Las mujeres del comedor Caritas Felices se concentraron durante la mañana para recordar a la víctima. A la tarde, otro grupo pintó un mural en el playón deportivo del barrio. “Un cobarde dejó a hijos sin su madre”, definió Marisa Sánchez
Mujeres de barrio La Calera no quisieron dejar pasar la oportunidad para recordar públicamente a Alicia Copa, a un año de su femicidio.
A la mañana, en el comedor comunitario Caritas Felices se reunieron Marisa Sánchez, Silvia Clot y Verónica Martínez para brindar unas palabras ante los medios de comunicación. A la tarde, otro grupo de mujeres llevó adelante la pintada de un mural en el playón del sector, con feria de ropa gratis y mates compartidos.
“Hace justamente un año, cerca de esta hora, la perdíamos. Hoy queremos recordarla con una sonrisa, aunque también tenemos tristeza. No puede ser que haya tenido este final en manos de un cobarde”, sentenció Marisa Sánchez, la referente del comedor.
Alicia fue asesinada por su pareja y padre de sus dos pequeños hijos, José Alberto Angeloni (45), en la mañana del 13 de marzo de 2017. El victimario se quitó la vida con la misma arma con la que mató a la víctima.
El hecho ocurrió en el patio de la vivienda y frente a la hija mayor de la pareja, de apenas 10 años.
Cuatro meses antes de que Alicia muriera en manos de Angeloni, se había acercado a Caritas Felices. “Tenía muchas ganas de vivir. En noviembre de 2016 se separó, y al quedar sola recobró vida. Era feliz”, afirmó Marisa.
Incluso, aseguró que Copa “estaba segura de que ya todo se había terminado” con quien resultó ser el femicida.
Las tres compañeras de la víctima que se reunieron ayer tuvieron palabras muy elogiosas para Alicia. “Era muy buena persona y muy buena mamá. La hemos recordado todo el año, no solo hoy, pero en esta fecha especial no queríamos dejar pasar lo que sentimos”, explicó Sánchez.
Contaron que compartían charlas con Alicia y que si bien no fue extenso el tiempo en común, habían creado un vínculo amistoso. Juntas también pensaban en cómo obtener dinero mediante la venta de alimentos y demás. Es que Alicia tenía a dos de sus hijos viviendo con ella, siendo el sostén del hogar. Y era mamá de otros cuatro, que estaban (y están) radicados en Buenos Aires.
Como se recordará, tras la muerte la familia de Copa decidió dar la vivienda de la víctima al comedor comunitario, que la pensó para llevar adelante distintos proyectos.
Sin embargo, la casa hoy no es administrada por Caritas Felices. “Su hijo nos pidió el espacio porque lo necesitaba y hoy está alquilado”, comentaron.
Confesaron que mantienen un amoroso contacto con los hijos de ella. “Alicia era feliz con nosotros. En la semana anterior a morir se había anotado para terminar el secundario. Nos había preguntado cómo y dónde hacerlo”, dijo Marisa y se quebró de emoción.
Una realidad agobiante
Por otra parte, ante la consulta periodística, la referente de la organización comunitaria ratificó que la violencia de género es una problemática muy presente en el barrio.
“Hay muchas mamás que lo sufren. El miedo está. Nosotras les decimos que no se callen, que salgan a pedir ayuda”, expresó Sánchez.
En este sentido, subrayaron que el Caritas Felices es un lugar “de contención, en el que estamos siempre”, más allá de brindar la cena a niños y niñas del sector.
“Están los oídos para quien necesite que escuchemos”, definió la cara visible de la organización.
Tras destacar que luego de la muerte de Alicia hubo otros femicidios en Villa María y la zona, evaluó que “las mujeres tenemos que animarnos a decir basta”.