Algunas de las tarjetas electrónicas por el Día de San Valentín pueden contener software malicioso o virus, una ocasión aprovechada por los atacantes dada la popularidad de la celebración, por lo que especialistas recomendaron ayer a las personas que quieran realizar estos obsequios online una serie de consejos para prevenir ataques informáticos en sus computadoras o en la del destinatario.
«La amenaza más común asociada con las tarjetas electrónicas involucra tarjetas maliciosas que intentan instalar malware (software malicioso) en el dispositivo del destinatario, explotando regularmente vulnerabilidades en los navegadores de los usuarios», explicó Ricardo Guzmán, especialista en seguridad informática de Fortinet, en un comunicado.
Este malware -continuó Guzmán- puede ser tan sencillo como spyware (un programa espía) o adware (un programa que exhibe anuncios publicitarios), o puede ser más complejo y capaz de espiar computadoras y otros dispositivos, mientras que los usuarios permanecen ajenos a él.
Mientras, otros malwares tienen la capacidad de robar información personal de un destinatario, como por ejemplo los datos de la tarjeta de crédito, alertó el especialista.
«Además, las páginas engañosas de tarjetas electrónicas o los sitios ilegítimos de estafa pueden tratar de obtener información personal y de tarjeta de crédito de una víctima alegando ser organizaciones benéficas o sin fines de lucro», contó Guzmán.
Asimismo, señaló que otra amenaza común al comprar y enviar tarjetas electrónicas es que los sitios maliciosos de estos obsequios online «pueden contener enlaces web deshonestos para que los usuarios descarguen un virus, spyware o Trojan en sus dispositivos y redes».
Por eso, el especialista brindó una serie de consejos sobre seguridad informática destinado a las personas que elijan regalar tarjetas electrónicas en el Día de San Valentín, una celebración que tiene lugar cada 14 de febrero.
«Los destinatarios de tarjetas electrónicas siempre deben tomar precauciones antes de abrir, hacer clic o descargar cualquier tarjeta», remarcó.
También dijo que los destinatarios tienen que «mantenerse atentos a las señales de advertencia clásicas que pueden implicar que la tarjeta recibida no es legítima. Por ejemplo, ortografía incorrecta o errores gramaticales evidentes podrían ser señales de que la tarjeta no está siendo enviada por una compañía auténtica».
Los sitios que requieren descargar archivos o introducir nombres de usuario y contraseñas para acceder una tarjeta también pueden ser señales de remitentes falsos. Por eso -resumió- los usuarios deben abstenerse de abrir cualquier tarjeta o correo electrónico de un remitente desconocido.
Al igual que los destinatarios, los remitentes de tarjetas electrónicas también deben tomar ciertas medidas de seguridad para garantizar la seguridad de los sitios que están utilizando.