Hablan dos profesionales, la licenciada Carola Doñate y el profesor Nicolás Restivo. Una charla sobre causas y consecuencias del moverse
Con la llegada de las bajas temperaturas muchas personas abandonan la actividad física, la que retoman cuando se acerca el verano, en muchos casos motivadas sólo por una cuestión estética.
Especialistas consultados por EL DIARIO coincidieron en este diagnóstico y remarcaron los beneficios de realizar actividades, a la par que dieron recomendaciones y despejaron dudas.
La licenciada en Educación Física Carola Doñate hace 25 años que está en atletismo, deporte en el que posee el nivel más alto para un entrenador. Docente de la Universidad Nacional de Villa María, dijo que lleva la mitad de su vida en el Polideportivo, donde permanentemente está en contacto con personas que efectúan actividad física no solo competitiva, sino además de forma saludable.
“Actualmente hay mucha gente caminando, pero cuando empieza el frío comienza a disminuir la cantidad y terminan quedando sólo los atletas”, afirmó, si bien observó que “en la última década hubo un incremento abismal de personas que salen a correr y caminar”.
La profesional se basó en la definición de la Organización Mundial de la Salud para precisar que la actividad física es “cualquier tipo de movimiento corporal, de músculos, que exijan un gasto de energía”, añadiendo “hasta movimientos de la vida cotidiana”.
Consultada sobre los factores que influyen en el abandono de la actividad durante el invierno, citó varios.
Por ejemplo, el salir de la zona de confort, “aquella situación donde la persona se siente cómoda”. “Salir de eso lleva a un aprendizaje y ese aprendizaje es considerado adquisición de nuevos hábitos”, remarcó.
“La actividad sistemática sería adquisición de un nuevo hábito. No es fácil adquirir la sistematicidad, por muchas causas, y la más importante es la motivación, lo que te permite actuar de alguna manera determinada”, indicó la entrevistada.
En segundo lugar apuntó que las bajas temperaturas hacen que varias personas dejen de moverse al aire libre y pasen a hacerlo en ámbitos como los gimnasios, “otro tipo de actividad física, pero actividad en fin”.
“En nuestra sociedad no existe una cultura del movimiento, lo que arranca en la infancia”, enunció. En ese marco recordó una encuesta de 2015 que arrojó que el 49% de los habitantes de sectores de poder adquisitivo medio o altos son sedentarios o no saludables. Es una cifra a nivel nacional, que para Doñate “alcanzaría el 60%” si se tiene en cuenta a los sectores económicos más vulnerables.
Y en esto dijo que “salir a caminar no tiene ningún gasto, pero no estamos educados en hacerlo”.
Advirtió que en nuestra cultura el moverse “no se considera como un disfrute, sino como una obligación”.
“Se toma conciencia de la importancia de la actividad cuando ya se está enfermo y no como forma de prevención de enfermedades”, observó. Desde su experiencia, ve que el adulto que la realiza es por recomendación médica, mientras que en la universidad muchos abandonan el hábito cuando termina la currícula obligatoria, aunque apuntó que “se ha mejorado el porcentaje de continuidad, pero aún así sigue el sedentarismo”.
Y finalmente, la profesional añadió entre los factores a la falta de tiempo, “cuando en realidad el tiempo invertido en actividad es años en vida”.
Doñate subrayó que la continuidad en la práctica “depende del profesional idóneo con que se haga y con metas alcanzables, en forma progresiva y sistemática, y no sólo individual”, ya que hacerlo en grupo genera menor abandono.
Ante preguntas de EL DIARIO, recalcó que “el beneficio en invierno es mayor” y recordó que siempre debe darse acompañado de una correcta alimentación, correcta hidratación, horas de descanso y chequeo anual.
Recomendó moverse al menos una hora diaria en caso de niños y adultos y 30 minutos en el caso de adultos mayores.
“La actividad física es prevención de enfermedades”, reiteró la especialista.
En este contexto, se le preguntó si correr o andar en bici en los días fríos no nos hace más propensos a resfriarnos o engriparnos. “Al contrario, porque el sistema inmunológico se activa”, respondió. Y especificó que debe hacerse con poca ropa.
“La gente se enferma cuando se pone muchas prendas, porque transpira y cuando toma ese aire frío hace que uno se enferme”, graficó.
Aconsejó usar una remera térmica o una campera rompeviento, calza larga o jogging, gorrito y tal vez guantes de primera piel, que absorben la transpiración.
Este matutino también consultó a Nicolás Restivo, profesor de Educación Física, personal trainer y docente de natación. “La actividad física no debe ser una moda, siendo lo importante el hecho de adoptar la regularidad en su práctica, lo que no significa que no se pueda tomar un descanso”, definió.
“El clima influye y debemos estar atentos a esto para utilizar la vestimenta adecuada y no transpirar. La transpiración no quema grasas, al contrario, te deshidrata”, recalcó.
En consonancia con lo dicho por Doñate, Restivo hizo hincapié en que la actividad debe ser “guiada y controlada por un profesional”.
“La estética puede ser un gran incentivo para movernos, pero no debemos desviar el objetivo, que es en primer lugar la salud. La estética es sólo una consecuencia”, señaló.
“La actividad física es un buen remedio que no se consigue en ninguna farmacia”, destacó.