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Al final celebraron los dos

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Al final celebraron los dos

Playosa y Silvio Pellico igualaron 2 a 2 y gracias a otros resultados ambos obtuvieron la clasificación. Volverán a medirse en los cuartos de final

A poco del final, Ezequiel Oliva le atajó un penal a Aimar

Escribe: Daniel Cerutti

En un partido cargado de intensidad y dramatismo, donde ambos cumplieron digno cometido, Playosa y Silvio Pellico igualaron 2 a 2 y por esas sorprendentes alternativas que el fútbol suele brindar lograron la ansiada clasificación a los cuartos de final del Torneo Apertura, dependiendo especialmente el Albo de otros resultados que le fueron favorables, y volverán a enfrentarse en la próxima instancia.

El local sorprendió al comienzo, cuando a través de una sostenida presión en el mediocampo fue llevando al oponente hacia posiciones de resguardo defensivo. Ese esquema le permitió a los 4’ obtener rápida ventaja, cuando en veloz incursión Servetti y Piva superaron a sus marcadores y penetrando al área este último sacó un remate rasante que se introdujo en el arco, lejos de la oposición de Oliva, que nada pudo hacer ante la trayectoria del balón.

Silvio Pellico adoptó una actitud expectante, estableciendo sus posibilidades en alguna carga esporádica a través de pelotazos que partían de Flores o por lanzamientos libres de Alfio Demarchi, pero que en las instancias iniciales no le arrojaron dividendos positivos.

A los 15’, en acción con pelota detenida, Alfio Demarchi lanzó el balón hacia el centro del área, siendo conectado con certero cabezazo por Ibáñez, ingresando el balón en el arco de Cordero, ante la pasividad de la defensa playosense, que no opuso resistencia ante la incursión del visitante. Gol de implicancia psicológica, pues permitió la reacción del Canario en momentos que arreciaban la presión e intentos del elenco anfitrión.

La intensidad del juego ofensivo hacía latente el peligro de gol en cada intento y por ello las retaguardias debieron trabajar a destajo. A los 24’, en otra rápida jugada por andarivel derecho, Servetti cedió el balón para el ingreso de Nicolás Semenzín, que efectuó un fuerte disparo hacia un ángulo alto de Oliva, superando la tardía oposición de este y penetrando en la valla, convirtiendo el segundo tanto para el Albo.

El local ganaba 2 a 1, agregando otra cuota de vibración a un encuentro donde la tendencia ofensiva marcaba la pauta principal de elogio hacia la labor de los protagonistas. El dominio fue alternado, definiendo el local una orientación más clara en los intentos; así Mauro Luna se perdió una clara situación solo frente al arco desviando su disparo a dos metros del marco adversario.

Con apenas dos minutos en cancha, Rodrigo Premet (14) le dio el empate al Canario

En la última alternativa del periodo, una serie de remates en el área del Canario motivó dos rebotes, en el segundo la pelota dio en el travesaño lanzada por Servetti, picó sobre la línea, no sancionando el árbitro lo que reclamaban los jugadores locales, a instancias de su colaborador Horacio Bresso, bien ubicado en esta alternativa de juego. Pareció que el balón picó detrás de la línea de sentencia, quedando para la polémica posterior esta intentona de Playosa.

El segundo tiempo tuvo la misma vibración y dinámica en su transcurso, donde Playosa siguió presionando con intención ofensiva. En primer término Mauro Luna se perdió una clara oportunidad al desviar el disparo frente a Oliva y luego Acosta demoró la definición de una gran jugada con claro destino de gol. Le costó al visitante sostener el ritmo impuesto por su oponente, con el propósito de frenar el trabajo de Servetti y Genre, que comandaron la labor del elenco albo.

En la relación de fuerzas, Playosa tuvo una tarea más coherente y homogénea, aspecto que de ser más efectivo le hubiera permitido definir la brega en esos momentos.

Silvio Pellico no se dio por vencido y tuvo una llamativa reacción después de los 20’, que culminó a los 31’ cuando el recién ingresado Rodrigo Premet receptó una exacta habilitación de Flores, superando en velocidad a Aimar y Cosavella, y ante la salida de Cordero lo derrotó con exacto envío hacia un rincón del arco. Festejo total en la parcialidad canaria, pero todavía faltaba algo más para definir el tinte emotivo de la brega. A los 41’, luego de un córner, Acosta quedó en clara posición de impulsar la pelota hacia la red, siendo desplazado ilícitamente por Quiroga, marcando el árbitro penal para Playosa.

Roberto Aimar se encargó de la ejecución, pero su disparo fue magníficamente contenido por Ezequiel Oliva, generando otra instancia de delirio en el Canario y desazón en la hinchada local. Así se fueron consumiendo las instancias finales, donde el local sintió el impacto de la situación mencionada y careció de la claridad suficiente para intentar una nueva oportunidad, salvo el último y desesperado intento en acción malograda por Nicolás Semenzín.

El final marcó y resaltó la algarabía de los jugadores visitantes y de su numerosa parcialidad; luego llegaron las noticias de los demás resultados que favorecieron la clasificación de Playosa; entonces todo se transformó en festejo al unísono, cada uno dedicado a su divisa. Todo con un elogiable final, que ciertamente premió la labor de jugadores que se brindaron al máximo, en encomiable actuación que seguramente deberán ratificar en los próximos enfrentamientos y por las instancias finales del campeonato.

 

La figura: Demarchi y Servetti: Desde distintas funciones y estilo de juego, se convirtieron en eficaces conductores de la performance en sus equipos. El defensor canario dio solidez a la estructura defensiva y al mediocampo en la gestión del visitante, especialmente en los momentos más difíciles. También aportó en materia ofensiva, en sus peligrosos lanzamientos con balón detenido, generando siempre situaciones de riesgo.

Por su parte, el volante del Albo mostró su capacidad y talento, especialmente en las instancias donde el dominio local se hizo más perdurable, comprometiendo en varias ocasiones la estabilidad de la defensa canaria.

 

El árbitro: Lucas Gómez: Tuvo una actuación acorde con las exigencias de un trámite intenso que lo obligó a actuar constantemente, ello por lo que se jugaba y por las protestas de algunos protagonistas. Supo encausar el desarrollo de la brega sin recurrir a determinaciones severas y sus fallos fueron efectivos.

Dejó dudas en un remate de Servetti que dio en el travesaño y picó detrás de la línea, pero hizo seguir el juego en lo que hubiese sido el tercer gol albo.