A continuación se publica la sexta entrega de la serie de artículos que propone Fubipa acerca del trastorno bipolar
Haremos referencia al tratamiento farmacológico, y luego a otros tratamientos complementarios para el trastorno bipolar, como la psicoterapia, la psicoeducación, etcétera.
Tratamiento farmacológico
Probablemente, el trastorno bipolar sea la enfermedad psiquiátrica que cuenta con mayores recursos para su tratamiento. El tratamiento farmacológico es imprescindible para lograr un adecuado control de la enfermedad. En la actualidad existen medicamentos eficaces para revertir cualquier tipo de episodio y para disminuir la frecuencia e intensidad de los nuevos episodios.
El tratamiento del trastorno bipolar puede dividirse en una:
Fase aguda: tiene por objetivo revertir el episodio.
Fase de mantenimiento se realiza luego que ha remitido el episodio, y su objetivo es disminuir la frecuencia e intensidad de las recaídas.
En una alta proporción de casos puede ser necesaria la combinación de medicamentos para lograr un adecuado control de la enfermedad. Es frecuente también que, en distintos momentos a lo largo del curso de la misma se realicen cambios en el plan farmacológico.
Los medicamentos más utilizados para el tratamiento del trastorno bipolar pertenecen al grupo de los denominados estabilizadores del ánimo, dentro de los que se encuentran el carbonato de litio, el ácido valproico y la carbamazepina.
A continuación haremos una breve referencia a cada uno de ellos.
Carbonato de litio
El tratamiento apunta a que las personas afectadas puedan pasar la mayor parte del tiempo eutímicas y, de este modo, permitir que lleven una vida como la de cualquier otra persona.
El carbonato de litio es el más tradicional de los estabilizadores del ánimo. Es útil para el tratamiento de los episodios maníacos, hipomaníacos o depresivos y para prevenir recaídas.
La dosis necesaria de litio se regula mediante un análisis de sangre denominado litemia, que mide la concentración de litio en la sangre. Las litemias efectivas para el tratamiento de episodios agudos son de 0,8 a 1,2 miliequivalentes/litro, mientras que las efectivas para prevenir recaídas pueden ser algo más bajas, de 0,6 a 0,8 miliequivalentes/litro.
El litio es un mineral que se encuentra en muy bajas concentraciones en el cuerpo humano y que prácticamente no pueden detectarse mediante un análisis. Por tal motivo, en personas que no están medicadas con carbonato de litio, no tiene sentido realizar litemias.
Es importante que las personas medicadas con esta sustancia tengan en cuenta las siguientes recomendaciones:
- La litemia se obtiene a través de una extracción de sangre.Se debe poner atención al hecho que deberá realizarse a las 12 horas de la última toma del carbonato de litio, antes de la primera toma del día. Por ejemplo: si la extracción es a las 8 de la mañana, la última toma del litio será a las 20 de la noche anterior. Si la persona tiene la indicación de una toma nocturna deberá adelantarla para que coincida con las 12 horas previstas, es decir que, si debía tomar la medicación antes de dormir cerca de las 23 horas, deberá adelantarla a las 20. Asimismo, si tiene indicación de una toma a la mañana, debe realizarla después del estudio.
- La litemia se obtiene, por lo menos, luego de 5 días y 12 horas de la primera toma o del momento que se ajustó la dosis. Eso significa que se debe esperar ese período cada vez que se modifica la indicación.
- Una vez logrados los niveles deseados en sangre, es bueno monitorearlos periódicamente según la indicación de su médico. Se sugiere cada 2 a 3 meses durante los primeros 6 meses de tratamiento y luego cada 6 a 12 meses.
- Se debe tratar de que este estudio se realice siempre en el mismo laboratorio.
No reducir la cantidad de sal en las comidas.
Consultar a su psiquiatra o, en su ausencia disminuir temporalmente la dosis de litio en los siguientes casos:
-Diarrea intensa -Vómitos frecuentes -Deshidratación -Fiebre elevada.
- No tomar los siguientes medicamentos sin antes consultar a su psiquiatra:
-Diuréticos: son medicamentos utilizados para problemas circulatorios como la hipertensión arterial, edemas, y para la retención de líquidos.
-Antibióticos: medicamentos utilizados para el tratamiento de infecciones.
-Antiinflamatorios no esteroides: se utilizan para el tratamiento del dolor, fiebre e inflamaciones. Estos medicamentos son de venta libre y muy utilizados en la vida cotidiana. El único fármaco de este grupo que se puede utilizar sin problemas es la aspirina.