Nació en Río Ceballos, el 5 de enero de 1966. Casado, tres hijos. En 1990 obtiene el título de árbitro de fútbol. Ejerció la profesión hasta 2011, llegando a la categoría internacional. Dirigió la final de la Copa Libertadores de 2008 y en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. El 5 de febrero de 2010 fue elegido como uno de los treinta árbitros de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010, en dónde dirigió cuatro encuentros. El 4 de diciembre de 2011 anunció su retiro. Tiempo después, Mauricio Macri lo invita a participar en política dentro del PRO y le propone ser candidato a diputado nacional por Córdoba. El 10 de diciembre de 2013 asume en la banca en el Congreso de la Nación. Hoy, va por la reelección encabezando la lista de Cambiemos
Escribe Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION
Le dicen “la Coneja”. Un apodo que se le pegó en jardín de infantes y lo acompañó en forma permanente. No es un dirigente formado en la política, no tiene un discurso florido, ni saca de la galera frases armadas. Es sencillo, sociable, siempre sonriente y locuaz. Es un hombre de confianza del presidente Mauricio Macri, con un prestigio adquirido en las canchas de fútbol que lo llevaron a instalarse en el terreno político y ser la figura principal de una lista que generó la rebeldía de un sector del radicalismo.
Baldassi sabe que lo miran con recelo por su falta de militancia, no le preocupa. El está empeñado en demostrar que con esfuerzo, compromiso y dedicación “se puede” aportar a la transformación de un país.
Después de una mañana de recorrida y un acto partidario, compartimos la charla y un café en el bar de un hotel ubicado a la vera de la ruta. Le gusta hablar de su vida, recordar anécdotas y se siente feliz de ser parte del equipo que hoy gobierna la Nación.
-El 10 de diciembre de 2013 comenzó a recorrer un camino nuevo en su vida, salió de su profesión habitual y pasó al recinto legislativo ¿qué balance hace hoy de esta experiencia?
-Creo que muchos desafíos y no sé si hacer un balance, sí puedo decir que tengo una ley, la ley de club de barrios, de mi autoría que fue construida en el Congreso, y aparte la hice desde la oposición. La fuimos construyendo a la ley, le sumé cosas, le fui agregando, por ejemplo el financiamiento. Creo que eso fue como festejar mi primer Boca-River, nació desde la profundidad del sentimiento, es más Federico Pinedo me dijo “vos tenés que darte por satisfecho de tener una ley y siendo oposición”.
Ahí tomé noción de la magnitud que significa una ley, y hoy verla hecha realidad, ver a los clubes desarrollar el programa siento una satisfacción enorme.
Y el balance tiene que ver con mi compromiso con los cordobeses, vos me preguntaste si tuve militancia…
-Y me dijo que no tuvo militancia.
-Yo no milité, estaba muy tranquilo en mi casa, después del 4 de diciembre de 2011 yo dije pongo fin a mi carrera arbitral, me voy porque no tengo más expectativas, porque ya había dirigido todo, había estado en los Juegos Olímpicos, había dirigido el Mundial, dejaba de tener expectativas, de tener objetivo a corto o largo plazo. Entonces pensé si me quedo en el arbitraje voy a estar en la curva, en vez de estar en lo más alto me voy a retirar cuando estoy en el descenso. Entonces pensé que me tenía que retirar y dejar en la gente lo que fue Baldassi como árbitro.
Fue una decisión difícil, tres meses con el psicólogo para lograr el retiro sin me que me tomara la depresión. Fue una decisión que me costó mucho y con la ayuda profesional logré plasmarla.
Grondona no quería que dejara y me pidió que me tomara vacaciones, en febrero volví y me dijo que me necesitaba en la AFA.
Yo no quería trabajar en la Escuela de Arbitros y quedé en Relaciones Públicas de AFA, trabajaba con la selección argentina. No laburaba nunca, una vez por mes, estaba tranquilo en mi casa y la política nada.
-¿Cómo surge la política, desde la nada?
-En 2013 tengo una entrevista con Fernando Niembro en el programa que hacía “La última palabra” y él me empezó a preguntar cosas de la política. Yo le contestaba, porque mi viejo y mi vieja siempre fueron colaboradores de instituciones. Mi viejo fue uno de los fundadores de los Bomberos de Río Ceballos y mi vieja trabajó en la institución, en la Cooperadora del colegio. Mi hermano fue concejal de Unión por Córdoba, hoy es tribuno de Cuentas, y mi hermano siempre me preguntaba si alguien me había llamado.
