Ayer se celebró en el mundo el Día de la Diabetes, en conmemoración del descubrimiento de la insulina. Diversas entidades se expresaron acerca del tema, también en Villa María
Escriben Graciela Magallanes y Rocío Belén Martín (*)
En este artículo el lector se encontrará con un conjunto de apreciaciones ligadas a la diabetes y los aprendizajes que podemos tomar de las situaciones adversas. Es decir, aprender a salir adelante y fortalecido tal como les pasa a muchas personas que tienen diabetes, pudiendo acompañarlas y acompañarnos a nosotros mismos en ese cuidado y enseñar a otros.
Todos podemos salir fortalecidos en la adversidad (ser resilientes) si nos enfocamos en las conductas que posibilitan abrirse a un desarrollo más sano. El lector podrá encontrar en esta indagación una multiplicidad de mecanismos mediadores que ayudaron a las personas a aprender de otras con diabetes al haberles enseñado a hacer frente a diferentes situaciones de riesgo para la salud.
Estamos convencidas de que cada persona tiene factores psicológicos, sociológicos, biológicos, físicos y culturales que pueden potenciar para aprender y a la vez enseñar a otros a salir fortalecido. Militar por políticas saludables de vida es una oportunidad que podemos darnos y la diabetes mellitus (enfermedad crónica no transmisible, caracterizada por el aumento de los niveles de azúcar -glucosa- en sangre) tiene mucho por enseñarnos.
Las expectativas en esta dirección se vinculan a la importancia de las políticas sociales y políticas en salud colectiva que colaboren en promocionar un cambio de actitud de todos, se encuentren o no en situaciones adversas frente a la problemática de la salud en relación a la diabetes.
En el apartado que sigue se incluyen algunos indicios de nuevos militantes de la salud que, de algún modo, nos motivan a formar parte del desafío que tenemos con nosotros mismos en interacción con los demás.
La indagación fue un estudio exploratorio cualitativo a hombres y mujeres de menores de 20 años y hasta más de 80 (en cada caso se aclara entre paréntesis la referencia a la muestra en sexo y edad). Es intención de esta muestra mostrar la diversidad de aprendizajes de distintas generaciones.
¿Qué se aprende de las personas con diabetes? ¿En qué sentido ellas nos ayudan a tener una vida saludable?
-Que la voluntad moldea al cuerpo (H +40). La voluntad y esfuerzo permiten enfrentar las enfermedades y seguir adelante. Requiere voluntad, pero los resultados compensan con creces su esfuerzo. Nada es mágico y todo lo duradero requiere un cambio de realidad y empeño (H +50). Muestran día a día que con sacrificio y voluntad su enfermedad permanece dormida (M +40). En descansar lo necesario y equilibrar con hacer deportes y comer saludable (M +40, H +50).
-Aprendemos de su sistematicidad, tolerancia y persistencia (H +50, M +40, H +40, M +30, M +50 y M +50), son ejemplos a seguir (H +20). La capacidad que tenemos los individuos de adaptarnos a un tratamiento diario asumido con normalidad (M +50). Que cada uno puede ayudar a controlar su cuerpo (M -20). A los controles médicos periódicos trimestrales o semestrales (H +50, H +70 y M+80). Controlarse los niveles de glucemia periódicamente (M +20). Se aprende cuál es el límite de azúcar y sus excesos que el cuerpo no puede controlar (H +20). Aprendemos el control del sobrepeso, alimentario y de actividad física (M +50, M -20, M +30 y M +70). Cuidado personal con respecto a la alimentación (H +40, M +40, M +20 y M +50). En el intercambio de los alimentos, de poner en nuestro plato más verduras (M +40). Por su capacidad de detectar lo saludable (H +50, M +30). Control de uno mismo y compromiso con la vida propia (M +40).
-Que muchas veces se confunde una persona con debut diabético en situación de riesgo por descompensación, con características parecidas a un drogadicto o anoréxico y que algunas veces los médicos no advierten esos síntomas y puede llegarse a perder la vida (H +70).
-Enfermedad silenciosa que ingresa de diferentes maneras con consecuencias graves si no se trata con respeto, porque afecta a todos los órganos (H +50). Que cuando aparecen signos o síntomas lo mejor es tomar conciencia y hacer los controles antes de que se agrave (H +30).
