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Genaro nació en una ambulancia

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Genaro nació en una ambulancia
Leticia Tulián y su hijo Genaro, flanqueados por dos enfermeras, en la Maternidad del Hospital Pasteur

La mujer, que es sordomuda, fue asistida por los servidores públicos. El bebé y su mamá se encuentran en perfecto estado. Una historia con final feliz ocurrida en menos de un cuarto de hora

Leticia Tulián y su hijo Genaro, flanqueados por dos enfermeras, en la Maternidad del Hospital Pasteur

Trece minutos pasaron desde que sonó el teléfono en el Cuartel de Bomberos hasta que los servidores públicos depositaron a la mamá y al recién nacido en las manos del personal médico del Hospital Regional Pasteur.

Eran las 11.05 cuando un vecino llamó para dar cuenta de que, en la esquina de Buenos Aires y General Paz, en pleno centro de la Villa, una mujer estaba a punto de dar a luz.

Una ambulancia partió rauda del Cuartel, ubicado a tres cuadras, por la General Paz. Tres bomberos y un paramédico iban a bordo.

En tanto, Leticia Tulián, de 33 años, había roto bolsa, en plena calle.

Su madre, que la acompañaba, no podía dejar de llorar de la emoción.

No tardaron en llegar los servidores públicos, quienes acomodaron a Leticia en una camilla ante la mirada atenta de un nutrido grupo de curiosos, y la subieron a la ambulancia, para trasladarla al Hospital Regional Pasteur “con los cuidados del caso”, explicó Gustavo Nicola, jefe de los Bomberos.

“Ya en la ambulancia, apenas comenzamos a quitarle la ropa, vimos que el bebé estaba asomando la cabecita, o sea que empezamos con el trabajo de parto mientras la unidad seguía su camino hacia el Hospital. La conteníamos y la ayudábamos con la respiración, la fuerza que debía hacer al pujar y todo lo relativo al parto”, narró el bombero.

“Nos comunicábamos por señas”, señaló el servidor público, ya que Leticia es sordomuda.

Este detalle, podría haberle agregado un poco más de suspenso o dramatismo al parto, si no fuera porque la mujer ya tenía experiencia en dar a luz, pues Genaro es el cuarto bebé que trae al mundo.

El primer hálito dado entonces por Genaro, fue en una ambulancia del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Villa María; el primer rayo de luz que destelló en sus pupilas, provenía de la calle, filtrado por el vidrio de las ventanillas de la misma unidad y los primeros sonidos que escuchó, fueron las voces de los cuatro servidores públicos mezcladas con el fragor del tránsito de la ciudad.

Las primeras manos que lo tocaron, fueron entonces las de un bombero.

Ellos lo limpiaron. “Le quitamos las mucosidades y la sangre propias del nacimiento; lo arropamos con una manta que tenemos en la unidad y se lo entregamos a su mamá, aunque sin cortarle el cordón umbilical, ya que, por protocolo, no debemos hacerlo si estamos cerca de un centro de salud”, explicaron los Bomberos.

Eran las 11.18, cuando los servidores públicos dejaban a Genaro y Leticia en manos de los médicos del Pasteur.

 

Fuimos papás

“¡Fuimos papás! La dotación que asistió a la mamá que había comenzado con trabajo de parto en la esquina de Buenos Aires y General Paz, dio a luz a un hermoso varón arriba de la ambulancia cuando eran trasladados hacia el Hospital Pasteur para su atención. Ambos llegaron y se encuentran en perfecto estado de salud. Felicitaciones, mamá Leticia”, escribieron poco después, no sin orgullo, los Bomberos en su muro de la red social Facebook.

Genaro, pesó 3,460 kilogramos en la balanza de la Maternidad del Hospital y su estado de salud es “perfecto”, indicaron también fuentes del centro asistencial.

 

Minutos antes de las 11

Los Bomberos cargan a Leticia en la camilla, ente la mirada atenta de varios vecinos, en pleno centro

La precuela de la historia, es decir, el relato del nacimiento de Genaro desde poco antes de las 11 de la mañana de ayer, en la voz de la madre de Leticia y en pocas palabras, es la siguiente:

“Fuimos al banco y ella estaba con un poquito de dolor. Después, la llevé a tomar un desayuno, porque pensé que podía tener un poquito de hambre, y le dije al hombre de Santa Cecilia: “Apúrese, porque si no, va a tener que hacer de partero acá nomás”. Y después, cuando salimos, ya ella no podía caminar. Llegó a la esquina y… diga usted que había mucha gente dispuesta a ayudar. Llamaron a los Bomberos y lo tuvo en la ambulancia. Los Bomberos estuvieron muy bien. Ella está bien, ahora; esperando que le traigan a su bebé”, dijo la abuela, un rato después en el Pasteur.

“¿Yo? Yo lloré desde que ella empezó con el trabajo de parto hasta que llegó al Hospital, y después seguí llorando. Por la emoción y un poco por la impresión de que fuera a tener al bebé en la ambulancia. Nunca pensé que iba a pasar eso”, confió la abuela de Genaro, ya más tranquila.