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“Al peronismo le falta un gran debate”

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“Al peronismo le  falta un gran debate”
Baravalle, habló de la capacidad y los beneficios de Scioli

Nació en Etruria el 19 de septiembre de 1959. Agropecuario. Es casado, tres hijos, cuatro nietos. En 1998 comenzó su participación en el terreno político dentro de las filas del Partido Justicialista. En 1999 fue concejal, en 2003 fue electo intendente de su localidad. Hoy va por el cuarto mandato consecutivo al frente del municipio. Es, además, presidente del PJ de Etruria y miembro del Consejo Departamental

Escribe Nancy Musa
DENUESTRAREDACCION

“Mi pueblo es el mejor del mundo”, dice y pone énfasis en esas palabras. Habla con tranquilidad y resalta el apoyo que tiene de su entorno para seguir andando caminos entre los vaivenes de la política. Héctor Baravalle viene de una familia tradicional de Etruria y hace 14 años que es el intendente, va por el cuarto mandato y sigue preocupado por temas prioritarios como la pobreza y la demanda habitacional. Es un agradecido de los militantes que lo acompañan, de su equipo y de los vecinos que han confiado y siguen confiando en sus propuestas.

-¿Qué siente al ser intendente de su pueblo desde hace 14 años?

-Es un honor y una responsabilidad tremenda. Primero, por ser intendente del pueblo en que nací y en el que creo me voy a morir, donde se han criado mis hijas, se crían mis nietos y creo que el destino va a decir que voy a terminar mis días también.

Y ser intendente de mi localidad no solo una vez, sino dos, sino tres, sino cuatro elegido por el pueblo es un gran honor, a su vez la gran responsabilidad porque la gente confía y se ve que hemos hecho las cosas medianamente bien porque sigue confiando en nosotros.

Pero debemos terminar de la mejor manera posible para ratificarles que el voto que nos han dado ellos lo devolvemos en confianza y con bienestar para ellos, que es el fin que uno persigue estando en esta profesión.

-En algún momento, supongo que en varios, se plantea por qué no se pueden dar todas las soluciones a los reclamos de la gente en tantos años.

-Creo que hay políticas que tendríamos que tener de Estado a nivel nacional. La vivienda es uno de los temas principales que la gente nos reclama, en salud medianamente tenemos un buen servicio, tenemos hospitales públicos y en nuestro caso funciona de manera magnífica.

Y el tema viviendas no tiene solución porque la tierra ha tomado un valor inmenso en estos años, porque no hay políticas de Estado con continuidad de construcción y también porque no hay conciencia en la gente de pagar las cuotas.

Cuando la gente soluciona su problema ya no piensa en el problema del otro y tenemos que ser solidarios todos, seguir pagando las cuotas para que esa plata se reinvierta y se pueda continuar construyendo.

Ahora hay una posibilidad para el que tiene un ingreso fijo a través de los créditos que están dando, pero hay gente que no tiene ninguna posibilidad de acceder al crédito ni al trabajo y que vive hacinada.

Vida Digna ha sido una solución para construir baños o una habitación, pero son paliativos, creo que a nivel nacional hace falta una política que tenga continuidad en el tiempo para decir que todos los años podamos construir una “x” cantidad y no cortarlo para que no haya una demanda monstruosa.

-Cuando comenzó en 2003 a ejercer su cargo se planteó una serie de objetivos, si tuviera que hacer un balance, ¿pudo cumplir la mayoría?

-Sí, seguro que sí, aparte nos planteamos un objetivo por cuatro años (sonríe) y ya vamos por los 16, o sea que se ha cumplido con creces. Creo que tengo muchas cosas en mente porque permanentemente uno cumple un objetivo y se generan nuevos. En forma permanente tenemos nuevos desafíos y nuevas ganas de realizar cosas por la gente.

Pero creo que el tema viviendas es importante, más allá de que hemos podido entre 80 y 90 viviendas, han sido insuficientes. Y fue gracias a la gente de Cáritas que se construyeron 47. Este es el tema que no tengo satisfecho, lo hemos hecho parcialmente y las soluciones no dependen de los municipios, vienen de la Nación, los municipios chicos como los nuestros no tenemos ninguna posibilidad de solucionarlo porque no tenemos la capacidad económica para llevar a cabo los proyectos.

