasodoble, todos vestidos de un impoluto rojo y negro. Luego subió al escenario el grupo Txikis, conformado por los niños del Centro Vasco, a presentar una de las danzas más alegres, atractivas y antiguas de Europa. Unos minutos después llegaron las chicas de Aisha Ra con su danza del vientre y temas árabes modernos, seguidas por la agrupación italiana Ca’Nostra presentando un fandango.
El toque latinoamericano llegó con las danzas bolivianas a cargo del grupo Caporales AndeSur y luego vino un corte para almorzar, musicalizado por la Agrupación Acordeonistas Villa María, que logró que los primeros valientes comenzaran a bailar alrededor de las mesas.
Luego de la pausa, Capricho Español volvió a la pista a bailar «La rumba del bongo», seguido de los Tarijeños que bailaron al ritmo de una cueca tarijeña. La danza cueca deriva de “clueca”, en referencia a los movimientos de una gallina que es correteada por el gallo o en el caso de las relaciones de pareja, de una mujer acosada por el hombre. Los grupos dieron paso a dos solistas, Melina Peralta y Romina Martínez, quienes por separado interpretaron distintas danzas, desde temas de Sergio Denis hasta “La carreta del Rocío”. Una tercera, María Elisa Zargniotti, presentó una farruca y un flamenco.
Cerca de las 15 volvieron las danzas árabes, primero de parte de Laura Arias Salomón y luego de la mano de Valeria Mallorga y finalizó Aisha Ra presentando el dabkeh femenino, que es una danza folklórica del mundo árabe. Su nombre significa “golpear los pies”.
A las 16 los organizadores agradecieron la participación del publico, de cada artista y de todos los que colaboraron para que la fiesta de todos se haga realidad.
Luego Aisha Ra volvió para deleitar a todos con halishi, un baile tradicional del golfo pérsico, también llamada «danza del cabello». Esta danza es extremadamente femenina, gestual y expresiva y las bailarinas interpretan con sus movimientos y gestos la letra de la música. La expresión del rostro al bailar es delicada, alegre y tímida.
Después de este momento, los adultos de Hekduak realizaron la danza makil. Casi al final de la tarde, el grupo Sol de España realizó danzas españolas y por último un grupo formado por tres mujeres bailó el flamenco “Alegría de Cádiz”.
Los organizadores quisieron darles continuidad a las presentaciones, por eso fluyeron una tras otra en armonía. El objetivo se logró: mostrar diferentes danzas y dar a conocer y compartir la cultura de cada una de las colectividades presentes.
Unificando ideas
En diálogo con EL DIARIO, Walter Torres, presidente de la Sociedad Española, manifestó: «Nosotros empezamos con el Foro de las Colectividades, haciendo un par de eventos antes, pero siempre continuando con la historia de mucho tiempo atrás. Por distintas circunstancias, hace tres años que no se pudo llevar a cabo esta fiesta, a pesar de que hicimos muchos esfuerzos todas las colectividades. Intentamos todo pero no se concretaban, y este año pudimos lograrlo, unificamos los criterios y las ideas, lo mejor es que fue un trabajo netamente de las colectividades y de la gente que trabajó con muchas ganas. Gracias a Dios, hasta el momento la estamos pasando muy bien, hay mucha gente, es colorido, todos podemos mostrar nuestras culturas, nuestras comidas y la gente lo acepta de esta manera”.
Al ser consultado sobre cuánto hace que se viene organizando todo para este día, expresó: “Hace cinco meses empezaron las reuniones, donde presentamos las primeras ideas, y después se fue trabajando en conjunto y haciendo las jornadas más intensivas hasta que vimos la posibilidad de que esto se podía desarrollar. Se fueron sumando algunas colectividades más, pero la base sigue siendo la misma, los que empezamos”.
Oscar Trucco, miembro de la Familia Piamontesa y de la Dante Alighieri, le contó a EL DIARIO que la intención es que esta sea la primera de muchas fiestas: “Se hizo la cartelería uniforme para que no haya diferencia de un stand al otro y para guardar para la posteridad. Esperamos poder seguir los próximos años. Es una fiesta muy linda, se puede ahondar los sentimientos de cada uno sobre su tierra, transmitirlo y compartirlo. Es un grupo de gente muy familiero, todos muy trabajadores y colaboradores, muy espontáneos, con el objetivo de que esta fiesta nos haga sentir bien a todos. La ilusión es que esto siga agrandándose y que se sigan sumando colectividades”.
“Se hizo con la sencillez de todas las colectividades, de todas las comunidades y la fuerza de unos pocos, pero creo que valió la pena. Dos personas por colectividad nos empezamos a reunir todos los jueves para organizarnos e hicimos un foro; no hay presidentes no hay secretarios, somos todos caciques y todos indios, todos iguales. Nos unimos muy rápido, hubo feeling de parte de todos y acá estamos”, finalizó.