Y en esa nota de Niembro surgieron otras preguntas y me dijo que yo tenía que involucrarme en política. En ese momento yo reconocía en Mauricio Macri la labor que había hecho en Boca, cómo había cambiado el club, y como trabajaba en la ciudad de Buenos Aires.
Tenía una cuestión de feeling, nada más.
-¿Usted había tenido relación previa con Macri?
-No, la única relación fue un partido que Boca empata con Independiente y pierde la posibilidad de salir campeón. Al otro día era la fiesta de un diario importante, yo estaba invitado y el presidente de Boca en ese momento, hoy de la Nación, vino y me felicitó por el partido.
Me dijo que “yo había dirigido muy bien” y ese fue el face to face que tuve con él. Pero Niembro me llevó a una reunión con Macri y él me dijo “mire Baldassi yo conozco de sus valores, de su profesionalismo”.
Y fíjate que el arbitraje es una profesión sospechada y yo no tenía sospechas de nadie porque siempre me manejé por una sola vereda, y Macri sabía de eso porque en el fútbol todo se sabe y me preguntó si me involucraría en política.
No, le dije, ni en pedo (risas).
-¿Esas fueron las primeras palabras?
-(Risas). Sí, ni en pedo. Después Niembro y Emilio Monzó empezaron a mostrarme lo que se podía hacer desde la política con sentido común. Y me invitaban a reuniones, porque Macri me dijo “no me diga que no, déjeme mostrarle lo que se puede hacer con la política”.
Y yo tenía mis hijas, yo estaba mucho tiempo con ellas, y cuando Macri me pidió que lo acompañe como candidato a diputado me llené de preguntas.
Después uno deduce que me habían encuestado, que no fue una propuesta al azar, vieron que tenía una buena imagen en Córdoba, entonces le pedí que me dejara ver y ahí ya no me dijo Baldassi, me dijo “Coneja” (se ríe).
-Ahí ya comenzó a pensar la posibilidad.
-Sí, consideré que era una decisión que debía tomar en familia, que no era mía solamente. Y hablé con mis hijas, mi hija más grande me dijo “vos que tanto predicás los valores involúcrate, llevá esos valores a la política”, la otra me dijo “ni en pedo te metás en política”. Y mi señora me dijo “hacé lo que quieras” y mi pregunta fue ¿qué significa hacé lo que quieras?
Yo no quería reclamos, porque si me involucraba en política era compromiso, era involucrarme y que no hubiera reproches.
Mi señora tuvo su padre político, y ella me dijo que si me decidía por sí me iban a acompañar. Y lo consulté también con un amigo y ahí tuve el espaldarazo, me dijo “dale”.
Y decir sí es lo más fácil pero después viene todo lo demás.
-¿En algún momento se arrepintió de haber tomado la decisión de involucrarse?
-No, nunca. Primero tenía miedo a pifiar en las declaraciones, vos te acordarás cuando venía y me hacían notas, pero yo me propuse no mentir. Y fue un desafío, la gente me acompañó con el voto, y fue un gran desafío. Mi desafío era que el pequeño prestigio que yo había ganado con el deporte no me lo chupara la política, que no me fagocitara, y eso fue un compromiso que tomé. Y pensé que le tenía que demostrar a los cordobeses que más allá de tocar el pito también podía ser diputado.
No soy un experto en economía, ni en leyes pero soy un tipo con sentido común y dispuesto a trabajar en equipo.
-¿Cuando era un niño tenía sueños con ser alguien en especial?
-No, no tenía sueños, todas mis cosas surgieron espontáneamente.
-¿Era travieso?
-Sí, era travieso, nosotros éramos cinco hermanos varones, soy el del medio. Cuando tenía 10 años nació el cuarto hermano y al tiempo nació el quinto. O sea que a mí no me daban pelota (risas). Y yo laburaba con mi viejo en la sodería, manejaba el camión y repartía soda. Yo ahora le digo a mis hermanos ustedes trabajan con sifones de plástico, nosotros laburábamos con sifones de vidrio, tengo un tajo acá, acá (muestra las cicatrices y se ríe).
Hice toda la secundaria laburando en la sodería, iba al colegio de noche. Terminé ahí, me pagué el viaje de estudios, siempre fui muy independiente.
Y mis viejos siempre me enseñaron que a las cosas había que hacerlas con pasión, con dedicación, esfuerzo y honestidad. Y nunca me aparté de eso.
-¿Terminó la secundaria y qué hizo, tenía planes?