-Que algunas personas con diabetes son militantes en vida de la concientización donde quiera que estén (H +70). Por su compromiso en las campañas de prevención y difusión sobre la problemática del azúcar en sangre (M +50). En que si formás parte de su familia o estás cerca de esas familias a veces compartís comidas y ayudás para ser uno más saludable (H-20). Aplicar medidas de correcta prevención por las complicaciones (M +60). En la fuerza de voluntad para sobrellevar la enfermedad (H +50). Porque aprendieron a cambiar de actitud frente a su forma de vida que llevaban (H +70). El que lo pasó ha entendido lo importante de lo saludable y transmite el estilo de vida (H +50).
-Que es una enfermedad difícil de asumir, que trae consecuencias, discapacitante. Que la sociedad cree que es un problema individual (M +50). Nadie está exento, algunos padecen diabetes y hay otros riesgos como, por ejemplo, accidente cerebro vascular (M +50).
-Nos ayudan a ser realistas cuando te toca una enfermedad crónica, pero supercontrolada y no tener miedo (M +60, M +20). De su vida saludable y las ganas de vivir a pesar de sus límites (M +40).
-Aprender a bajar la ansiedad y estrés porque muchas veces se desencadena y no sólo por lo alimentario y fisiológico (M +30).
-Poniendo en cuestión cómo el saber médico nos atraviesa (H +40). Creo que se aprende a tomar conciencia o a preguntarnos cómo nos estamos alimentando (M +20). Se aprende no sólo de las comidas y alimentos que son «permitidos», y que el día de mañana tal vez uno como familiar tenga que ingerir, sino también a compensar las comidas derivando en un control por parte de uno mismo y hacer el día a día mas «normal» (M +20), que hay alimentos que estamos acostumbrados a comer a diario y nos hacen mal (M +50, M +20).
-Nos enseñan cómo alimentarnos y a mirar las etiquetas (M +50). Nos enseñan que no están en los precios cuidados los productos que tienen que consumir (H +20).
-Si queremos acompañarlos logramos una vida más saludable en el cuidado, alimentación y ejercicio (M +40, M +50). Entenderlos y acompañarlos (H +50), es una persona normal como cualquier otra (H -20). Darle fuerza para cuidarse (M +80).
Cualquier cierre, para la fuerza de las afirmaciones dadas por los propios entrevistados, no es más que invitar al lector a darse la oportunidad y preguntarse por lo que aprendemos de la diabetes, de los que tienen diabetes y de la posibilidad de acompañarlos y acompañarnos mutuamente en la búsqueda de salud. Su fuerza inspiradora y tenacidad son testimonios vivos de las oportunidades que transforman nuestra vida.
Este viaje al cambio de prácticas, cambio de actitud en nuestros estilos de vida lleva su tiempo y las personas con diabetes pueden ser nuestros orientadores para salir fortalecidos de las adversidades y al mismo tiempo podemos ser militantes de prácticas saludables para con otros. Alguna vez una persona con diabetes dijo: “Mi cuerpo me enseñó y aprendí ‘qué era yo’ en términos de cuidado y salud. El problema de salud me lo enseñó”. Ojalá la diversidad de respuestas que nos dieron los entrevistados pueda colaborar en los cuidados que el lector puede darse.
Cuando hablamos de estos temas, debemos atender a los procesos de participación y toma de conciencia para apostar a la salud colectiva, como campo de prácticas, lo que implica situaciones de vida, en contextos reales de participación al involucrarnos en procesos de aprendizaje colectivo; es decir, potenciar las historias de aprendizaje compartidas; en las decisiones, en los anhelos, los cuidados y en el desarrollo de prácticas responsables de salud.
Cada persona trae una historia y aprende en contextos y situaciones que son siempre particulares y diversos, con la interacción de los otros, y que el aprendizaje de una vida saludable con o sin diabetes no es menor. Por ejemplo, en este momento, quien lee este escrito no sabe lo que le pasa a su cuerpo y al de los otros. Esta instancia puede ser una oportunidad para iniciar esta exploración de sí, porque lo que es seguro es que nadie sabe lo que puede cambiar o mejorar en ese cuidado.
(*) Docentes e investigadoras de la Universidad Nacional de Villa María