El vendedor José Salusso volvió a “dar la cara” y en algunas frases, como la del título de esta nota, sintetizó los casos que se expusieron en la reunión de vecinos damnificados por la comercialización irregular del loteo
José María Salusso, extitular de Salusso Bienes Raíces, la firma villamariense que comercializó el loteo Posada del Indio en 2010 y 2011, el que se convirtió en un “Aguaclara tiopujiense”, tal como lo calificaron los adjudicatarios de parcelas que todavía no cuentan con escritura por la similaridad con lo ocurrido tiempo atrás en el barrio villanovense, volvió “a dar la cara”.
Esa fue la expresión del hombre que estuvo “desaparecido” cuatro años, habiéndose radicado en Pinamar, según explicó ya en reiteradas oportunidades, por cuestiones personales.
Salusso dio su versión y mencionó que fue él quien trajo a Daniel Rosso para comprar y comercializar: “Yo puse la plata, aunque en realidad pagamos por mes (a los dueños de las hectáreas colindantes al pueblo, Olivero). (A Rosso) Lo contraté para hacer esta operación inmobiliaria”.
“Esto fue un boom, vendimos con boleto de compraventa, todo a una velocidad que nos permitió comenzar a hacer la obra de agua. Pero se me enferma un hijo y me voy a vivir a Pinamar. Así que dejé todo en manos de Rosso, ocho loteos”, relató.
Sostuvo que “vendieron hasta tres veces el mismo lote” y aclaró que “allí aparece la figura del fideicomiso (y el segundo plano) presentada por Miguel Angel Lione (un productor de la zona de La Playosa) y Daniel Rosso (quien reside en Villa Carlos Paz y llegó a Tío Pujio como “socio”), Olivero vendió a Lione lotes que eran nuestros”. Añadió que “acá se repartieron lotes como figuritas. Rosso, además de no hacer las obras, se quedó con lo pagado”.
Salusso cuestionó ante los asistentes el rol de los escribanos, como (Graciela) Reale (además aparece entre los papeles Graciela Sgro) y salvó a Alcira Spila, que “actuó correctamente porque incluyó a Rosso y a Olivero como vendedores”.
“Yo vengo a dar la cara y me comprometo a resolver”, insistió Salusso. Anunció que entre lunes y martes estará el ingeniero Guillermo Defagó para mojonear cada uno de los 61 lotes (que en su mayoría ya fueron cercados con postes y dos o tres hilos de alambre por personal de Salusso). “Eso tendrá un costo de 75 mil pesos del que me haré cargo”, dijo.
Convocó a “armar un centro vecinal fuerte”, del que se excluyó, “para hacer que los 61 lotes ingresen al ejido urbano municipal, ya que todavía hoy se trata de zona rural.
“Tengo una idea”
Salusso propuso concentrar todos los lotes que compraron los asistentes en los 61 que le corresponden “en pos de resolver y brindar obras”, aunque sin haberlo acordado todavía con Rosso, Lione y Olivero, con quienes cruzó demandas.
Pero varios vecinos se resisten a cambiar la ubicación, su potestad o lo que fuera, en evidente y manifiesta desconfianza, a pesar de que señale el caso de César como testigo: “Acá está la prueba del delito”. Pero también podrían ser los casos de Isabel, de Damaris, de Mariela…
No habría lugar a la posesión
No debería ocurrir la existencia de dos planos, advirtió un técnico de Catastro de la Provincia, en tanto al ser cargados el sistema mismo lo advierte porque se superponen los datos.
La consulta realizada desde la Redacción de EL DIARIO obedece a una de las manifiestas preocupaciones de los adjudicatarios de terrenos en Posada del Indio.
Lo que se suele hacer son las “previas”, que consta de la reserva de la nomenclatura, pero si está iniciado, se le otorga un número de expediente al pie del plano, si no, son proyectos que en Catastro se denominan “previas”. Que un plano tenga un sello no quiere decir que esté visado, tal como rezan los planos expuestos por Salusso, incluso el correspondiente al fideicomiso.
En esa repartición desconocen cómo llevan los escribanos públicos un registro de boletos de compraventa. Advirtieron que los poseedores tienen que estar 20 años -porque la posesión es veinteañal- para llegar a un juicio de usucapión y lograr escriturar, pero ese es otro camino en la vía registral que no se condice cuando existe una operación comercial. “No es lo que corresponde si han comprado”, sentenciaron.
Por último, recomiendan siempre asesorarse con un abogado y si se trata de un loteo, hacerlo en conjunto.
Mariela e Isabel, del lote 15, manzana 89. Mariela y su pareja compraron, en abril de 2012, un terreno de 323 m2 a 45 mil pesos, con la ilusión de construir un hogar. Todavía no tenían hijos. Cinco años después, Mariela espera su segundo niño, y en la reunión de ayer se encontró con Isabel, la madre de Andrea, quien también hizo una entrega en 2012 por un terreno y pagó cuotas por más de un año, más de la tercera parte de una propiedad que no le pertenece y que, además, sería la misma que la de Mariela y su familia. “A mi terreno lo vendieron dos veces” repiten ambas
“Me siento estafado hasta que no vea al menos la posesión. Yo compré un terreno de 313 m2 en esquina, que en el segundo plano aparece cambiada la orientación. Fue en junio de 2013, el lote 1, manzana 80, pero ahora aparece con nuevo dueño y como lote 107, manzana 102”. (César)
“En 2012 compramos el terreno en 40 mil pesos con la idea de hacer la casa, justo en frente de donde era la placita del loteo. Ahora no queda nada. Tenemos un boleto de compraventa que no vamos a soltar, por eso no quiero cambiar de lugar”. (Damaris, lote 2, manzana 91)
“Con un amigo compramos (2012) un lote cada uno; nos dieron un plano y un boleto de compraventa, más la certificación de firma, pero ahora vemos que nos cambiaron el plano y hasta nos achicaron los lotes más de 50 m2 a cada uno”. (Eliomar, joven uruguayo radicado en la zona, trabajador rural)