-Tuve un año sabático. Al pedo totalmente. Y luego me anoté en Medicina, no le dije nada a mis viejos, se dieron cuenta después que yo estaba estudiando (sonríe). Tengo aprobado Anatomía e Histología, ahí dejé de trabajar, me puse de lleno a estudiar.
Y jugaba al fútbol los domingos y me servía para pagarme los pasajes. El segundo año empecé y de pronto me dio un chip de locura y me fui a Buenos Aires el 21 de mayo de 1986.
-¿Con qué idea se fue a Buenos Aires?
-Con ninguna, me fui a la casa de un amigo, y empecé a trabajar en una metalúrgica, me fui a vivir a una pensión en Floresta, y trabajaba de metalúrgico.
Tengo una anécdota, la primera quincena de trabajo cobro, separo la plata para pagar la pensión y me quedaba un sobrante, yo quería comprarme un camperón Wrangler que me encantaba. Y fui al negocio y le dije al vendedor “tengo para señarte el camperón, no lo puedo comprar ahora, pero te lo seño y la otra quincena cuando cobro vengo y lo busco”.
El tipo me dijo que no. Y ahí vi que podía convencer, pedí por un superior, y logré que me lo señara y me lo separara. Y a la otra quincena fui y estaba feliz con el camperón (risas).
Esos fueron los primeros pasos en Buenos Aires.
-¿El tema del arbitraje de qué manera aparece en su vida?
-Yo tenía un amigo, que era de mi pueblo, y los fines de semana lo visitaba. El era asistente y yo iba los fines de semana a acompañarlo a los partidos. Y él me insistía que me anotara en los cursos, yo ni en pedo, veía cómo los puteaban en la cancha (risas) pero empecé a conocer la familia arbitral.
Cada vez que terminaba el partido, compartíamos una pizza mientras hacían el informe. Y ahí tengo un parate porque mi viejo me llama y me pide que vuelva a Río Ceballos a atender la sodería porque se iba a operar de la rodilla.
Y yo no le podía decir que no. Pedí licencia en la metalúrgica y me volví a Córdoba y mi viejo falleció por complicaciones en la operación.
-Fue un golpe muy duro
-Sí, para toda la familia, tenía hermanos chicos, y hubo que tomar decisiones a nivel familiar. Ahí resolvimos que uno de mis hermanos se hiciera cargo de la sodería, yo cedí todo y me volví a Buenos Aires.
Ya trabajaba en una distribuidora, vendía y luego me dediqué a hacer informes periodísticos y vender espacios de publicidad, tuve un periódico. Viví en muchos lugares en Buenos Aires, tuve muchas aventuras, muchas vivencias.
-¿En su casa, cuando era chico, se hablaba de política o no se tocaba el tema?
-No, mi viejo era radical, mi vieja peronista pero no se hablaba, no había discusiones políticas, ni en casa, ni en la sodería. Estuve en un momento cerca de la política porque trabajé con Zelmira Regazzoli en la Cancillería. En la década del 90, ella me pide que le haga un acompañamiento de prensa, y luego me encargó que coordinara un encuentro interdisciplinario que se hizo, hasta que a ella la mandan de embajadora en Bolivia y me pide que me vaya a trabajar con ella pero yo ya estaba haciendo carrera en el arbitraje.
-Volviendo a la política actual, ¿se sorprendió cuando un sector del radicalismo decidió ir a internas?
-No, las Paso están para eso, para que cada dirigente tenga la posibilidad de ser parte de las Paso, a mí no me sorprendió. Me hubiese gustado ir todos juntos, sentarnos en una mesa y abrir el abanico. Siempre digo que Cambiemos va a ser fuerte mientras los partidos que lo forman sean fuertes. El PRO, el radicalismo, el ARI, el Frente Cívico son fuertes y entre todos se dirime la cuestión y se busca la mejor lista.
Este sector del radicalismo decidió ir a las Paso y está en su derecho.
-¿Cuando habla con los vecinos, le dicen que no alcanza la plata para llegar a fin de mes?
-Sí, te lo dicen.
-¿Y qué le dice usted?
-La gente cuando voy a hablarla o los que estaban hablando conmigo cuando vos llegaste te dicen las cosas. Yo a la política la siento de carne y hueso, la siento para hablarnos, para mirarnos, para saber qué nos pasa. La gente sabe que yo no vengo a enriquecerme en la política, sabe quién soy como ser humano, yo vengo a poner una semillita para ser parte de la transformación que está llegando.
