
La faena de los docentes músicos villamarienses fue calificada como “de lujo” por la delegada del Ministerio de Educación en la materia

El pasado miércoles se concretaron en el auditorio Antonio Sobral audiciones didácticas, a las que asistieron alumnos de varias escuelas de nuestro medio.
La actividad fue promovida desde el ámbito del Ministerio de Educación provincial, y contó con la actuación de profesores de la Escuela de Música Popular (EMPO).
Por la mañana y por la tarde, niños que concurren a establecimientos escolares cercanos al auditorio apreciaron la destreza de los músicos, quienes explicaron detalles e historia de cada instrumento.
Según explicó a EL DIARIO Nory Lazzuri, a cargo del Apoyo Técnico de Educación Musical de la Tercera Región Escolar, “se trató de un espectáculo de lujo y un aporte muy valioso para la educación artística de los niños, y ahora serán los maestros de música de cada escuela participante, los que tendrán la misión de ser nexos entre el interés despertado en los chicos, y la posibilidad de que abracen estudios musicales”.
La funcionaria resaltó que esta experiencia, que surgió por la iniciativa de la Escuela de Música Popular, será ampliada en 2017 a mayor cantidad de escuelas, en especial de la región circundante a Villa María.
La temática se dirigió principalmente a la música folclórica argentina, abordando los ritmos más conocidos tales como la zamba, el gato, la chacarera, el chamamé y el carnavalito, así como el tango y la milonga, desplegando instrumentos básicos como, por ejemplo, guitarra, bombo, violín, charango y la evolución con instrumentos modernos como la guitarra eléctrica, el bajo, el piano, el sintetizador, la batería, la flauta y el saxofón.
Todos aplicados a un repertorio de nueve canciones de diferentes autores y compositores argentinos: los Hermanos Avalos, Atahualpa Yupanqui, Demi Carabajal, Adolfo Abalos, Edmundo Zaldívar, Tránsito Cocomarola, Pedro Laurenz y Astor Piazzolla .
El repertorio fue integrado por La siete de abril, El gatito de Tchaicovsky, Chacarera de las piedras, La simple, Carnavalito quebradeño, El humahuaqueño, Kilómetro once, Milonga de mis amores y Libertango.
Según el especialista José Carlos Pavón Martínez, la «audición», está íntimamente relacionada con el de «educación auditiva», con lo que se define uno de los procedimientos más característicos de la educación musical. “La acción de aprender a escuchar debe cultivarse a lo largo de todo el período escolar, ya que la adquisición de un oído capaz de reconocer y diferenciar es algo que se aprende poco a poco y necesita un largo proceso”, indicó.
“La música es una forma de expresión artística que guarda un gran parecido con el resto de las artes. Pero, sin embargo, posee una cualidad que la diferencia del resto de las artes: para apreciarla es necesaria la utilización de la audición. Por desgracia vivimos en una sociedad en la que la actividad auditiva se ha ido perdiendo gradualmente, primero por el dominio absoluto de la imagen sobre las otras formas d comunicación y en segundo lugar, porque estamos inmersos en lo que, desde hace algún tiempo, se ha denominado «contaminación sonora». Dicha contaminación, producida por el aumento de las fuentes sonoras en nuestro entorno, hace que nuestros oídos se encuentren expuestos a una acumulación constante de materia sonora, puesto que ni durante el sueño este sentido descansa. Precisamente en este entorno es en el que la educación musical y más concretamente la educación para la consecución de una audición activa y selectiva, debe tener un papel preponderante en la escuela para estimular y motivar la voluntad de escucha que, poco a poco, ha ido perdiéndose”, dice Pavón Martínez.