Más de 1.500 millones de adultos sufrirán hipertensión en 2025, según cálculos en The Lancet, una crisis debido a la falta de exámenes periódicos, la mala alimentación y la falta de actividad física, entre otras causas.
Pero no es sólo un problema de humanos. Uno de sus animales amigos más cercanos, el gato, podría estar viviendo una crisis similar, de acuerdo con un llamado de alerta presentado en el Journal of Feline Medicine and Surgery.
La hipertensión es una condición muy conocida en gatos de edad, pero parece que está subdiagnosticada de acuerdo con un reporte de la Sociedad Internacional de Medicina de Felinos (ISFM), una división veterinaria de International Cat Care.
Las consecuencias pueden ser severas, con daño de órganos como ojos, corazón, cerebro y riñones. Algunos de esos problemas como la ceguera por un desprendimiento completo de retina son irreversibles, pero otros problemas pueden ser más manejables con un tratamiento antihipertensivo.
La enfermedad renal crónica es común en gatos. En el Reino Unido representa un 4% de consulta, siendo la séptima causa. Pero del 30% al 40% de los gatos mayores de 10 años la presentan. Además la enfermedad renal es la causa más común de muerte en gatos mayores de 5 años y el 13% de los de más de 15 años fallece por esta complicación.
Pese a las cifras, el monitoreo de la presión sanguínea en gatos no es frecuente. Se debe considerar que son dados a estresarse en la consulta veterinaria, lo que puede afectar los resultados.
Como ayuda a los veterinarios, la ISFM publicó una guía para el diagnóstico y manejo de la hipertensión en gatos, con base en un panel de expertos del Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, España, Francia y Estados Unidos, guía que cubre varias áreas, desde cada cuánto tomar la presión según la edad, hasta cuándo se justifica la terapia.
En gatos de más de 7 años debería practicarse un examen general cada seis meses, incluyendo la presión arterial.
Para Samantha Taylor, especialista en medicina de felinos y codirectora de la guía, ésta “es bien ilustrada y fácil de leer, y es de esperarse que alentará más cantidad de monitoreos de la presión sanguínea en las clínicas veterinarias para aumentar la identificación temprana de esta condición tratable y prevenir las severas consecuencias clínicas de una hipertensión no tratada”.