En una semana, unas 20 personas se autoconvocaron para formar un nuevo grupo solidario que hoy encabeza una campaña para colaborar con familias de Chaco
Melania Maniscalco es una joven de 16 años del barrio San Nicolás que hace una semana se sintió conmovida por la imagen que recorrió el mundo donde un niño sirio estaba tendido sin vida en una playa. Decidió hacer una publicación en Facebook, básicamente, invitando a quien desee sumarse para ayudar en caso de que familias sirias llegaran a Córdoba. Hoy, siete días después, a raíz de esa publicación, ya son 20 las personas que se unieron para trabajar solidariamente.
“Publiqué algo en el grupo “Trato Hecho Villa María” para ayudar a la gente de Siria y como luego me enteré de que no llegaban a Córdoba, dije, ya que se sumó tanta gente, ¿por qué no aprovechar y ayudar a la gente del Chaco?”, contó Melania.
Más de 300 comentarios tuvo la publicación e inmediatamente se organizaron. “Se sumó Milo Soria, presidente de la Fundación San Expedito, quien nos facilitó el espacio para reunirnos, y ya hemos recibido donaciones de Buenos Aires, Luján, Morrison, y obviamente de acá”, dijo sorprendida la joven.
Son 20 personas que no se conocían entre sí que hoy están dispuestas a trabajar bajo el nombre que eligieron, Sembrando Esperanza. Agustina Rosso, otra de las integrantes, destacó que “estamos juntando donaciones en la Fundación San Expedito, Entre Ríos 2335, martes y jueves de 16 a 19 y sábado y domingo todo el día. Pedimos alimentos no perecederos, ropa, pero lo que más necesitamos son herramientas y cosas de higiene, como cloro, detergente y medicamentos”.
Los jóvenes tienen pensado viajar a Chaco el fin de semana largo de octubre (10, 11 y 12) y receptarán donaciones hasta esos días.
Jorge Rolón, de 18 años, que también se sumó al grupo, enfatizó la cantidad de donaciones que recibieron en tan poco tiempo. “Nos sorprendió que en una semana se pueda mover tanta gente para donar y tanta para sumarse al grupo”, relató.
Melania todavía se muestra asombrada del poder de las redes sociales y del hambre de solidaridad de la sociedad, que provocaron en una semana esta ola de colaboración y el nacimiento de un nuevo grupo solidario. “Nunca me imaginé que podría llegar a esto, lo publiqué porque se me había ocurrido nomás”, recordó.
“Cuando lo leí, me encantó la idea y dije ‘está bueno saber que se puede ayudar’, y no dudé en sumarme”, agregó Agustina, satisfecha de saber que hay mucha gente dispuesta a colaborar detrás de las redes sociales.