-El intendente es la cara visible, la puerta cercana para el vecino, ¿qué es lo que la gente pide en este momento?

-Van muchos a buscar trabajo, que no sucedía en años anteriores, estamos entregando muchas más ayudas sociales que años anteriores, es algo lógico por la situación que se está viviendo, otros piden un sitio, hemos tenido la posibilidad de sortear sitios a través de la Provincia y otros 20 sitios sociales para que puedan construir su vivienda y en estos días están comenzando con la infraestructura necesaria.

Pero después nos topamos con que la gente que tiene un sitio no tiene la capacidad para construir; si el Estado no está para ayudarlos, terminan viviendo muy precariamente y ahí es donde deben estar las políticas de Estado y con continuidad para no tener esta gran deuda habitacional que tenemos a nivel país.

-¿La inseguridad es una preocupación significativa en su localidad?

-La inseguridad preocupa en todos lados, pero gracias a Dios no tenemos los niveles de inseguridad que tienen las grandes ciudades. Tenemos hechos delictivos, pero la mayoría son menores y están controlados. La mayoría son robos en casas que están sin gente, que han salido a hacer compras y por ahí le entran a robar. Es preocupante, por supuesto, pero gracias a Dios no tenemos el nivel de violencia que vemos en otros lados.

Dijo que la ayuda social se había incrementado, ¿cuáles son las principales causas?

-Hay muchas menos posibilidades de trabajo, pese a que estamos en una zona que es privilegiada en el contexto general que tiene la Nación. Y el dinero no alcanza más, es imposible llegar para una familia con una Asignación Universal por Hijo o una pensión. Y muchos no tienen la posibilidad de trabajar.

Está funcionando el Paicor, estamos entregando leche y medicamentos, pero el aumento del gas, de la energía, son cosas que van llevando a que cada vez el dinero alcance menos.

Cuando entré en 2003 teníamos muchos pedidos de ayuda, de garrafas, de bolsones, después se habían terminado gracias a la Asignación Universal, a las pensiones graciables, que tenemos más de 150 entregadas, y la gente había dejado de golpear el municipio, pero ahora han tenido que volver a golpear porque no les alcanza.

-¿La Nación no les envía ayuda o determinados programas para asistir a los más vulnerables?

-No, nosotros no hemos tenido ningún tipo de ayuda en cuanto a asistencia para la gente, excepto lo que son las asignaciones y las pensiones graciables.

-¿Su relación con la oposición es buena o muy complicada?

-Siempre tuvimos diálogo, lo que pasa es que tenemos una diferencia tremenda de criterios. Bastaría que le cuente a la gente que la oposición no aprobó la obra de cloacas que en su momento licitamos, allá por 2009 si mal no recuerdo, que no nos aprobó la construcción del jardín maternal que estamos a punto de inaugurar en los próximos tiempos.

Tengo diferencias porque en su momento lo que traté para llegar es tener una propuesta superior a la que tenía la oposición, no llegar porque habían fracasado.

Y apuesto eso y el día que llegue la oposición, que sea porque tiene más capacidad que nosotros y no por nuestro fracaso, porque el fracaso de los gobernantes es el fracaso del pueblo.

-Héctor, de acuerdo a su visión desde adentro, ¿el peronismo está en crisis?

-Creo que al peronismo le falta un gran debate, yo no sabría decir si está en crisis, sí me parece que nos debemos un debate profundo y una autocrítica porque si hemos perdido la Nación, es porque algún error hemos cometido. Más allá de todos los logros que tuvimos a nivel nacional, sobre todo en la parte social, haber llegado a perder la Nación en manos del liberalismo es porque hemos cometido errores y nos debemos una autocrítica.

Y a lo mejor las PASO son buenas para discutir ideas, si ganamos, bien, y si perdemos, acompañamos, como es el lema de toda la vida del peronismo.

-Sin embargo, por las últimas informaciones que se conocieron, Cristina se postularía, pero si hay una lista de unidad.

-Bueno, volverá a cometer el error que nos llevó a perder en 2015. Creo que debemos abrir el juego para todos, Cristina ha sido una gran presidenta que tuvo la desgracia de que se muriera su marido, que era, por sobre todas las cosas, la mano derecha del ala política.

