La referente de Lechería de Federación Agraria aseguró que las inundaciones se están llevando el 20% de los establecimientos. Sostuvo que faltan políticas, que esperaban mucho más y que para intentar salvar a los productores “hace falta una mano muy grande”
Del 26 de diciembre a hoy hay un acumulado promedio de 250 milímetros”, dijo Marisa Boschetti, productora tambera de la localidad de Alicia e integrante de la Mesa de Lechería de la Federación Agraria Argentina, para comenzar a describir las inundaciones que está sufriendo esa zona, desde Pozo del Molle a El Fortín, abarcando Las Varillas y más.
Pero la productora aclara que “los milímetros no son tantos, el problema es que está entrando agua de todos lados. Si bien hay obras comenzadas, es imposible que tantos frentes se puedan finalizar.
Podrían controlar
Boschetti explicó que los campos “vienen de una sequía de cuatro o cinco meses, no debería haber causado daño estas lluvias”, porque entiende podían absorber bastante, ya que no hubo registro pluviométricos después de las intensas precipitaciones de junio del año pasado (que también provocaron anegamientos de miles de hectáreas, tal como lo hicieron en febrero y abril).
“No nos debería haber afectado, esta zona podría estar manejando el agua de este sector, pero es evidente que hay muchos canales clandestinos y por eso exigimos que el Estado tome cartas en el asunto. Podríamos estar manejando, no digo que no nos habríamos inundado, las aguas podrían haber desbordado, pero escurrido más rápido”, dijo.
En ese sentido, agregó con seguridad que “no se han abierto más canales”, por los controles que los productores realizan periódicamente. Sin embargo, demandó que “tienen que rever cuenca arriba qué está sucediendo para poder controlar esto”.
Desapareciendo
“Tenemos miles de hectáreas bajo agua, la mayoría en los productores más débiles, dedicados a la ganadería y lechería, que estamos relegados a tierras más pobres”, amplió Boschetti sobre la calidad de los suelos.
Y aportó otro dato preocupante: “En la zona éramos 50 tambos en abril y hoy somos 41. De esa manera nos está afectando, sólo en Alicia y El Fortín. Si vamos ampliando la zona el problema se va agravando”. Así expuso que casi el 20% de los tambos está desapareciendo luego de las inundaciones y en menos de nueve meses.
Respuestas estatales
“El Gobierno provincial está respondiendo, la semana pasada enviaron comida para los animales, pero apenas se pudo repartir entre 20 (establecimientos) y alcanzará para tres o cuatro días. Sabemos del esfuerzo que hace el Gobierno, lo agradecemos, pero esto nos y los excede”, explicó.
Afirmó que “todos los tambos están afectados. Si no, seguro no tiene camino por dónde sacar la producción porque se convierten en canales repletos de agua”.
La semana que viene, el jueves, precisó Boschetti, estará llegando a la localidad de Alicia el subsecretario de Lechería de la Nación, Alejandro Sammartino. De todas maneras, la dirigente advirtió que “si (las autoridades) bajan con las manos vacías, de poco vale. Necesitamos ayuda”.
A pesar de los aportes económicos, Boschetti sabe “que por más dinero que aparezca, es difícil resolver esta situación de inundación”.
“Hoy el productor está quebrado, no le puede dar de comer a las vacas, trata de colocarlos en las partes altas, en los corrales, pero el animal en muchos casos no tiene dónde echarse y la vaca lechera es delicada, debe mantenerse en activa producción”, expresó.
En cuanto a las gestiones y el diálogo que rescatan los productores rurales con el Gobierno provincial, Boschetti precisó que días atrás fueron recibidos por el ministro de Agricultura Sergio Busso, a quien le plantearon que necesitan “ayuda económica y contactos, para vender los rodeos. Va a haber una venta masiva de vacas (lecheras), porque estamos endeudados”.
A esta situación, hay que sumar que “el 70% u 80% de lo sembrado para alimento también se está perdiendo bajo el agua. No tenemos adónde ir, estamos acá y tenemos que resistir”, clamó.
Que se equivoquen
Sin tregua, la mujer deslizó que “encima, los pronósticos para la semana que viene no son alentadores”. “Están anunciadas precipitaciones de más de 100 mm. “Ojalá que se equivoquen”, lanzó.
Sin proyección
“Nos preparamos, aunque en realidad ya no podemos, porque a partir de las inundaciones de febrero, abril y junio del año pasado (inédito en otoño-invierno), lo que vamos tratando de hacer es solucionar el día a día. Así no hay y no podrá haber una proyección a futuro, porque no podemos”, dijo sobre la forma de pararse para afrontar estas situaciones.
Y reiteró que “la mano (ayuda del Estado) tiene que ser muy grande, si quieren salvar a los productores. No tienen idea lo que se está perdiendo y si es que se puede, llevará años recuperar”.
Concentración
Si bien “no se ha dado tanto la concentración como en los últimos 25 años se viene dando, porque muchas vacas van para frigorífico, siempre sigue latente.
Claro que a los grandes productores no les va a golpear igual esta situación, tienen más espalda, a pesar de la baja en la producción, ya que cuenta con otras muchas herramientas”.
Y para ejemplificar, detalló que en el caso de un tambo de hasta 4.000 litros, lo que se trabajaba antes de la lluvia, esta semana se redujo entre 1.000 y 1.500, y redoblando los cuidados para llegar a ese número (2.500), con un precio de 4,40 pesos y con tratativas truncadas para llegar a los seis pesos.
Un año con Macri
A la hora de arriesgar un balance a poco más de un año de la gestión del presidente Mauricio Macri al frente del Gobierno nacional, la referente de Federación manifestó: “Sinceramente esperábamos más. Hubo un guiño político para la agricultura, pero todavía necesitamos una recuperación inmediata de precios para poder decir que se vuelve a producir cubriendo los costos. Hoy estamos trabajando sin tener rentabilidad. No hay precio mínimo”.
Otro de los puntos que consideró que quedaron por abordar, “fue poder arreglar la coyuntura para poder salir adelante y proyectar con inversión, una inversión estructural de lo que se podría hacer en el campo, pero si no lo logramos arreglar, nunca vamos a poder llegar a ese escalón”. “Al menos necesitamos un precio rentable para despegar”, abonó.