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Elevaron a juicio un feroz intento de femicidio perpetrado en Oliva

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Elevaron a juicio un feroz intento de femicidio perpetrado en Oliva
Victimario y víctima. José Caruso en una foto tomada por EL DIARIO el 17 de septiembre de 2013, cuando fue juzgado y condenado en los Tribunales locales. Y Brenda Casas, en una imagen de su cuenta de Facebook

José Efraín Caruso está acusado de haber querido asesinar a su exconcubina, Brenda Casas, a quien le descerrajó siete balazos. El hecho ocurrió el 11 de junio y la víctima estaba embarazada de tres meses y medio. Ella y la criatura salvaron sus vidas milagrosamente

Victimario y víctima. José Caruso en una foto tomada por EL DIARIO el 17 de septiembre de 2013, cuando fue juzgado y condenado en los Tribunales locales. Y Brenda Casas, en una imagen de su cuenta de Facebook
Victimario y víctima. José Caruso en una foto tomada por EL DIARIO el 17 de septiembre de 2013, cuando fue juzgado y condenado en los Tribunales locales. Y Brenda Casas, en una imagen de su cuenta de Facebook

La fiscal de Instrucción de los Tribunales de Oliva, Mónica Alejandra Biandrate, elevó ayer a juicio una causa que hace poco más de cuatro meses conmocionó a la opinión pública de aquella ciudad por las estremecedoras características del hecho de sangre.

Se trata del intento de homicidio de una joven que estaba embarazada de 14 semanas, quien recibió siete disparos de arma de fuego (cuatro en el abdomen, dos en la cabeza y el restante en un brazo) luego que su expareja irrumpiera violentamente en su domicilio.

Los protagonistas de esta impactante historia, que no terminó en tragedia sólo por milagro, son José Efraín Caruso (35), un comerciante oriundo de la provincia de Santa Cruz, pero domiciliado en Oliva desde hace varios años, y quien hasta pocos meses antes del brutal ataque había sido su pareja, Brenda Vanina Casas (24), que a fines de noviembre alumbrará una criatura cuyo padre intentó darle muerte.

De acuerdo con la requisitoria de elevación a juicio, Caruso deberá responder como presunto autor de “homicidio calificado por la relación de expareja con la víctima y por mediar violencia de género contra una mujer (femicidio), en grado de tentativa” y “aborto agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa”. Asimismo, el agresor también está imputado por otros ilícitos cometidos en perjuicio de Casas, anteriores al intento de asesinato: “lesiones leves calificadas”, “amenazas”, “violación de domicilio”, “desobediencia a la autoridad y “encubrimiento”.

Si bien la Defensa de Caruso (ejercida por el abogado Mario Bongianino, de Hernando) puede oponerse a la medida procesal, es prácticamente un hecho que la causa llegará a la Cámara del Crimen de Villa María antes de que concluya el año y todo indica que el juicio se realizará durante el primer semestre de 2017.

 

Un ataque brutal

EL DIARIO pudo acceder a la pieza acusatoria elaborada por la fiscal Biandrate, quien de acuerdo a los elementos de prueba reunidos en el expediente, el hecho más grave se produjo de la siguiente manera:

El 11 de junio del año 2016, siendo aproximadamente las 13.30, en oportunidad que Brenda Casas se encontraba en su domicilio de General Paz 909, Oliva, advirtió que en su teléfono celular tenía llamadas y mensajes de texto provenientes de José Caruso, los cuales no alcanzó a leer.

Siendo alrededor de las 14, Casas escuchó estacionar un vehículo frente a su morada, por lo que al asomarse por la ventana observó que se trataba de Caruso, quien llegó a bordo de un Peugeot 504 azul, el que dejó estacionado al frente con el motor en marcha.

