Hernán Bértola y Anabela Farías están imputados por “comercialización de estupefacientes” y “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, respectivamente. Ayer, en la primera audiencia, el fiscal pidió cuatro años de prisión para cada uno
Una pareja villamariense comenzó a ser juzgada ayer en la Cámara del Crimen local, acusada de tener un “quiosco de venta de drogas” a pocos metros de una escuela, y al pronunciar su alegato, el fiscal Francisco Márquez pidió que ambos sean condenados a cuatro años de prisión.
Se trata de Cliver Hernán Bértola (36) y Anabela Belén Farías (31), quienes se encuentran detenidos desde el 13 de noviembre de 2015, luego que efectivos de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) allanaran el inmueble que ocupaban en calle Mendoza 629, planta baja, departamento 5.
Bértola comparece imputado como presunto autor de “comercialización de estupefacientes”, a tenor de lo que establece el artículo 5º, inciso “c”, primer supuesto, de la Ley Federal de Estupefacientes Nº 23.737, mientras que a Farías se le atribuye el mismo delito, pero con relación al segundo supuesto.
Qué dice la ley
En efecto, dicha norma legal precisa que “será reprimido con prisión de cuatro a 15 años, y multa (…) el que, sin autorización o con destino ilegítimo… c) comercie con estupefacientes (…) o los tenga con fines de comercialización, o los distribuya, o los dé en pago, o los almacene o transporte”.
De acuerdo con los elementos de prueba que obran en el expediente, personal de la FPA realizó una minuciosa investigación que comenzó el 16 de septiembre de 2015 y concluyó con la detención de ambos sospechosos, e incluyó varias intervenciones telefónicas en las que la pareja mantenía conversaciones con potenciales compradores de drogas.
El 13 de noviembre de aquel año, los efectivos interceptaron a un hombre cuando salía del departamento y la requisa dio resultado positivo: en su poder tenía un pequeño envoltorio que contenía cocaína.
Un testigo “clave”
En un primer momento el “cliente” fue detenido por tenencia de estupefacientes, pero después se convirtió en testigo fundamental para la causa, ya que su declaración corroboró las sospechas de que en ese lugar se vendía droga.
Se trata de Mario Alberto Torres (32), cuyo testimonio fue incorporado por lectura durante la audiencia de la víspera, al igual que el resto de la prueba. Es su declaración, Torres dijo que conocía a Bértola por el apodo de “Cabeza” y que “siempre compraba cocaína en el departamento” de calle Mendoza.
Tras la lectura de la pieza acusatoria, comparecieron los dos imputados. En primera instancia lo hizo Farías, quien negó el hecho y dijo que ella no vivía en ese inmueble sino en su propia casa, ubicada en Charcas 2157. Luego declaró Bértola, quien despegó a su pareja de los hechos (“no tiene nada que ver”, dijo) y luego reconoció haberle vendido a Torres.
Dos alegatos
Durante los alegatos, el fiscal Márquez solicitó la misma pena para ambos acusados, aunque bajo diferente calificación legal. Poco después, el abogado Antonio Alarcos, que ejerce la Defensa de Farías, cuestionó el operativo policial, dijo que su clienta es inocente y pidió la absolución por el “beneficio de la duda”.
La audiencia de debate continuará hoy con el alegato del letrado Marcelo Martín Silvano, defensor de Bértola. Luego llegará el momento de la “última palabra” de ambos imputados y finalmente dictará sentencia el juez René Gandarillas, quien es asistido por el secretario Guillermo Picco.
Twitter y Facebook, dos fuentes inagotables de fotos y datos periodísticos
El 24 de junio de 2015, el periodista cordobés Federico Jelic, asiduo colaborador de EL DIARIO, escribió en su cuenta de Twitter (@fedejelic): “Messi es una locura que se lleva en la piel. Pregúntenle sino a Hernán Bertola, de Villa María”, y publicó la foto que acompaña esta nota.
Al día siguiente, en la columna que por entonces escribía en el desaparecido matutino La Mañana de Córdoba, mientras cubría la Copa América que se estaba disputando en Chile, el colega contó lo que había vivido: “Transcurrían 20 minutos del segundo tiempo cuando, en una jugada aislada, Jamaica demora el partido para hacer un lateral. Y entonces, desde la tribuna, algo provocó la atención de Lionel Messi. Miró fijamente, caminó unos pasos como para calibrar la óptica y siguió. Instantes después, atónito, volvió a repetir la mirada en la platea y levantó el pulgar, como diciendo ‘Lo vi, está genial’. Pocos entendían que ese ademán estaba destinado al cordobés Hernán Bertola, que al borde del llanto de emoción recibía fotos y abrazos. En el muslo de su pierna izquierda tiene un tatuaje que refleja la cara de Messi”.
Facebook tampoco se queda atrás. En la red social de Mark Zuckerberg, tanto Bértola como su pareja (aparece como “Anitaa Anita”) publicaron numerosas fotos de su viaje a Chile y otras que los muestran muy enamorados.
El último posteo que ambos hicieron fue apenas comenzado el 13 de noviembre de 2015, cuando publicaron una foto que acababan de tomarse con el cuartetero Ulises Bueno frente a un restaurante local.
Pocas horas después fueron detenidos.
