Un sujeto la abordó cuando la mujer iba a ingresar a la casa crediticia para retirar unos ahorros y mediante engaños le quitó el dinero y desapareció
Una jubilada, de 90 años, fue víctima ayer a la mañana de un inescrupuloso sujeto que mediante engaños terminó despojándola de más de 20 mil pesos que tenía guardados como ahorro en un banco de esta ciudad.
Preservamos los datos de la víctima por expreso pedido de la mujer, quien se desempeñó durante muchos años como profesora en una escuela religiosa local y se jubiló con un cargo directivo.
Según pudo saberse, el embaucador abordó a la mujer cuando ésta estaba por ingresar al Banco Macro para cobrar su jubilación y la saludó efusiva y simpáticamente.
Ante la extrañeza de la jubilada, que no lo reconoció en un principio, el sujeto le “refrescó la memoria” diciéndole que había sido alumno suyo y dándole algunos datos que hicieron que la mujer bajara la guardia y entrara en confianza con el hombre, quien incluso la acompañó hasta dentro de la casa crediticia y luego de regreso a su domicilio.
“Usted debe estar cobrando una jubilación de más de 20 mil pesos, así que debe estar disfrutando de lo lindo”, le habría dicho el hombre, a lo que la mujer le habría respondido que el monto de su jubilación no era tan alto.
El embaucador argumentó entonces que seguramente estaba cobrando mal y que él, casualmente, trabajaba para una entidad que se ocupa de trámites jubilatorios y que podía actualizarle el monto; que sólo había que llenar unas planillas.
El proceder deja en evidencia que el estafador había realizado previamente alguna labor de inteligencia, ya que obviamente no había sido alumno de la víctima, pero tenía información suficiente como para vulnerar la “guardia” de la anciana.
Ya frente a la casa, la mujer lo invitó a pasar a su domicilio y, café de por medio, llenaron las mentadas planillas.
En confianza, conversación mediante, el inescrupuloso individuo le explicó que si la mujer le entregaba una suma de dinero superior a los 20 mil pesos, él en poco tiempo le duplicaba el monto.
Y la mujer cedió.
De más está decir que el sujeto desapareció con el dinero y las planillas antes de que la víctima pudiera reaccionar y darse cuenta de que había sido engañada.
Lo que siguió, para la anciana, fue la infructuosa espera.
Y al ver que el hombre no regresaba, sobrevino el desconsuelo de la jubilada, que se debatía entre hacer la denuncia policial o no. Y al parecer no debe haberla efectuado, ya que desde la Comisaría no se dio a conocer el hecho.
El dinero, ya se sabe, es imposible de rastrear; sin embargo, siempre es aconsejable denunciar estos hechos para alertar a la ciudadanía y a la propia Policía para que disponga mayor vigilancia en las inmediaciones de los bancos.
Este caso, acaecido en la víspera, no es aislado. Han ocurrido otros de similares características en los últimos tiempos.
Se recomienda a todos los vecinos, y en especial a los jubilados, que eviten el trato con personas desconocidas cuando vayan a realizar algún tipo de operación bancaria o a retirar dinero del cajero. Y no aceptar ninguna propuesta de negocio, por redituable que esta parezca.
Los “vivillos” están merodeando, muy atentos a todos los movimientos y, al primer paso en falso, no dudan en aprovecharse de la circunstancia.
Ratero
En tanto, efectivos policiales que patrullan la ciudad apresaron a un joven de 18 años a quien le atribuyen el delito de “hurto en flagrancia”, según informó la Oficina de Prensa de la Departamental San Martín. La detención tuvo lugar el martes por la tarde, cuando ya empezaba a caer la noche -eran alrededor de las 19- en avenida Dante Alighieri y Libertador. Tenía en su poder un par de anteojos para sol que le había sustraído momentos antes a un menor de edad, en las inmediaciones. Fue trasladado a la Comisaría de Distrito.