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Testigos presenciales complicaron seriamente la situación de Pessuto

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Testigos presenciales complicaron seriamente la situación de Pessuto
Oscar Pessuto se abstuvo de declarar, pero no se descarta que lo haga la semana próxima, antes de los alegatos de las partes

Ivana Gaspar, esposa de Marcos Negro, y el mecánico Juan Giai pusieron en jaque al hombre que está acusado de haber golpeado ferozmente (junto a su hijo, menor de edad) al conocido comerciante villanovense, durante una pelea originada por cuestiones de tránsito

Oscar Pessuto se abstuvo de declarar, pero no se descarta que lo haga la semana próxima, antes de los alegatos de las partes
Oscar Pessuto se abstuvo de declarar, pero no se descarta que lo haga la semana próxima, antes de los alegatos de las partes

La viuda de Marcos “Colorado” Negro (44) y un mecánico que presenció el incidente callejero desde unos 40 metros, complicaron ayer la situación procesal de Oscar Alberto Pessuto (45), el hombre que está acusado de haberle propinado una feroz golpiza durante una pelea generada por una discusión de tránsito, de la que también tomó parte un menor de edad, hijo del victimario.

Se trata de Ivana Andrea Gaspar y Juan Miguel Giai, dos de los tres testigos que declararon en la Cámara del Crimen de Villa María, en la primera audiencia del juicio que se le sigue a Pessuto como presunto autor de “homicidio simple, agravado por la participación de un menor”, un delito que tiene una pena mínima de 10 años y ocho meses de prisión.

El tercero fue Emanuel Alejandro Servino, empleado de una gomería ubicada sobre calle Rivadavia al 500, frente al Monumento al Libertador General San Martín y a pocos metros de la bajada del puente Alberdi, donde se produjo el violento episodio la tarde del 17 de marzo de 2015.

Tanto Gaspar como Giai relataron que Pessuto se trenzó en lucha con el “Colorado” Negro luego que ambos descendieran de sus respectivos vehículos y los dos testigos presenciales afirmaron que la otra persona que acompañaba al acusado (su hijo mayor, por entonces de 15 años) intervino activamente en la gresca.

Tanto la esposa del comerciante fallecido como el mecánico, propietario de un taller ubicado sobre calle Rivadavia, a la par de la gomería, coincidieron en señalar que los agresores patearon a Negro cuando se encontraba en el suelo y que los puntapiés impactaron en la cabeza de quien fuera un estrecho colaborador del Club Leandro N. Alem de la vecina ciudad.

 

Estricta seguridad

El juicio oral y público comenzó 70 minutos después de la hora programada para su inicio (las 9), principalmente porque las autoridades judiciales dispusieron un riguroso operativo de seguridad en la sala de audiencias emplazada en el quinto piso de Tribunales.

Ante la presunción de que pudiese ocurrir algún incidente, personal de la Policía de la Provincia identificó a todas las personas que ingresaron al recinto (debieron presentar DNI, porque de lo contrario no podían entrar) y luego, junto a otros cuatro efectivos del Servicio Penitenciario de Córdoba, que habitualmente trasladan y custodian a los presidiarios, se encargaron de controlar que no se produjeran contratiempos.

Así pues, recién a las 10.10 la camarista Silvia Saslavsky de Camandone, acompañada por sus pares René Gandarillas y Félix Martínez, abrió el debate.

Además de los miembros del tribunal, participaron de las deliberaciones el fiscal de Cámara, Francisco Márquez; el abogado Luis Caronni, en representación de la esposa y las hijas de Negro, quienes se constituyeron en la causa como querellantes particulares y actores civiles; el letrado Eduardo Luis Rodríguez, defensor de Pessuto, y la asesora letrada María Cristina Rivera de Cerutti, representante legal del menor implicado en la causa, quien por su condición es inimputable y, por ende, no fue procesado.

Cabe señalar que a la par de Caronni estuvieron sentadas Ivana Gaspar y Florencia Negro, una de las hijas de la víctima, mientras que entre el público presente en la sala había varios familiares de Marcos, como otra de sus hijas y su padre, el exdirigente radical villanovense Juan Carlos Negro (fue concejal y miembro del Tribunal de Cuentas de la vecina ciudad, además de ser el fundador de una escuela de karate), mientras que por el lado de Pessuto se encontraba el mayor de sus tres hijos (precisamente el adolescente que intervino en la trágica pelea), actualmente de 17 años.

