Se trata de los cordobeses Walter Navarro, Brian Sosa y Jonathan Barrera y del santiagueño Juan Ramón Ponce. Los tres primeros fueron condenados por robar utilizando inhibidores de alarmas de autos y el cuarto por hechos de violencia familiar en Dalmacio Vélez
Tres cordobeses y un santiagueño fueron condenados ayer por la Justicia villamariense en sendos juicios abreviados sustanciados en la Cámara del Crimen local, aunque por hechos delictivos de distintas características cometidos en esta cuidad y en la vecina localidad de Dalmacio Vélez, respectivamente.
En la primera audiencias de debate, realizada a media mañana, Juan Ramón Ponce (46) recibió una sanción de tres años de prisión de ejecución condicional (es decir, en suspenso) por una serie de violentos episodios que tuvieron como víctima a su exconcubina y pudo recuperar la libertad luego de pasar poco más de tres meses en la cárcel de barrio Belgrano.
En la segunda, durante las primeras horas de la tarde, el mismo tribunal condenó a Walter Navarro (38), Brian Sosa (31) y Jonathan Barrera (28), oriundos de la capital provincial, que fueron detenidos en pleno centro de Villa María el 18 de mayo del año pasado, luego de sustraer una importante suma de dinero del interior de un automóvil, utilizando un sistema que inhibe las alarmas.
Los cordobeses recibieron penas de tres años de prisión de cumplimiento efectivo y en el caso de Navarro también se lo declaró reincidente porque su prontuario registra antecedentes como consecuencia de haber sido condenado en otras cinco oportunidades, siempre por delitos contra la propiedad.
Los dos juicios fueron presididos por el camarista Félix Martínez y contaron con la participación del fiscal Francisco Márquez y de la secretaria Gabriela Sanz. En tanto, el abogado villanovense Jorge Bustos defendió a Ponce, mientras que el letrado cordobés Juan Domingo Gacitua hizo lo propio con Navarro, Sosa y Barrera.
Condena y libertad
A las 10 de la mañana comenzó el primero de los juicios, durante el cual Juan Ponce admitió haber agredido física y verbalmente a su expareja, Cynthia Villalba, desde mediados de 2014 hasta diciembre pasado, cuando finalmente quedó detenido.
Ponce, quien dijo ser gomero y dedicarse a las tareas de auxilio automotor, fue declarado autor responsable de “lesiones leves calificadas”, “coacción reiterada” (dos hechos) y “amenazas reiteradas” (dos hechos) y se le impuso una condena de tres años en suspenso y la prohibición de acercarse a la mujer (con quien tiene un hijo en común) y a la casa que ambos ocupaban en Dalmacio.
Como se trata de un convicto primario, el santiagueño pudo recuperar la libertad ni bien concluyó la audiencia, pero deberá abstenerse de mantener cualquier tipo de contacto con Villalba, porque de lo contrario volverá a ser detenido.
Ante los hechos de violencia de los que fue víctima, la mujer fue entrevistada por la jueza Inés Mariel, quien le ofreció un botón antipánico, pero no quiso aceptarlo.
Banda cordobesa
A las 13, en tanto, comenzó el segundo juicio de la jornada y, al igual que el primero, se realizó bajo la modalidad de trámite abreviado porque los imputados reconocieron su responsabilidad penal en los hechos que se les atribuían.
Los tres cordobeses recibieron la misma condena que Ponce, pero de cumplimiento efectivo, lo que -a priori- les permitiría a dos de ellos, Sosa y Barrera, obtener la “libertad condicional” en los próximos días.
En efecto, si ambos convictos primarios observaron buena conducta durante el tiempo que llevan detenidos y aprueban una pericia psicológica que determine que están aptos para reinsertarse socialmente, podrán salir de la cárcel porque llevan casi 10 meses y medio entre rejas, y cumpliendo ocho meses pueden solicitar aquel beneficio excarcelatorio.
Distinta es la situación de Navarro, quien por tratarse de un reincidente múltiple, no podrá acceder a la “condicional” y sólo podrá solicitar la “libertad asistida” seis meses antes del cumplimiento total de la pena, es decir el 18 de noviembre de 2018.
Sobre el final de la audiencia de debate, los tres cordobeses fueron declarados coautores de “hurto calificado”, “hurto calificado en grado de tentativa”, “encubrimiento” y “resistencia a la autoridad”.
Fueron detenidos en calle Buenos Aires al 1300, frente a la sede del Centro de Empleados de Comercio, en momentos que circulaban a bordo de un Renault Fluence y luego de intentar sustraer elementos de valor del interior de un automóvil que se hallaba estacionado frente a la sucursal del banco ICBC, ubicada en la esquina de Corrientes y 9 de Julio.
Cómo operaban
Navarro, Sosa y Barrera utilizaron un handy de comunicaciones para inhibir la alarma, pero no pudieron lograr su cometido y fueron atrapados pocos minutos después que el propietario del rodado denunciara el hecho ante las autoridades policiales.
De todos modos, horas antes la banda de los cordobeses se había apoderado de 33.000 pesos en efectivo luego de emplear el mismo sistema en otro vehículo.
Al interceptarlos en pleno centro, alrededor de las 13, la Policía les incautó un inhibidor, tres teléfonos celulares y el vehículo Fluence en el que se desplazaban.