Te cuento Nancy, ¿sabés dónde laburan mis hijas?. Mi hija labura en una panadería y la otra de moza en un complejo, yo nunca voy a utilizar la política para nombrarlas.
Yo la concibo así a la política y la gente me da sugerencias, me dice sus inquietudes y también tengo reclamos.
Pero dentro de ese reclamo, un porcentaje alto cree que vamos por buen camino.
-¿O sea usted cree que más allá de los problemas que le plantean, tienen esperanza?
-Tienen paciencia y la paciencia es lo que me da a mí la pasión y las ganas de saber que vamos por buen camino.
Nosotros debemos tener presente que no hay que volver al pasado que nos dejó un país desbastado económicamente e institucionalmente. No queremos volver a eso y hay que pensar que debemos hacer para el futuro y eso lo tenemos que hacer entre todos.
Yo sufro mucho cuando la gente reclama pero sabemos que había un país necesitado de volver a tener contacto con el mundo, de ser previsible, de tener reglas claras para que el mundo nos vea como una gran oportunidad.
Podemos hablar de la industria automotriz que está creciendo, porque hay un compromiso de crecer, hoy Fiat va a tomar mil doscientos operarios, la Renault con Niza van a tomar setecientos operarios, producto que se va hacer un auto local.
-Usted que habla seguido con el presidente ¿qué le preocupa a Macri?
-Lo que te preocupa a vos. Le preocupa la pobreza, el narcotráfico, ojalá pudiera arreglarse todo rápido. Esto me hace acordar cuando Macri asumió en la ciudad y se inundó. Y les dijo a los porteños que se iban a seguir inundando por tres años más hasta que se hicieran las obras.
Hizo la obra y es una obra que no se ve pero la gente no se inunda más. Y esto hay que decirle la gente, no son cosas de un día para otro.
La lucha con el narcotráfico no es una lucha de un día para otro, porque hay connivencia política, de la Justicia, de la Policía. Te doy como ejemplo el decomiso que se hizo en Córdoba del camión cisterna, fue un seguimiento de siete meses para poder agarrar toda la banda y la agarraron.
Y ese es el desafío.
Y en la economía hay cosas que están bien, otras que no están bien pero hay valorar la paciencia que tiene la gente que no la está pasando bien, que nunca vivió de un subsidio, pero hay esperanza porque les hablamos con la verdad, porque hay transparencia.
Porque pensamos en políticas a largo plazo.
-¿Le gustaría ser gobernador?
-(Pausa). Es algo que hoy me cuesta responderte, me cuesta. Y lo hablé con Mauricio a esto. Yo creo que hay que prepararse, hay que prepararse.
(Breve pausa) Yo no cambio mi forma de ser, y siguen las puertas abiertas de mi despacho, yo atiendo a todo el mundo, respondo todos los mensajes, los e-mails y siento la política de carne y hueso como te decía.
-¿En lo personal se siente gratificado por ser legislador?
-No sé si me siento gratificado, me siento con compromiso. El compromiso de estar, de participar y eso que quise demostrar que puedo ser diputado lo vengo haciendo día a día.
Y te digo algo, a los que no venimos de la política nos ven con lupa, tiene prejuicio para nosotros, nos observan más, ponen más énfasis en lo que hacemos y en lo que no hacemos.
Eso lo he notado y no me molesta, son las reglas de la política. Y te puedo dar muchos ejemplos de quienes entraron con popularidad y hoy en la Cámara no sabés si están o no están.
-Todas estas negociaciones que se hacen en el ámbito legislativo ¿usted cómo las toma?
-Yo entiendo que es parte de la política, la democracia se nutre y se enriquece con el disenso y se fortalece con el consenso. La política es eso, no hay que cerrarse en algo.
-¿Tiene buena relación con todos?
-Sí, con todos. Preguntale a Martín Gill, a Nora Bedano, me llevo bien con todos. Pará, que a veces me enojo, pero siempre poniendo el sentido común por delante.
Al no tener militancia yo estoy despojado de ciertos ideales o banderas, la bandera para mí es la gente, es ver cómo solucionar la pobreza, es ver el rumbo que tomamos como país, esa es mi bandera.
-¿Qué piensa de Julio De Vido?
-Nada, a mí me hablás de fueros y te digo que están dentro de la Constitución. Creo que cuando vos actuaste con transparencia y honestidad los fueros van y vienen. ¿Sabés cuántos viajes hice por la Cámara? El más largo fue a Tecnópolis (se ríe). Yo recorro Córdoba, me gusta poder resolver el problema de la gente.