Una vez allí, Caruso descendió del rodado, se dirigió a la puerta principal de la vivienda y le manifestó a Casas “abrime la puerta”. Desde adentro, la damnificada le contestó “no, porque no podés venir para acá”, respondiéndole el prevenido “abrime, vamos a tomar unos mates”.

Ante la negativa de Casas a franquearle el ingreso, Caruso se acercó a la ventana, que tenía los vidrios cerrados, le hizo una seña a la damnificada, indicándole engañosamente como que no escuchaba lo que decía, por lo que ella intentó abrir un poco la ventana. En ese momento y de manera intempestiva, el acusado trepó a la ventana y golpeó el rostro de Brenda con la abertura, para inmediatamente después propinarle una patada a uno de los vidrios, el cual se destrozó, ingresando a la vivienda en contra de la expresa voluntad de Casas.

 

Siete balazos mortales

Una vez adentro quedó de frente a la damnificada y, sin mediar palabra, Caruso extrajo de uno de los bolsillos de la ropa que llevaba un revólver calibre 22. Empuñando dicha arma con la mano derecha, con la clara intención de terminar con la vida del feto de 14 semanas que Casas estaba gestando, el cual era fruto de la concepción de ella con el prevenido Caruso (lo que era conocido por éste), le apuntó a la panza y le efectuó cuatro disparos, impactando los mismos sobre el abdomen de la damnificada.

Inmediatamente después continuó su accionar y, con la intención de quitarle la vida a su exconcubina, le efectuó tres disparos más: uno impactó en el antebrazo izquierdo y dos en la zona del cráneo.

A raíz de ello, Brenda Casas se desplomó en el suelo, quedando en posición decúbito ventral, en estado inconsciente y agonizando, con pérdida de sangre.

Luego, Caruso se dirigió hacia la puerta principal de la vivienda y, de espalda a la víctima, se efectuó un disparo en la zona de la boca, cayendo al piso y quedando en posición decúbito ventral e inconsciente.

Casas resultó con heridas de bala en abdomen y a nivel ilíaco izquierdo, herida de bala en antebrazo izquierdo sin lesión ósea y dos impactos de bala en el cráneo, uno en la región parietal superior y otro en la fosa posterior de la región occipital, produciendo fractura de cráneo­­­, por lo que se asignaron 45 días de curación.

 

Condenado en 2013

El 17 de septiembre de 2013, en un juicio de trámite abreviado sustanciado en la Cámara del Crimen villamariense, José Caruso fue condenado a tres años de prisión luego que confesara haber pergeñado un robo en la vivienda de un médico de la localidad de Pampayasta Sur y para el cual envió a dos adolescentes a perpetrar el atraco.

El hecho se produjo el 25 de junio de 2012, cuando dos jovencitos de 16 y 17 años ingresaron al domicilio del médico Julio Angel Maldonado y, tras violentar un ropero, se apoderaron de una suma de dinero cercana a los 25 mil dólares.

Los ladrones habían llegado al lugar en un automóvil conducido por Caruso, quien no sólo organizó el ilícito, sino que los aguardó afuera mientras aquellos consumaban el robo y posteriormente los tres escaparon con el botín hacia Oliva.

Lo sorprendente del caso es que uno de los menores es nieto de Maldonado, por lo que valiéndose de esa condición tuvo acceso a una llave de la vivienda ubicada en San Juan 563 de Pampayasta, lo que le permitió ingresar sin necesidad de romper la cerradura de la puerta principal.

El otro adolescente implicado en la causa es cuñado de Caruso y ambos jovencitos recibieron como pago por sus “servicios” 3.000 pesos cada uno.

Caruso llegó a juicio acusado como “partícipe necesario de robo calificado, agravado por la participación de menores”, pero durante la audiencia se cambió la carátula y fue declarado “partícipe necesario de hurto calificado, agravado por la participación de menores”.

Como al momento del juicio llevaba 11 meses entre rejas y por tratarse de un convicto primario, pudo obtener la “libertad condicional” un par de días después de dictarse la sentencia.