Al borde del agua. Allí se hospedarán dos de los eventos con los que el próximo fin de semana Córdoba prácticamente se despide del verano. Por un lado, aparece la primera edición del Festival Laguna Azul, a desarrollarse el sábado y domingo en la localidad de La Calera. Por el otro, el Paseo Costanera, que tendrá a Villa Allende como sede, y que se extenderá desde el viernes hasta el domingo. Aquí, las propuestas con las que cada uno, en las inmediaciones de la capital provincial, aguarda a los visitantes.
Festival Laguna Azul
La Calera (sector norte del Gran Córdoba, a 170 kilómetros de Villa María), atesora una laguna de atractivos tonos donde descansa un parque acuático y un parador, de cara a las primeras estribaciones de las Sierras Chicas. Rincón ideal para disfrutar del evento que recibe el nombre de su entorno, de ahí lo de Festival Laguna Azul.
Se trata de un encuentro popular a realizarse el sábado y domingo desde el mediodía y hasta la medianoche, y en el que los bellos paisajes de la zona irán acompañados de cantidad de puestos de comida y bebida. Entre ellos, destacan los carros de comida (mal llamados “Food trucks”), que ofrecerán gastronomía de autor y cerveza artesanal, como para ayudar a pasar las delicias y alegrar aún más el desenlace de la temporada.
Además, el Laguna Azul tendrá una feria al estilo “kermés” pero modernizada, con espectáculos circenses, juegos para toda la familia, shows de barberías y wakeboard, bandas y Dj en vivo y hasta un espacio especial para la venta de ropa. De yapa, habrá una importante exposición de motos de las afamadas marcas Harley Davidson y Vespa.
Paseo Costanera
Por su parte, el Paseo Costanera viene a homenajear al rincón más laureado de Villa Allende (también en el norte del Gran Córdoba, muy cerquita de La Calera), con una actividad especial que irá del viernes al domingo, permaneciendo abierta cada día desde las 18 y hasta las 00.
El lugar escogido es la intersección de la costanera y la calle Hipólito Yrigoyen y su área de influencia. De la mano de una decoración especial (que incluye la instalación de juegos de luces, también en onda “kermés”, que brindarán postales insólitas de los añosos árboles que pueblan el espacio), el festival espera reunir al gentío sin distinción de edades.
Para ello, ofrece un área “rodeada de Naturaleza, arte y cultura urbana”, de acuerdo a los organizadores. En ese sentido, el Paseo Costanera buscará adoptar un perfil bien variopinto, con puestos de artesanos y microemprendedores, ferias de diseño, exposiciones de artistas locales (y de aquellos venidos de la vecina Unquillo, municipio experto en la temática), y la presentación de bandas y solistas de diversos géneros musicales. Los carros de comida, en tanto, también serán los encargados de dejar a todo el mundo con la panza llena.
DONDE
La Calera y Villa Allende.
CUANDO
Del viernes al domingo próximos.
RUTA alternativa – Vivir a lo misquito
Por el Peregrino Impertinente
Son muchos los grupos étnicos que habitan el Caribe. Entre ellos, los misquitos se erigen como uno de los menos conocidos. Se trata de una civilización nacida hace algunos siglos atrás producto del mestizaje entre nativos y negros, y que a partir de una multiplicidad de particularidades pudo conservar su cultura como ninguna otra en la región “¿Eso: y cómo lo lograron?”, pregunta el viajero in situ. “La clave es la unión, la fraternidad, el amor y estos palos en forma de picas con los que empalamos hasta la pera a los curiosos”, responde el jefe de la tribu, mientras observa el torso de su interlocutor, y entre cálculos le saca punta a la madera.
En realidad, y para ser justos (“¿Ah?”, dijo la vida), los misquitos se distinguen por su comportamiento pacífico, con todo lo pacífico que se puede ser viviendo en la selva frente a constantes amenazas colonizadoras. La aclaración viene a cuento de los intentos conquistadores de españoles, ingleses y holandeses. “Temimos lo peor, hasta que vimos a varios curas bajando del barco. Ahí nomás escondimos a todo ser vivo menor de 10 años y se ve que perdieron el interés”, recuerda uno de los más ancianos del clan, que ya entonces manejaba cierta información.
Instalados en lo que actualmente es la zona oriental de Nicaragua y Honduras, los poco más de 80 mil misquitos que sobrevivieron a la modernidad y a Rambo, disfrutan del paraíso que habitan. Un suelo generoso en vegetación, en playas y en cantidad de alimentos que la naturaleza les regala a borbotones: bananas, frijoles, maíz, yuca, pescado… es todo lo que necesitan para ser felices. “Y ustedes comiéndose cuatro horas de cola cada vez que van al Banco Nación”, se burla cruelmente el cacique, quien además de sabio es un tremendo hijo de su tierra.