-Se habla de la existencia de un proyecto de reforma laboral.
-Creo que no hay que hablar de reforma, se trata de sentarse todos a ver qué es lo mejor. Muchos colegas tuyos me preguntaron por la edad jubilatoria y no hay nada. Creo que buscan inculcar miedo.
Al país lo construimos entre todos, tenemos que dejar de lado los protagonismos y pensar todos en el país.
-Usted dice entre todos, pero hay un sector del PRO que incentiva el antiperonismo ¿usted está en ese sector?
-No. En el PRO hay mucha gente que viene del peronismo, el que incentive eso me parece que no va en el sentido de la construcción que se quiere hacer.
Nosotros construimos en base al consenso, esa es la idea. Vos te hubieses imaginado que el Frente Cívico podía participar con el radicalismo y con el PRO. Y está y estamos trabajando.
Cada vez que me voy a dormir, me voy con la satisfacción de haber escuchado un vecino o a una persona que me dio aliento y te digo más a mí nadie me putea.
-¿Lo puteaban más en la cancha?
-(Risas). Sí, me puteaban más en la cancha. Una sola vez un tipo me gritó “Baldassi inútil” (se ríe). Y está bien, puedo ser inútil, lo invito a que se siente conmigo y ver si mi inutilidad puede servir para algo.
-¿Por qué le dicen Coneja?
-Cuando iba a jardín de infantes en la bolsita tenía dibujado un conejo y me quedó coneja, hoy sería bullyng (risas). Y hoy me dicen todos Coneja, el presidente me dice Coneja (se ríe).
-¿Está feliz en la política?
-Sí, estoy muy feliz de poder ser una semillita de las que va a transformar el país y estoy plenamente convencido que vamos por un camino de un verdadero cambio. En 2015, los cordobeses votaron un cambio, después de muchas décadas que no ayudaron y nos duele tener un 30% de pobres, y en octubre los cordobeses van a volver a votar por un cambio.
Estoy convencido que van a ratificar el modelo de país.
-¿Tiene algún proyecto legislativo en particular que quiera concretar?
-Presenté un proyecto de ley sobre autos eléctricos, porque acá tenemos una reserva importante de litio y yo pensé en todo lo que es la promoción que genere inversiones en el país y ese proyecto lo tiene el Ejecutivo.
Y voy a estar acompañando con la cuestión tributaria, tenemos un país caro y todos se tienen que sentar para ver este tema.
Argentina está con una gran oportunidad pero nos ven como lupa y nos dicen somos caros, Córdoba también es cara, acá tenemos que hacer una consideración sobre lo impositivo para poder hacer competitivo al país.
-¿Qué sueño tiene?
-Una Argentina grande, fructífera, una Argentina que me pueda permitir ufanarme, estar feliz de verla nuevamente en el mundo.
Ver productos nuestros con valor agregado en el mundo y que eso nos permita generar trabajo.
-Cuando alguien le dice que este es un gobierno para los ricos ¿qué le responde?
-Nada, el presupuesto que votamos fue uno de los más altos en temas sociales, se gobierna pensando en la gente, con transparencia, no mintiendo. Nada, yo no soy rico, todo lo que tengo fue hecho con esfuerzo.
Tengo mi casa hecha con esfuerzo y a cada cosa le puse nombre: Copa Libertadores, Juegos Olímpicos, cada cosa que hacía le ponía nombre (se ríe) y eso le transmito a mis hijos y a la gente decirle que “sí, se puede”.
Opiniones
Mauricio Macri
Un líder simple, positivo. Un líder que me mostró que trabajando en equipo, escuchando, teniendo compromiso se pueden lograr cosas muy importantes.
Juan Schiaretti
Fue gobernador muchos años, nadie va a discutir lo que es como político pero me parece que ya los cordobeses están teniendo un hartazgo de las mismas caras de siempre y que circulen en la política la gente cercana a él no es bueno.
Martín Gill
Tengo un gran aprecio por Martín, tengo una buena relación. A Martín lo conocí cuando vine a dar una charla en la Universidad, yo era árbitro de fútbol.
Me gusta
Estar con amigos, con la familia, disfrutar de las pequeñas cosas, comer un asado
Me encanta
Las carreras de caballos
Me divierte
Que la gente disfrute el momento desde tomar un café a comer un asado
Me entristece
La pobreza, no haber disfrutado más a mi viejo
Me enoja
La mentira