El exitoso proyecto de comunicación de la ciencia “El gato y la caja” lanzará próximamente un texto que recupera la evidencia científica como eje central del debate sobre las políticas públicas instrumentadas para abordar la temática. Desde la Universidad Nacional de Córdoba escriben Liliana Cancela, Juan Carlos Godoy, Diego Gurvich, María Gabriela Paglini, Ricardo Pautassi y Angelina Pilatti
Escribe: Ezequiel Martín Arrieta (Miembro de El Gato & La Caja)
En 1912, representantes de 12 países se reunieron en la Convención Internacional del Opio en La Haya (Holanda), con el objetivo de elaborar el primer tratado internacional de legislación sobre estupefacientes.
Según los participantes, el consumo de algunas drogas estaba causando estragos sociales y sanitarios. De esa reunión surgieron los cimientos de lo que se convertiría algunos años después en la “guerra contra las drogas”. Hoy sabemos que los motivos que empujaron el desenlace de esta política se relacionaron más con una mezcla de etnofobia y preocupaciones moralistas, que con verdaderos motivos sanitarios o de seguridad.
Esta postura se repetiría varias veces en la historia. La Ley Seca en Estados Unidos -impulsada por el Partido Prohibicionista, con profundas raíces religiosas- prohibió la producción, distribución y venta de alcohol en ese país. La consecuencia: una cascada de perjuicios sanitarios por el consumo de alcohol adulterado y problemas de seguridad derivados del tráfico ilegal; incluyendo la consolidación de Al Capone como ganador de otra guerra: la que se desató por el control de ese mercado.
Esto nos pone de frente a varias preguntas. La primera y obligatoria, para establecer el norte que guíe las políticas públicas sobre drogas: ¿continuaremos persiguiendo la utopía de “un mundo libre de drogas”, solventada en prejuicios moralistas, o buscaremos fortalecer la salud pública reduciendo de manera realista los riesgos y daños derivados del consumo de sustancias (incluyendo el alcohol y el tabaco)?
Gracias a los avances de la ciencia, hoy sabemos mucho más que hace 100 años sobre los efectos en la salud de las sustancias psicoactivas y claramente la legislación actual no se corresponde con los daños potenciales del uso. Mientras que algunas sustancias son legales y causan enfermedades y el deceso de millones de personas en todo el mundo; otras no poseen registros de muertes por intoxicación, tienen potencial medicinal o sirven para la investigación científica, pero su posesión para consumo personal está penada con prisión y su disponibilidad para la investigación severamente dificultada.
La prohibición, además, trajo aparejada la estigmatización y persecución del consumidor de sustancias (arbitrariamente) ilegales, al tiempo que fertilizó un terreno para que florezca el narcotráfico, con todo lo negativo que trajo aparejado: violencia, marginación de ciertos sectores de la sociedad, corrupción política, entre otras consecuencias. Además de eso, hay un detalle que suele ser poco discutido: la prohibición es ineficaz para cumplir con los objetivos por los que fue creada y sostenida.
Esto nos pone de frente a una idea todavía más incómoda: el golpe más efectivo que recibieron las estructuras criminales que se ocupaban del mercado negro del alcohol en los años 30 en Estados Unidos no fue la guerra contra las drogas, sino la legalización y regulación del mercado. Todo parece indicar que el camino es por ahí.
Este libro tiene como objetivo hacernos preguntas y compartir los conocimientos de especialistas en diversas áreas a viva voz. ¿Qué sabemos sobre la historia del ser humano en relación a las sustancias psicoactivas? ¿Qué lugar tienen la moral, las costumbres y la ciencia en la generación e implementación de las leyes? ¿Es la “guerra contra las drogas” una estrategia efectiva? ¿Cómo ha afectado un siglo de rígidas políticas prohibicionistas a los consumidores de sustancias psicoactivas y a la sociedad en su conjunto? ¿Existen estados que aborden de otra manera este desafío? ¿Cuáles son sus resultados? ¿Por qué estas preguntas no se encuentran en el ojo de la discusión pública?
La profunda disonancia entre el enfoque actual basado en la prohibición -con una gran participación de los organismos de seguridad- y el enfoque propuesto por los expertos -apoyado en la evidencia científica, que entiende que el “problema de las drogas” debe ser abordado desde la salud pública y contemplar los Derechos Humanos en la solución- fueron el motor de este proyecto.
Queremos que todos tengan la oportunidad de conocer más sobre las sustancias psicoactivas y su relación con el ser humano; de recorrer la historia de las políticas de drogas, esta vez a través de los ojos de la ciencia, para poder así pararse frente a esta enorme discrepancia, reflexionar sobre ella y desafiarla.
Un libro sobre drogas fue creado para desnaturalizar prejuicios, cuestionar costumbres y generar espacios de discusión. Atender el sufrimiento generado por la manera actual de abordar nuestra relación con las drogas no sólo es importante sino urgente. Y requiere un cambio de abajo hacia arriba, uno donde muchas voces se unan y demanden el uso de la mejor evidencia disponible en el diseño políticas públicas, con el fin de construir una sociedad más compasiva, más libre y más justa.
Un libro sobre drogas está disponible en el sitio de Internet que pertenece al espacio científico de El Gato y la Caja.