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Levinsky: “El futbolista es cada vez más un objeto”

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Levinsky: “El futbolista es  cada vez más un objeto”
Levinsky posee una larga trayectoria en el periodismo. Entre otras tantas cosas, fue director de la revista deportiva semanal "Orsai", trabajó en Clarín, El Gráfico, además de los diarios El País y El Mundo (Madrid)

El periodista y sociólogo estuvo ayer en la ciudad presentando su libro “El fútbol pasa, los negocios quedan”

Levinsky posee una larga trayectoria en el periodismo. Entre otras tantas cosas, fue director de la revista deportiva semanal "Orsai", trabajó en Clarín, El Gráfico, además de los diarios El País y El Mundo (Madrid)
Levinsky posee una larga trayectoria en el periodismo. Entre otras tantas cosas, fue director de la revista deportiva semanal «Orsai», trabajó en Clarín, El Gráfico, además de los diarios El País y El Mundo (Madrid)

Habla apurado como quien desea contar mucho en el menor tiempo posible, y ni siquiera se toma una pausa para bucear en la memoria al traer recuerdos exactos del pasado. Sergio Levinsky charla de fútbol con pasión.

El periodista y sociólogo visitó la ciudad para presentar su libro, “El fútbol pasa, los negocios quedan”, y “Messi” cuyo autor es el catalán Guillem Balagué, del cual Levinsky fue editor en Latinoamérica.

En diálogo con EL DIARIO afirmó que “todo lo que vivimos hoy alguna vez ya ocurrió, no hay nada nuevo, más allá de que los protagonistas van cambiando, no aprendimos de los errores y, de hecho, muchos son casi calcados”.

En ese sentido hizo referencia a la actualidad deportiva y comparó: “Esto se parece mucho a la Eliminatoria del 69 cuando Argentina queda afuera de México 70 en la Bombonera”.

¿La situación actual de AFA, se asemeja a alguna otra de la historia?

-Sí, lo institucional, especialmente el año pasado, se pareció mucho a 1924 y a los dos cismas que hubo a principio del siglo XX, de hecho, uno de esos dos cismas termina haciendo que los grandes se vayan, y acá estuvo a punto de suceder que los grandes formen la Superliga porque no les daban los votos. Era un golpe de estado porque no se iban por voluntad, sino porque no les gustaba la situación. Esto iba a pasar y todavía puede llegar a pasar.

Hay tres sectores que tironean en AFA, los clubes, el Gobierno nacional y la FIFA y no hay acuerdo porque ninguno de esos tres sectores tiene demasiados puntos en común con el otro. El único punto en común es aquella llamada de Macri a Infantino.

¿Por qué “El fútbol pasa, los negocios quedan”?

-El nombre del libro es un juego de palabras entre los dos anillos, el de Grondona (Julio, presidente de AFA hasta el 30 de julio de 2014, cuando falleció) y Meiszner (José Luis, íntimo de Grondona, exdirigente de Quilmes y la Conmebol). Porque Grondona tenía un anillo que decía “todo pasa” y lo que se supo recién al final es que Meizner tenía otro anillo que decía “algo queda”.

Más allá del juego de palabras, es cierto que el fútbol es cada vez más negocio y menos juego. En el primer libro que hice, que se llama “Negocios del fútbol”, que es de hace 21 años, el prólogo me lo hizo Walter Closs, y allí puso una frase que es una gran verdad: “El fútbol del domingo se juega para la gilada, el fútbol en serio se juega de lunes a sábado en los escritorios”.

En el fútbol argentino no juegan con pasión, juegan con intereses, permanentemente, algunos movidos por la pasión, pero en general movido por los negocios.

-Y así, el futbolista queda cada vez más en segundo plano…

-El futbolista es cada vez más un objeto. De hecho, en estos días, empiezo a observar algo raro que pasaba en los años 50, que es incipiente, y que es un principio de rebelión de los jugadores hacia ciertos sistemas tácticos. Se empieza a ver en algunos equipos, pero es muy leve porque no hay caudillos porque a los seis meses se van.

Es muy difícil ser líder si no hay una continuidad. Es más, son como cartas que se van mezclando todo el tiempo, y no sólo le sirve mezclarse porque venden y venden, sino que al mezclarse todos jugaron alguna vez con todos, lo que hace las cosas más fáciles de arreglar. Todos los equipos tienen a alguien que ha jugado con otro, en otro lado. Cada vez es más fácil cualquier tipo de arreglo.

¿Grondona le hizo bien o mal al fútbol argentino?

-Lo que hizo, para mí, es básicamente congelar una situación. Después de la muerte de Grondona la situación vuelve a ser la de antes de la dictadura militar, entonces Grondona congeló la situación, ni mejoró ni empeoró.

Porque lo que hizo fue cambiar un todo, un sistema de muchos años de pugna entre sectores, por dádivas. A partir de él empieza primero la dádiva de Torneos y Competencias, cuando encuentra cómo prestarle dinero a los clubes, pero no a pedírselo, para que le deban algo. Así se instaló, todo el mundo le debía algo.

Con el Fútbol para Todos encuentra una situación más brillante todavía porque tiene más dinero para dar, el arreglo fue bárbaro para él porque fue Estado-AFA, por lo cual la plata pasa por él y él decidía cuándo y cómo se la daba a los clubes.

 

El Messi interior

“Nosotros conocemos el Messi jugador, pero el Messi persona no”, aseguró Levinsky, al momento de contar que “este libro urga mucho en eso” cuando toma en sus manos la publicación del catalán Balagué.

Inmediatamente comenzó a largar anécdotas que el libro recorre. “Por ejemplo, qué pasa con el Messi que con 16 años empieza a entrenarse en la Primera, con ese chico lejos de la madre, que comía milanesas y papa fritas todos los días, qué pasaba con ese Messi tímido que no habla con nadie y que va el primer día a comer, retira su bandeja y cuando se da vuelta no sabe a que mesa ir, entre toda gente más grande y consagrada”, planteó y respondió: “Uno le levantó la mano y le dijo ‘acá, con los brasileños’. Era Ronaldinho, y lo salva. Nunca más salió de ahí”.

Baldassi, también

El exárbitro internacional, Héctor Baldassi, presentó ayer su autobiografía, “¿Qué cobrás?”, en una cena que se llevó a cabo en la sede del Rotary Club Villa María Este. El cordobés compartió secretos, anécdotas y experiencias con decenas de personas