 

La acusación

A poco de comenzada la audiencia, la secretaria Gabriela Sanz dio lectura a la acusación que se le atribuye a Pessuto, elaborada por la fiscal Silvia Maldonado, que instruyó la causa penal.

Según la requisitoria, el hecho se produjo a las 16.35 de aquel martes 17 de marzo del año pasado, luego que ambos protagonistas discutieran por una maniobra de tránsito.

La pieza acusatoria sostiene que tanto Pessuto como Negro circulaban desde Villa Nueva (donde estaban domiciliados) hacia Villa María. El primero lo hacía conduciendo un Peugeot 504 rojo, acompañado por su hijo, y el segundo comandaba otro Peugeot 504, pero de color azul, junto a su esposa, a quien llevaba al trabajo.

Antes de trasponer el puente Juan Bautista Alberdi, Negro quiso superar al vehículo de Pessuto, pero -según relató Gaspar- el conductor del 504 rojo “no lo dejó”. Esta circunstancia generó el enojo del comerciante villanovense, quien unos metros más adelante se puso a la par del auto de Pessuto y de ventanilla a ventanilla le recriminó su acción, preguntándole “¿por qué no me dejás pasar?”.

Hubo un intercambio de insultos y, pocos segundos después, de la agresión verbal pasaron a los hechos: ni bien cruzó el puente, Pessuto detuvo su rodado (a la par de la explanada al monumento de San Martín) y Negro hizo lo propio detrás de él.

“¡No vayas a pelear… pensá en tus hijas y en tu trabajo!”, le imploró Andrea a Marcos cuando su marido se disponía a bajar del vehículo. Y como vio que él estaba decidido, agregó: “Si vas a pelear, yo me voy”, a lo que Negro le contestó: “Andate”.

Así lo ratificó ayer en la sala la propia Gaspar, quien al momento de recordar cómo se produjo el violento episodio se quebró emocionalmente. Unos metros más atrás, su hija Florencia tampoco pudo contener las lágrimas, al igual que la otra hija de Negro y demás familiares, quienes se hallaban entre el público.

Apenas Marcos descendió del rodado, su esposa hizo lo propio y se fue hacia la gomería ubicada sobre calle Rivadavia, ya que conocía a Emanuel Servino, empleado del lugar, a quien le fue a pedir ayuda.

 

Una feroz golpiza

Pero antes de llegar a destino, la mujer escuchó los ruidos propios de una pelea callejera. Y cuando se dio vuelta, vio a su marido caído en la calle, donde Pessuto y quien lo acompañaba lo estaban pateando ferozmente en la cabeza.

“No le pegaron en el cuerpo, lo patearon directamente en la cabeza”, aclaró Gaspar ante el tribunal.

La pelea fue muy breve. Para cuando ella llegó a la gomería y Servino acudió en su ayuda, otros automovilistas que cruzaban el puente le reclamaron a Pessuto y a su hijo, a viva voz, que dejaran de agredir a Negro, quien a esa altura de los hechos estaba totalmente indefenso, tirado sobre el pavimento.

Los agresores desistieron de su actitud, se subieron al Peugeot rojo y se alejaron del lugar. Negro fue auxiliado por su esposa y por Servino, quienes lo acompañaron hasta la gomería para que se lavara la cara, que estaba ensangrentada.

“¿Por qué peleaste? ¡Mirá cómo te dejaron!”, le dijo Andrea ni bien lo socorrió. Y en la sala precisó que “tenía todo el rostro desfigurado”.

“Me duele mucho la cabeza, me siento mal”, le confesó Marcos cuando se higienizaba en la gomería, donde incluso le pusieron hielo en la cara para tratar de deshinchar los hematomas que presentaba.

Momentos más tarde llegó al lugar una ambulancia de Bomberos, en la cual fue trasladado hasta la Guardia del Hospital Pasteur, donde le practicaron los primeros auxilios, aunque luego quedó “en observación” debido a los golpes que había sufrido en el cráneo.

