Lo aseguró la directora Gilda Ibal, quien también dijo que en algunos de los lugares que son asistidos por la institución disminuyó la cantidad de asistentes
La directora de Cáritas local, Gilda Ibal, aseguró que “no es notable” el aumento en la concurrencia de personas carenciadas a los distintos comedores o centros misioneros que asiste la institución religiosa.
A mediados del año pasado, dos referentes de comedores de barrio Las Playas y La Calera habían advertido a EL DIARIO sobre el importante incremento de niños y niñas durante ese año.
Contrario a esto, Ibal comentó que “incluso en el centro (misionero) del San Nicolás hubo menos personas que se acercaron el año pasado” en comparación al año anterior.
“En los comedores que uno acompaña no ha sido tan amplio el aumento, por ahí en el barrio Botta, donde los comedores pertenecen a la Parroquia de Lourdes, pero nosotros acompañamos, ha habido gente en espera”, señaló.
Al mismo tiempo aclaró que es “histórico” que haya gente anotada en la lista de espera en ese lugar. “Siempre fue un barrio que se caracterizó por tener mucha demanda, al igual que el Madre Teresa de Villa Nueva donde ha subido un poco, pero no es notable”.
“En el barrio San Nicolás nos sorprendió el año pasado que había bajado el número de chicos”, relató la directora de Cáritas y asumió que “es algo medio raro porque en todos lados se habla de que creció”.
El centro misionero de ese sector de la ciudad aún no abrió las puertas este año y no hay una fecha estimativa para la apertura.
“Cuando el número crece abismalmente, cuando excede todos los límites que uno pueda tener, ahí realmente duele”, manifestó Ibal.
“No sabría decirte las causas por las cuales se mantiene estable el número de asistentes”, dijo al periodista de este medio.
Actualmente son cinco los comedores a los que Cáritas asiste acompañando en meriendas o bien llevando talleres y/o capacitaciones a los diferentes espacios.
“En el barrio Botta hay una biblioteca y una ludoteca que son espacios de distracción y ocio para los niños”, detalló.
Al ser consultada sobre la situación particular por la que atraviesa ese barrio, respondió: “La verdad es que siempre se hace referencia a los centros como merenderos o comedores, y en realidad eso es secundario para nosotros porque hay que mirar a la persona de forma integral.
Nos interesa la promoción del otro, la contención, poder darles herramientas para que cambien su historia. Y en todo esto hay un cúmulo de cosas acompañando”.
