Se trata de Marcelo Alvarez, Andrés Gómez y Ezequiel González, quienes cometieron la seguidilla de hechos los días 1 y 2 de junio de 2016. Recibieron penas de tres años de prisión efectiva y el primero fue declarado reincidente. Los atraparon tras una persecución policial
Tres jóvenes oriundos de la capital provincial fueron condenados ayer en la Cámara del Crimen de Villa María, luego de que confesaran haber cometido tres robos domiciliados en las localidades de Las Perdices, Pasco y General Deheza.
Al cabo de un juicio de trámite abreviado, el camarista Félix Martínez les impuso penas de tres años de prisión de cumplimiento efectivo a Marcelo Gustavo Alvarez (27), Andrés Argentino Gómez (28) y Ezequiel Gabriel González (24), aunque el primero de ellos fue declarado reincidente porque registra una condena anterior.
La imputación
Los tres llegaron a juicio acusados como presuntos coautores de “robo calificado por escalamiento reiterado” (tres hechos) y “robo en grado de tentativa”, por cuatro hechos perpetrados los días 1 y 2 de junio del año pasado, en un raid delictivo que terminó en Las Perdices, luego de una espectacular persecución policial por la ruta nacional 158.
El miércoles 1 de junio, por la mañana, los malvivientes saltaron una tapia, violentaron una puerta e ingresaron a una vivienda perdiceña, de donde se llevaron dinero en efectivo, joyas y otros objetos de valor.
Ese mismo día, pero por la tarde, los delincuentes ejecutaron un robo prácticamente calcado al anterior en la localidad de Pasco: saltaron una tapia, rompieron una reja con una barreta y del interior de la finca sustrajeron dinero, alhajas, teléfonos celulares y otros elementos.
Siguieron en Deheza
No conformes con el botín obtenido, los tres cordobeses continuaron con su accionar delictivo el jueves 2, pero en General Deheza, donde volvieron a poner en práctica la modalidad de “robo por escalamiento”.
Poco después quisieron hacer lo propio en otro inmueble dehezino, pero la presencia de moradores en el interior los puso en fuga antes de que pudieran dar el golpe. Los dueños de casa se percataron de los movimientos sospechosos de la banda y se encargaron de tomar la patente del automóvil en el que se movilizaban los desconocidos, un Volkswagen Suran de color gris plata.
De inmediato dieron aviso a la Policía, cuyos efectivos ya estaban anoticiados del robo perpetrado momentos antes en la casa de una vecina, por lo que se inició un rápido y eficaz “operativo cerrojo”.
El vehículo en el que se desplazaban los ladrones fue visto a la salida de aquella localidad, pero cuando el personal policial intentó detener su marcha, los sospechosos aceleraron raudamente y se dieron a la fuga por la ruta 158.
Persecución policial
Fue así que se inició una espectacular persecución por la carretera nacional, que dio sus frutos en la zona urbana de Las Perdices, cuando los uniformados -con el apoyo de sus pares perdiceños- interceptaron el rodado y detuvieron a sus ocupantes.
Al requisar el Suran, los policías encontraron 28 mil pesos en efectivo, 700 dólares, joyas, relojes, celulares y otros elementos de valor, todo producto de los tres robos cometidos. Asimismo, se dispuso el decomiso del vehículo.
Detalles del juicio
Además del camarista Martínez, intervinieron en el debate el fiscal Francisco Márquez y el abogado cordobés Marcos Juárez (defendió a los tres condenados), con la Secretaría de Guillermo Picco.
Sobre el final de la audiencia, la Defensa pidió que se les otorgue la “libertad condicional” a Gómez y González, ya que por tratarse de convictos primarios y llevar más de ocho meses entre rejas, pueden acceder a dicho beneficio excarcelatorio.
La Fiscalía de Cámara, en tanto, solicitó que se realicen a ambos presidiarios las pericias psicológicas de rigor para determinar si están en condiciones de reinsertarse socialmente.
Distinta suerte correrá Marcelo Alvarez, quien al ser declarado reincidente (registra una condena dictada en la ciudad de Córdoba, también por delitos contra la propiedad) no podrá acceder a la condicional y sólo tendrá la posibilidad de alcanzar la “libertad asistida” seis meses antes del cumplimiento total de la pena, es decir que podría llegar a salir de la cárcel en los primeros días de diciembre de 2018.