“Le hicieron una tomografía y quedó internado hasta el día siguiente, cuando le dieron el alta”, añadió Gaspar, quien dijo que sacó a su esposo “en silla de ruedas”.

Pero el jueves 19 el estado de salud de Marcos empeoró. Lo llevaron a la Clínica San Martín, donde lo sometieron a una serie de estudios y establecieron que presentaba una hidrocefalia (líquido en el cerebro), por lo que los médicos que lo asistían le informaron a la familia que Negro debía ser intervenido quirúrgicamente.

Lo operaron al día siguiente y quedó internado en el nosocomio de calle Mendoza, donde experimentó una leve mejoría, pero el lunes por la tarde sufrió un infarto y falleció.

Por su parte, el testigo Giai dijo que el día de la pelea él estaba trabajando en su taller y se tomó unos minutos de descanso para fumar un cigarrillo.

Así, se llegó hasta la gomería que está al lado de su negocio, se sentó y, en esas circunstancias, presenció el incidente desde unos 40 metros. Y al relatar los hechos, señaló que vio cuando frenaron los dos autos, que sus conductores bajaron y “se agarraron a trompadas”.

“Después se bajó el pibe del Peugeot rojo y le pegó al otro tipo en la nuca”, añadió Giai, quien no pudo advertir si el golpe fue con el brazo o con algún otro elemento (se especula que podría haber utilizado una de las herramientas que usaba su padre para las tareas de mantenimiento que realizaba), aunque precisó que fue desde atrás.

“Fue un golpe de nocaut”, sentenció el testigo. Negro cayó pesadamente al suelo y allí fue pateado por las dos personas.

 

Prueba “por lectura”

Luego de un cuarto intermedio, el fiscal y los abogados de las partes acordaron incorporar el resto de la prueba “por lectura”, motivo por el cual no comparecerán ninguno de los testigos que ya declararon durante la instrucción de la causa y sólo lo harán los médicos requeridos por la Defensa.

 

A la espera de los testimonios de varios médicos

El juicio a Oscar Pessuto continuará recién el próximo viernes, a las 9 de la mañana, ya que la Defensa solicitó ayer, como prueba nueva, que comparezcan los médicos que atendieron a Marcos Negro, tanto en el Hospital Pasteur (adonde fue trasladado poco después de recibir la feroz golpiza) como en la Clínica San Martín (en la que fue operado y permaneció internado hasta el día de su fallecimiento, el lunes 23 de marzo de 2015).

El abogado Eduardo Rodríguez solicitó también que se incorporen otros informes médicos que no están incluidos en la historia clínica. Por esta razón, el debate seguirá la semana venidera.

 

Tuvo una condena hace 22 años

Aunque Pessuto hizo uso del derecho constitucional que le permite abstenerse de declarar, sin que ello sea interpretado como una presunción de culpabilidad, sí compareció sobre condiciones personales a poco de iniciado el juicio.

Así, precisó que nació en Villa María el 16 de junio de 1971 y que es soltero, pero que estaba en concubinato con Verónica Lourdes Tisera, con quien tuvo tres hijos: un varón de 17 años y dos nenas de 14 y 2.

Dijo que al momento de ser detenido se domiciliaba en Comercio 534 de Villa Nueva y que se ganaba la vida realizando, por su cuenta, tareas de mantenimiento en general, como pintura e instalaciones de luz, agua y gas.

Cuando se le preguntó si registraba antecedentes penales, admitió que en 1994, cuando tenía 23 años, fue condenado en la ciudad de Córdoba por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”.

La Justicia Federal de la capital provincial le impuso una pena de cuatro años de prisión, de los cuales cumplió dos años y medio, ya que recuperó la libertad en forma condicional.

La jueza Saslavsky se vio sorprendida, ya que en los registros sólo figuraba un procesamiento por infracción a la “ley de drogas”, pero no la condena.

De todos modos, por el tiempo transcurrido, aquella sanción no es computable, de modo que Pessuto podrá acceder nuevamente a la “libertad condicional” si es condenado por el homicidio.