
(OLIVA). Además del descubrimiento del avión Dagger C-415, se entregaron pertenencias utilizadas por los soldados en las islas. Veteranos y familiares volvieron a decir presente en buen número

Como sucede año tras año, veteranos de la guerra de Malvinas dijeron presente en Oliva, donde se desarrollaron las actividades por el 34º aniversario, aunque esta vez con la colorida presentación del avión Dagger C-415, que fue donado al Museo Nacional emplazado en la ciudad.
Los homenajes comenzaron el viernes con distintas actividades y siguieron ayer, cuando los presentes desafiaron el mal tiempo para sostener este reconocimiento como es debido.
Autoridades de la ciudad y de otras localidades (estuvo el intendente de James Craik, Oscar Fassoli) y muchos vecinos acompañaron a los veteranos y familiares de los caídos en la guerra de Malvinas, que recibieron presentes, bajo una emoción que nace a flor de piel cada vez que la fecha demuestra que nadie los olvida.
Además del descubrimiento del remodelado Dagger C-415, se inauguró un monolito réplica del que existe en Isla de Borbón, en homenaje a la tripulación del Tango 24, un avión argentino con cinco tripulantes derribados cuando hacía maniobras de distracción a la flota británica.
En el acto central también se entregaron al Museo diferentes elementos que pertenecían a los caídos, motivo por el cual, el presidente de la institución, Gabriel Fioni, destacó el crecimiento de la misma y lo que significa con el paso del tiempo.
«El Museo se ha convertido en un lugar de peregrinaje para veteranos y familiares, vienen a reencontrarse con sus historias de Malvinas y los familiares con las historias de sus deudos», indicó Fioni.
Un gesto
Pablo Bolzán, hijo de Danilo Rubén, un piloto caído en la guerra, viajó a las Islas para encontrarse con los restos del avión de su padre y donó al museo algunas de sus pertenencias.
“Tuve la posibilidad de viajar hace unas pocas semanas, el 11 de marzo llegué con parte de mi familia. Fue un viaje privado, el objetivo era llegar al lugar donde estaban los restos del avión. Lo pudimos hacer el 16 de marzo tras cuatro horas de viaje, tuvimos que tratar con un guía y pedir permiso a seguridad privada. Me encontré en un lugar de mucha paz, aunque parezca contradictorio. Estaban los restos del avión de mi padre y su primera tumba. Ese fue el objetivo central del viaje y lo pudimos cumplir», manifestó Bolzán, en diálogo con Cadena 3.
“Gracias a Dios nos tocó un día muy bueno, despejado, de óptima visibilidad. Encontré restos del borceguí. La verdad que en lo personal considero que son cosas que las generaciones futuras la tienen que ver, y por eso mi decisión de donarla al Museo con parte de lo que era la cabina del avión», añadió.
Pablo indicó que el viaje le sirvió “para entender que tenemos que obrar con respeto hacia los isleños, personas que hace 7 u 8 generaciones que están allí», y acotó: «Nos tratan bien cuando vamos, cuando los tratamos bien, tiene que haber un tema de reciprocidad. Creo que es la forma de incrementar las relaciones con ellos».