Jonathan y Carolina Irepa se harán cargo de los pequeños Priscila y Angelo Angeloni. En tanto, la casa de barrio La Calera, escenario de la tragedia, se convertirá en un espacio de contención para mujeres víctimas de maltrato y violencia de género
La hija mayor de Alicia Copa (48), la mujer asesinada el lunes por su expareja en barrio General Roca, confirmó ayer que los niños que quedaron huérfanos vivirán con su hermano en la localidad bonaerense de Moreno.
En una improvisada conferencia de prensa frente a Tribunales, Carolina Florencia Irepa (25) dijo que los pequeños Priscila (10) y Angelo (5) vivirán con su hermano Jonathan (30), aunque entre ambos se encargarán de cuidarlos.
Carolina y Jonathan Irepa son hijos de la primera relación que tuvo Alicia en Buenos Aires y, junto a tres hermanos de la mujer, viajaron a Villa María pocas horas después del femicidio seguido de suicidio que conmocionó a los vecinos del barrio conocido popularmente como La Calera.
Los menores, hijos de Alicia y de José Alberto Angeloni (45), quien se suicidó de un disparo en la sien luego de dar muerte a su expareja en el patio de la vivienda de calle Arenales 580, estuvieron ayer en el Palacio de Justicia y salieron en compañía de Jonathan y de sus tíos David, Alejandro y Marcelo Copa, hermanos de la víctima.
Carolina estuvo reunida con el fiscal René Bosio y al salir del edificio de General Paz 331 habló con los medios de prensa sobre el futuro inmediato de los niños, se refirió al destino que se le dará a la casa que fue escenario de la tragedia y tuvo palabras de profundo agradecimiento para con el intendente Martín Gill; la encargada del comedor solidario Caritas Felices, Marisa Sánchez, donde trabajaba su mamá, y la vecina Verónica Martínez, que colabora en el comedor, en cuya casa se hospedaron durante dos días.
“Con amor y cariño”
“Con Jonathan estamos dispuestos a acompañar a nuestros hermanos con mucho amor, con mucho cariño, tratando de darles lo mejor. Sabemos que no vamos a poder remplazar a su mamá ni a su padre, pero vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que crezcan con la mayor felicidad posible”, dijo la joven morenense, quien se encuentra estudiando la carrera de Abogacía en Buenos Aires.
Consultada sobre el estado de los niños, sobre todo de Priscila, que presenció el asesinato de su madre y el suicidio de su padre, Carolina señaló: “Están bien, pese a todo lo que sucedió… el problema es lo que viene ahora. A medida que pasen los días seguramente van a sentir un gran impacto emocional y va a ser un proceso muy largo, muy duro, por eso nosotros vamos a tener que estar al lado de ellos para hacerles de soporte”.
La hermana mayor de Priscila y Angelo precisó que los dos “van a quedar a cargo de mi hermano, una persona totalmente responsable, que es jefe de familia y tiene tres hijos”. Van a vivir con él en Moreno, hacia donde ayer fueron trasladados los restos de Alicia Copa para recibir sepultura en el cementerio de dicha localidad.
“Un espacio de vida”
Durante su encuentro con los medios de prensa, Carolina habló con los medios en los siguientes términos:
– “Con respecto a la casa de mi mamá, nosotros somos herederos y los niños también, pero son menores. Por eso, con mi hermano decidimos que ese lugar, donde hubo una desgracia, sea un espacio que tenga vida, un espacio de contención para mujeres víctimas del maltrato y la violencia. Y las mujeres del barrio, que sabemos tienen pocos recursos económicos, no cuentan con un lugar donde ser escuchadas y apoyadas”.
– “Queremos que allí se las ayude, que no tengan miedo y que puedan contar todo lo que les pasa. Yo sé que hay muchas mujeres como mi mamá que tienen miedo de hablar, que le tienen terror a sus maridos, pero les digo que sigan adelante, que se fortalezcan, que no se callen y que siempre van a tener una ayuda. Esperemos que no haya más Alicias en Villa María”.
– “Tomamos la decisión de firmar un convenio por cinco años con el comedor de Marisa, con la posibilidad de que ese convenio se extienda. Y en caso de que no se cumplan los fines, de que no se hagan los talleres y las actividades de apoyo a las mujeres, ese contrato quedará disuelto. Esto va a ser hasta que Priscila y Angelo sean mayores y puedan disponer de esa casa como mejor les parezca y crean conveniente”.
Primero, una familia
– “En los próximos dos o tres meses, le vamos a ceder gratuitamente la casa a una mujer que tiene cinco hijos, uno de los cuales es discapacitado, para que vivan allí hasta tanto le entreguen su propia vivienda, que está en construcción. Luego, Marisa se va a hacer cargo de poner en condiciones el lugar para que allí funcionen los talleres”.
– “Les pido a las mujeres del barrio que se apropien de esa casa, que le den vida, que le pongan color para que sea un lugar de encuentro, de charla, de escucha. La idea es tratar de dejar una huella donde ocurrió una desgracia”.
– “Llegamos a Villa María sin saber nada. Marisa estaba cuidando a los niños y enseguida nos hizo contacto con el intendente, que nos recibió y nos brindó toda su ayuda para trasladar el cuerpo de mi mamá gratuitamente y con cajón. Quiero agradecerle a Martín porque estuvo a la altura de las circunstancias y actuó rápidamente. También a Marisa, que fue uno de los pilares fundamentales donde yo me apoyé desde que llegué. Y a Verónica, que nos brindó su casa; ella cuidó a los chicos mientras mi hermano y yo hacíamos todos los trámites”.
Audios sospechosos
– “Ayer (por el martes) nos enteramos de que hay unos audios en los que se escucha a Angeloni hablar con su hermano. En esos audios le va contando que salía de Buenos Aires y que había una vecina del barrio que le dijo que mi mamá estaba saliendo con un hombre, que llevaba hombres a la casa y que la casa era un descontrol. Eso fue lo que lo hizo venir a él a matarla directamente”.
– “Quiero aclarar que eso no es verdad. Hablando con las vecinas del barrio me contaron lo que me decía mi mamá, que se levantaba a las 5 de la mañana a amasar pan, al mediodía y a la noche ayudaba en el comedor y esa era una tarea que la llenaba de vida y era lo único que le daba alegría”.
– “Los audios están en manos del fiscal y la vecina está identificada. Ayer (martes) hubo un momento muy fuerte en el barrio, porque los vecinos prácticamente la querían linchar. Yo tomé contacto con la ayudante fiscal para pedir refuerzos. Aparentemente el objetivo de ella era quedarse con la casa. Hay que dejar que actúe la Justicia”.