La final de la Copa Argentina fue plena de goles. En la ciudad salieron a festejar y a dar la vuelta olímpica. El equipo de Gallardo le ganó 4 a 3 al de Coudet con tres tantos de Alario (dos de penal) y otro de Alonso. Musto y Ruben (expulsado), en dos oportunidades, marcaron para el Canalla en el Mario Alberto Kempes. Los de Núñez jugarán la Libertadores 2017
En un partido emotivo, con el marcador cambiante y con muchos goles, River Plate se coronó anoche campeón de la Copa Argentina y se acreditó el derecho de participar en la próxima edición de la Copa Libertadores de América.
Al final de cuentas los Millonarios se impusieron por 4 a 3 a Rosario Central, pero la balanza recién comenzó a desnivelarse durante el último cuarto de hora del período final, cuando el uruguayo Iván Alonso encontró el cuarto gol para el elenco de Marcelo Gallardo y, sobre todo, cuando a sólo seis minutos de la conclusión, el árbitro Patricio Loustau expulsó al goleador del equipo canalla, Marco Ruben.
El cotejo tuvo un nombre propio que se destacó por encima de todos: Lucas Alario, que convirtió tres goles para los de Núñez, los dos primeros mediante el acierto de sendos penales (faltas que dejaron ciertas dudas).
Sobre la cancha, con un piso horrible, los delanteros de ambos equipos se impusieron a las defensas y sólo por momentos se observaron juegos elaborados, con pelota bien jugada y un fútbol relativamente prolijo.
Pero era una final y ambos elencos entraron el campo de juego con una sola intención: perforar el arco rival.
Por otro lado, los tiempos fueron similares, pero invertidos: así, durante el primer empezó ganando River, pegó dos veces en el arco opuesto la escuadra rosarina, pero los capitalinos alcanzaron el empate a pocos minutos del descanso. Fue 2 a 2, entretenido y estaba para cualquiera, sobre todo por los errores del arquero Batalla.
En el segundo período, en cambio, el que comenzó al frente fue Central cuando, a los 18, Ruben marcó el segundo de su cuenta y avanzó a los auriazules en el marcador.
Fue entonces cuando en cuestión de minutos, a los 27 y 30, entre Alario y Alonso, River quebró la primacía en el tanteador y, a falta de 15 minutos se puso adelante con un 4 a 3 que, lejos de ser definitivo, pareció que iba a motivar a los rosarinos.
Pero, poco a poco River se hizo suficiente y a Central se le cerraron las puertas, máxime cuando a los 39 minutos una falta en el medio del campo, que el árbitro penó con tarjeta roja, Ruben se fue a los vestuarios.
Fue de River, tal vez por aquello de que “no está muerto quien pelea” o porque “el que apuesta al gol gana”.
Fue de River. Ganó su novena copa de carácter nacional y se sumó al convite de la nueva edición de la Libertadores.