La víctima fue identificada como Juan Carlos Heredia, de 62 años. Un sobrino de 20, Sebastián Heredia, que fue quien alertó del hecho a la Policía, quedó detenido tras ser indagado en el lugar del sangriento episodio por la fiscal Silvia Maldonado
La paz y la tranquilidad habituales de la Nochebuena se vio considerablemente alterada cuando, minutos después de la medianoche, en su vivienda de barrio San Martín fue asesinado un comerciante de la ciudad de Villa María, identificado como Juan Carlos Heredia, de 62 años, quien se dedicaba a la venta de huevos.
A raíz del sangriento episodio, que se produjo en la intersección de Porfirio Seppey y pasaje Darío Ramonda, fue detenido un sobrino de la víctima, llamado Sebastián Heredia, de 20 años, que llamativamente fue quien dio aviso a la Policía sobre el hecho.
Sobre lo sucedido, la fuerza policial informó que a las 0.15 de ayer se constituyó en el domicilio de Juan Carlos Heredia, donde se entrevistó con un joven de 20 años (Sebastián Heredia) quien manifestó que minutos antes se hizo presente en la casa de su tío para visitarlo y allí lo encontró tirado en el piso de la cocina con heridas cortantes en el cuello y el abdomen, las que podían evidenciarse claramente debajo de la camisa roja que vestía el masculino atacado.
Unos instantes después se hizo presente en el lugar personal del Servicio de Asistencia Municipal (SAMU 107) para trasladar al herido de manera inmediata al Hospital Regional Pasteur.
A pesar de la inmediata atención por parte del personal del nosocomio, poco después el médico policial de turno informó que Heredia dejó de existir en la Guardia del centro de salud, a causa de las heridas presentadas, una de gran profundidad en el lado derecho de su cuello, a la altura de la yugular, y otras, también considerablemente profundas, en las zonas del abdomen y del tórax.
Mientras la vida de Juan Carlos Heredia se apagaba, en el lugar del asesinato se hizo presente la fiscal de turno, Silvia Maldonado, junto a efectivos de la división Investigaciones. Fue así que, tras realizar las averiguaciones correspondientes y de tomar diferentes testimonios, se produjo la detención de Sebastián Heredia y el consecuente traslado a la sede policial en calidad de sospechoso.
Una vez allí, el sobrino del comerciante asesinado habría confesado el crimen y por ello quedó detenido a disposición de la Fiscalía interviniente por supuesto autor de homicidio.
El móvil del crimen
Según trascendió en la tarde de ayer, el asesinato a cuchillazos se habría producido luego de que el sobrino de la víctima habría acudido hasta su domicilio a solicitarle una suma de dinero en condición de préstamo.
Juan Carlos Heredia no había accedido a la solicitud y eso fue lo que habría originado el macabro accionar del supuesto asesino.
Una persona muy conocida
Juan Carlos Heredia, también conocido como “Peine”, era alguien muy conocido, tanto en Villa María como en Villa Nueva ya que su actividad comercial lo llevó a vincularse con un gran número de personas. Además de dedicarse a la venta de huevos, era fletero del Mercado de Abasto.
Al mismo tiempo, era también renombrado en el ambiente del fútbol local por ser padre de Carlos Heredia, futbolista de Alumni en la década de los 90, y de José Heredia, quien supo practicar ese deporte en Juventud River de Ausonia.
Un violento robo
Hace poco más de dos años, precisamente el 10 de diciembre de 2014, Juan Carlos Heredia y su esposa fueron víctimas de un violento robo en la misma vivienda en la que ayer fue asesinado.
Ese día, alrededor de las 10 de la mañana, tres delincuentes armados ingresaron al depósito donde Heredia almacenaba los huevos que comercializaba.
Allí, bajo amenazas de muerte y luego de golpear violentamente al comerciante en la cabeza, se apoderaron de unos 10 mil pesos y 200 dólares en efectivo.
Por ese episodio, el lunes 2 de mayo de 2016 fueron condenados a cinco años de prisión Angel Jonathan Balmaceda (21) y Alan Lazarte (22), hermanos por parte de madre.
En el violento atraco por el que ambos sujetos fueron juzgados y condenados también intervino el adolescente D. F. C., de 16 años, quien realizó un pedido de “probation” (suspensión de juicio a prueba) y evitó sentarse en el banquillo de los acusados.