
El equipo de Ausonia le ganó 2-1 a uno de los punteros de la Zona Norte, en condición de visitante, y sumó su segunda victoria en el torneo. Un triunfo que permite soñar

Escribe: Daniel Cerutti
n base a inteligencia y decisión, Juventd River de Ausonia obtuvo una significativa victoria por 2 a 1 en su visita a La Playosa, que le otorga importantes perspectivas para sus aspiraciones futuras de evolución en el torneo de la Liga Villamariense.
Desde el comienzo fue más ordenado el visitante, mostrando una correcta gestión de sus organizadores; supo controlar y distribuir el balón con sentido ofensivo y, a pesar de la firmeza expuesta por los defensores albos, crearon dos oportunidades para preocupar a Fabricio Garetto. Un disparo de Facundo Delgado pasó cerca de un vertical y un posterior intento de Mayco Rodríguez también resultó fallido en sus intenciones.
Playosa fue más espaciado en su búsqueda, separados sus delanteros Servetti y Piva de los mediocampistas, se debatieron en acciones sin efectividad, ante marcadores de firme y expeditiva performance. Hubo alguna jugadas de recias características, que merecieron la sanción del árbitro Monjes; sin que este adoptara la determinación que exigía la contingencia de juego. Playosa tuvo su primera posibilidad, cuando un cabezazo de Piva dio en el brazo de un defensor “millonario”; y en fallo discutido el juez dejó seguir el intento sin definición alguna.
Con el correr de los minutos la brega fue perdiendo contenido técnico, abundando los pelotazos sin destino fijo; con estilo fragmentado y de pobre relieve táctico en su desarrollo, sumando errores y fallas en el traslado de los contendores, tornándose el trámite en una disputa confusa y sin alternativas de carácter ofensivo. Solo un remate de Piva en tiro libre salió apenas desviado, y en la réplica un disparo de Diego Córdoba pasó arriba del marco defendido por Garetto: en jugadas aisladas que no influyeron para cambiar el concepto de un partido disputado, con muchos nervios, y ciertamente cuestionable en la estructura general de juego.
Playosa mejoró su estándar en la parte final del periodo, presionando sobre la salida de Melano y Patricio Luna, generando un componente ofensivo más acorde a sus objetivos de llegar al arco visitante; pero sin acciones de extremo peligro para la estabilidad de Bernardo Pérez. El cero a cero parcial al final de los primeros 45’ marcó exacta definición de lo que en criterio futbolístico aportaron Playosa y River de Ausonia, con carencias reales de expresión futbolística elogiable.
En el segundo tiempo hubo otras pautas de relación en cuanto a la búsqueda de mayor profundidad y las cargas se sucedieron con frecuencia frente a los arcos; aunque progresivamente Juventud mostró intenciones de ataque más marcadas que el equipo conducido por Mauricio Morales. Los cambios influyeron positivamente en la gestión de los rivales y tanto Garetto como Pérez debieron extremar recursos en varias ocasiones de riesgo.
El dominio fue alternado, pero siempre el huésped exhibió mejores atributos en abordaje de ataque y a los 28’, en una profunda incursión por andarivel izquierdo, Theiler habilitó con precisión la corrida de Francisco Santunione (recién ingresado), quien con su sapiencia escapó a su marcador y cuando llegó frente al arquero playosense lo sometió con remate cruzado, que dio en el palo antes de introducirse en la red. Premio al conjunto más decidido, con vínculos en ataque que hacían prever indicadores favorables para sus objetivos de triunfo.
Luego de algunas cargas infructuosas del local, a los 39’ en otra profunda corrida de Mayco Rodríguez por izquierda, con exquisito amague superó la oposición de Juan Ferreyra, quien al caer detuvo la trayectoria del balón con la mano, en clara infracción de penal marcada por el árbitro. El mismo atacante, con impecable remate al medio del arco, puso cifras hasta allí contundentes de 2 a 0, que tenían condición definitoria. Sin embargo, Playosa demostró intenciones de no rendirse ante la adversidad; a los 42’ un disparo de Piva dio en el travesaño de Pérez y minutos después, luego de un buen centro de Matías Genre, el ingresado Mauro Luna descontó con golpe de cabeza, poniendo un tinte de real suspenso a los cinco minutos finales de descuento.
Pero el albo no pudo alcanzar la igualdad, que en el contexto general del partido no hubiera merecido, puesto que en sentido de organización y claridad el millonario fue siempre un moderador activo que manejó los tiempos con corrección y se alzó con una legítima victoria. El partido en condiciones técnicas dejó mucho que desear; queda la exigencia para Mauricio Morales de buscar en el análisis coherente las causas de una derrota sufrida ante un rival aguerrido y con correcta vinculación en sus propósitos de superarse con el devenir del cotejo.
La figura: Mayco Rodríguez: se constituyó en peligrosa arma ofensiva y de organización en los momentos más exigentes del encuentro. En la sección final tuvo participación activa en los dos goles del visitante, mostrando las cualidades de su juego. En el primer período intervino menos, pero aun así fue rueda de auxilio para mediocampistas y compañeros de ofensiva, mostrando siempre intenciones dirigidas a un fin concreto: exigir sin pausas la labor de los defensores rivales.
El árbitro: Fabio Monjes: regular actuación. Cometió errores de apreciación en ciertas acciones, obviando la sanción punitiva en otros. Hubo jugadores que merecían la amonestación y el conductor de la brega no se dio por enterado. En el primer tiempo no sancionó una mano en el área de Juventud tras un cabezazo de Piva, alternativa que pudo haber cambiado el curso de la brega.