Hipólito Yrigoyen y Universitario, en un partido sin emociones, igualaron 1 a 1 en Tío Pujio. Juan Bianchi abrió el marcador en el inicio del ST y luego empató Leandro Grosso
Escribe Pablo Luna Broggi
Ambos se conocían: el “Diablo” había dejado en el camino a la “U” en el pasado torneo en donde el “Rojo” se coronó campeón. En un partido muy cerrado, el orden y la actitud de Yrigoyen habían hecho la diferencia.
El Clausura volvía a enfrentarlos, pero por la cuarta fecha clasificatoria en la Zona Norte. La tabla de posiciones indicaba que ambos se presentarían con todas las intenciones de lograr un triunfo que mantenga sus guarismos privilegiados en la tabla.
El radiante sol tiopujiense sofocaba las primeras acciones del partido. Movimientos lentos y descoordinados coartaban la posibilidad de disfrutar de un buen espectáculo. El primer intento llegó tímidamente a los 10 minutos, tras un remate débil y de compromiso de Ulises Bonaveri que Pauletti controló sin problemas. Luego el local respondió con un tiro de José Fernández que se vio demasiado alto. El 10 local no pudo gravitar en todo el encuentro.
Las situaciones eran escasas y el calor iba elevando la temperatura del partido. Los nervios aumentaban y las discusiones sin sentido florecían de a poco.
Promediando los 20 minutos fue Yamil Elhall quien probó suerte, pero el remate del lateral izquierdo visitante se fue elevado. Del lado del local, el capitán Lucas Morre también tuvo su oportunidad para abrir el marcador, pero el tiro libre del experimentado mediocampista pasó cerca del ángulo derecho defendido por Simón Mellano.
El pitido del árbitro Walter Pereyra marcando el fin del primer tiempo fue un bálsamo no sólo para los espectadores, sino también para los protagonistas.
El silencio invadió la retirada de ambos planteles, no sólo por el cansancio, sino por la desazón y el fastidio de no encontrar el camino. El inicio del complemento mostró la misma desidia de los primeros 45 minutos. Ambos equipos se prestaban la pelota, no por gentiles, sino por no poder mantenerla en su poder. Los circuitos de juego no aparecían y el empate conformaba de a poco a todos.
Sin embargo, todo cambió cuando luego de un tiro libre del local el balón quedó boyando cerca del área grande y Juan Bianchi, sin dudar, remató con determinación colando el disparo en el ángulo izquierdo de Mellano, que voló como nunca, pero nada pudo hacer. El gol del “Diablo” cambiaba las perspectivas del encuentro. Yrigoyen, con tranquilidad, intentaría cerrar el partido tratando de aumentar la diferencia. A Universitario no le quedaba otra que arriesgar todo por el empate.
Luciano Antonino casi logra el empate con un cabezazo frente a Pauletti, pero sus intenciones se fueron rozando el travesaño.
La alegría de la parcialidad visitante llegaría a los 21 minutos, cuando el recién ingresado Lucas Barengo ejecutó un córner hacia la cabeza de Leonardo Grosso, para que el mediocampista villamariense decretara el empate definitivo esquinando su remate hacia el palo derecho del uno local.
Luego del tanto marcado por el elenco de Bernadó, el nivel del partido creció gracias los ingresos de Demichelis y Oliva en Yrigoyen y Barengo y Torres en la “U”. Justamente el juvenil Pablo Torres casi tiene su tarde de oro sobre el final, pero marró una oportunidad única para darle la victoria a su equipo.
Los últimos minutos sirvieron para que ambos planteles recuerden su posición en la tabla y firmaran implícitamente un empate que les servía a ambos. Aunque no todo culminó de la mejor manera: los villamarienses terminaron sin su técnico en el banco porque el árbitro expulsó a Bernadó por insultar a un jugador propio y luego fue Leonardo Fassi quien debió acudir a las duchas antes de tiempo, luego de una dura infracción sin demasiado sentido.
Hipólito Yrigoyen y Universitario revivieron nuevamente unos de los duelos más calientes de los últimos tiempos y se retiraron del estadio con un punto que los terminó de conformar.
La figura
Cristian Sanabria. El juvenil demostró que no le pesa la Primera división. Se mostró muy seguro y criterioso en los pases, erigiéndose como la primera salida de su equipo cuando se disponía a salir jugando.
El árbitro
Walter Pereyra Regular. Se ajustó demasiado al reglamento en jugadas que no lo ameritaban y obvió tarjetas necesarias.