Luces y sombras de la nueva resolución que reglamenta algunos aspectos de la Ley de Reproducción Asistida. Analía Heredia explica cuáles son los aspectos positivos y los problemáticos de este nuevo escenario

Analía Heredia vive en Villa Nueva y desde hace un tiempo junto a su esposo vienen batallando para que las obras sociales garanticen la cobertura de los tratamientos de reproducción asistida.

Dado que hace poco se introdujeron cambios en la reglamentación, la entrevistamos para conocer cuál es la situación actual para las personas que están amparadas por esta ley pero siguen encontrando escollos en algunas obras sociales.

-¿Cuáles son los principios básicos de la ley que garantiza la fertilización asistida?
-Hasta el 5 de junio de 2013 los tratamientos de reproducción asistida eran algo económicamente inalcanzable o lejano, pero la nueva ley, amplísima, aprobada con 203 votos a favor, uno en contra y 10 abstenciones, nos dio a muchos esperanzas de nuevas oportunidades.

Esta nueva legislación se inscribe en el marco de la ampliación de derechos que caracteriza los avances dispuestos por el Gobierno nacional, contemplando de manera igualitaria e inclusiva los derechos de toda persona a la paternidad/maternidad, a formar una familia y a poder servirse de los avances de la tecnología; estos derechos están reconocidos por nuestra Constitución Nacional y tratados internacionales de rango constitucional.

La Ley de Fertilidad Asistida establece que tienen derecho a las prestaciones de reproducción médicamente asistida todas las personas mayores de edad, sin discriminación o exclusión de acuerdo a su orientación sexual o estado civil.

-¿Se cumple?
-No siempre como debe ser. Si bien la norma nacional establece que toda persona mayor de edad, sin importar su orientación sexual o estado civil, puede acceder de forma gratuita a las técnicas y procedimientos de reproducción asistida, las empresas no dejan de poner trabas para el cumplimiento de la ley.

Recientemente, un nuevo decreto, el Nº 207/2016, publicado en el Boletín Oficial el pasado 4 de enero, viene a echar algo de luz para clarificar puntos claroscuros de la ley que eran interpretados de distinta manera según cada financiador, provocando variaciones en la cobertura obtenida por los pacientes ante las mismas circunstancias y produciendo muchas veces el basamento para que las obras sociales y prepagas intenten sortear su deber de cumplimiento.

Este decreto aclara que la ley cubre hasta «tres» intentos de las técnicas de fertilización asistida de alta complejidad con gametas propias o donadas y que cada ciclo incluye hasta «tres» transferencias de embriones, ya sea en fresco o con embriones criopreservados. Este punto es importante porque algunos financiadores consideraban la transferencia de embriones criopreservados como uno de los tres intentos que por ley corresponden, disminuyendo así las posibilidades de los pacientes.

-¿Además de aclarar esa cuestión, esta nueva resolución presenta algún problema?
-Como positivo hay que señalar que la nueva resolución aclara que cada tratamiento de fertilidad incluye tres transferencias de embriones. Pero el problema reside cuando no se logran embriones para criopreservar, entonces allí se reducirían las posibilidades (según ésta resolución). Sin embargo, hay que recordar que la ley establece que “pueden acceder a las prestaciones de reproducción médicamente asistida todas las personas mayores de edad, sin que se puedan introducir requisitos o limitaciones que impliquen discriminación o exclusión fundadas en la orientación sexual o el estado civil de quienes peticionan por el derecho regulado”, por lo tanto ésta nueva resolución no puede ir en contra del espíritu de una ley, cae de inconstitucional.

-Frente a este nuevo escenario, ¿qué pueden hacer las parejas o mujeres que están intentando concebir un hijo por medio de técnicas de reproducción asistida?
-La Ley de Fertilidad Asistida ha sido un gran avance para nuestra sociedad, defendámosla, hagámosla nuestra. Por que esa ley se hizo para nosotros y nosotras.

Gracias a la práctica de la fertilización in vitro han podido nacer en el mundo más de cinco millones de niños e infinidad de parejas antes consideradas estériles han logrado satisfacer el derecho.

Se sabía y se intuía que iba a haber reticencias. Los tratamientos son muy costosos. No tanto los de baja complejidad, pero sí los de alta, que pueden llegar a tener un valor de 110.000 pesos, y es muy difícil tener éxito en el primer intento. Por eso, hasta hace un tiempo sólo tenían hijos por fertilización quienes tenían el dinero para afrontar éstos tratamientos. Pero desde el año 2013 hay una ley que las obras sociales y empresas de medicina prepaga tienen que cumplir, y debemos hacerlas cumplir por las buenas si prestan voluntad u obligarlas mediante medidas cautelares o acciones de amparo.

Frente a cualquier tipo de impedimento de parte de las obras sociales, deben enviar una carta documento a la obra social o a la empresa de medicina prepaga y hacer la denuncia ante la Superintendencia de Servicios de la Salud.