Por ley está prohibido el ingreso de las fuerzas públicas al territorio de las universidades nacionales. Las imágenes fueron publicadas en un blog, en donde también señalan extrañas situaciones que se dieron desde que los uniformados entraron a la casa de altos estudios
En la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) se dicta la Licenciatura en Seguridad, que se puede cursar tanto en la sede Córdoba como en el Campus de nuestra ciudad.
Desde que se ofrece esta opción académica la mayoría del estudiantado siempre estuvo en la capital provincial, en donde la institución -en un principio- estableció un convenio con una entidad privada para que su edificio sirva para dictar únicamente esa carrera.
Cabe señalar que todos los estudiantes son policías, ya que se requiere esa titulación previa para comenzar con este trayecto de grado.
Sucede que los efectivos acuden al Campus de la UNVM con los mismos atuendos y elementos con los que se los ve en la calle, patrullando y cumpliendo con su deber: uniforme, armas, esposas y hasta el móvil policial.
Esta situación fue advertida en el blog “Desandando laberintos”, cuyo autor es un egresado de esa universidad, quien además explica en la publicación algunas situaciones que se dieron desde que los agentes policiales tienen acceso al Campus.
Hay que recordar que según la Ley 24.521 de Educación Superior, “la fuerza pública no puede ingresar a las instituciones universitarias nacionales”, salvo mediante la orden de un juez o el pedido explícito de las autoridades universitarias.
La solución no está en restringir a que estas personas estudien en la UNVM, sino a que asistan al Campus sin los elementos con los que actúan como fuerza de seguridad, tal como se describió.
Un análisis profundo
En el blog donde fueron publicadas las imágenes, el texto que las acompaña analiza: “Basta imaginar algún estudiante que tenga las características de lo que esta Policía considera un potencial criminal (joven, morocho, con gorra, con ropa deportiva, etcétera) y que decida ‘actuar de oficio’ con una ‘detención preventiva’ en un lugar que no es de su jurisdicción para que se convierta en un problema grave, en serio”.
También el autor, que egresó de esa institución, recuerda algunas situaciones ocurridas en las aulas de la Licenciatura en Seguridad: “En una clase, un/a docente solicita que escriban su opinión sobre la democracia. Hubo estudiantes que entregaron la hoja en blanco y afirmaron que les parecía una ‘provocación’”.
Además se menciona un posible caso de censura en un evento ya realizado: “Charla sobre la sindicalización de la fuerza policial. Organiza la UNVM un evento donde un ponente desarrolla los elementos favorables de la sindicalización de la fuerza policial. En el auditorio aplauden todas las filas, menos la primera, donde se encuentran los altos mandos de la fuerza policial. Se acercan a una alta autoridad de la universidad y le dicen: ‘De este tema no se habla más’”.
También se cuestiona el hecho de que la carrera sea exclusiva para policías de la Provincia: “En principio, que sea un ‘ciclo de licenciatura’ y que haga falta ser policía para estudiar seguridad es un inconveniente. ¿Por qué motivo solo los policías pueden formarse en seguridad?”.