Ahí, Cristina empezó a rodearse de gente que por ahí no la llevó por buen camino y a mi modesto entender es lo que nos llevó a perder en 2015.

-¿Usted siente que en su pueblo existe la grieta famosa?

-Sí, hay grieta en Etruria. No se participa en todas las cosas que se hacen a nivel municipal porque tienen resquemores. Existe, más allá de que en un pueblo chico estamos comunicados entre sí, existe la grieta, no con el nivel de agresión que hay a nivel nacional, pero se siente en las diversas formas de participación.

-Ya hace 20 años que participa activamente en el peronismo, ¿en algún momento sintió con tanta fuerza el antiperonismo que se observa actualmente?

-No, creo que en los últimos tiempos hubo un peronismo y yo le llamaría un anticristinismo. Creo que nos debemos charlar esa parte, ese antikirchnerismo más que antiperonismo. Y ahora estamos volviendo a lo que son las raíces del peronismo. El kirchnerismo es un apéndice del peronismo y lo central es el peronismo y ahí presentar la discusión.

-Su relación con Eduardo Accastello fue siempre muy buena, ¿cómo está hoy?

-Mi relación fue excelente y sigo estando muy bien con él. Hablo siempre en fechas especiales con él, no nos vemos tanto porque él está fuera de la función pública y uno está muy abocado a su función, pero siempre con un gran cariño por Eduardo.

-Cuando comenzaron a surgir las denuncias contra el Eninder, ¿cómo las tomó usted en lo personal?

-Mirá, en mi caso nunca vi nada raro que me hiciera sospechar que se estaban haciendo las cosas mal o que podría haber algún tipo de problemas.

Creo que hay mucho de político en todo esto y hay que dejar que la Justicia investigue para aclarar la cancha. Para que llegue a buen puerto, la manera es que la Justicia investigue y ver qué resultados tiene porque es muy fácil ensuciar a alguien con denuncias.

-Héctor, vamos a dejar de lado por un rato el presente, ¿qué recuerdos tiene de la Etruria de su infancia?

-La Etruria de mi infancia ha cambiado muchísimo (sonríe), hemos tenido un crecimiento enorme, más allá de que seguimos siendo un pueblo donde los chicos van a la cancha a jugar al fútbol, las chicas van a patín, sin los papás. Recuerdo a la Etruria de las calles de tierra, del regador que andaba por todas las calles porque no teníamos nada de asfalto, los recuerdos de la infancia son realmente hermosos.

Y también nostálgicos porque hay muchos amigos que ya no están. Etruria es el lugar que me vio crecer y donde crecieron mis hijos, tengo mucho amor en todos los recuerdos.

-Hábleme de sus padres, de su familia.

-Mi papá y mi mamá están los dos fallecidos. Mi papá murió en 1980 y mamá antes de que yo ganara la elección, en 2003, no llegó a verme intendente. Mi papá era agropecuario y martillero público, rematador de hacienda, teníamos una feria, mi mamá era ama de casa, cocinaba excelentemente bien, excelentemente (risas).

No tuve hermanos, tuve dos fallecidos, así que yo estaba solo con ellos. Por supuesto tengo tíos, primos en Etruria y en otras localidades. Pero mi círculo íntimo eran mis padres y yo.

-¿Y era un chico tranquilo, travieso?

-Siempre fui tranquilo, me encantaba ir al campo con mi viejo, a los remates feria, jugar con los amigos, siempre fui muy amiguero, juntarnos a tomar algo, a hacer las picadas y los populares asaltos de su momento.

Nos reuníamos en la casa de familia y tomábamos una gaseosa, hacíamos una picadita y bailábamos un rato (se ríe). Poníamos la casa una vez cada uno y teníamos una sana diversión.

-¿En el colegio era buen estudiante?

-Nunca fui buen alumno (risas), no fue mi fuerte el estudio. No tenía mal comportamiento, pero no estudiaba. Una vez me llevé materias a rendir, iba a particular de una vecina y las hojas de los libros estaban pegadas (risas), las tuvo que despegar ella, una señal de que no había tocado los libros en todo el año.

-¿Recuerda alguna maestra en especial, de esas que pueden decirle “lo que me hizo renegar, intendente”?

-(Se ríe). No hice renegar, creo que me recuerdan con cariño. Teníamos varias docentes que iban de Villa María, la señorita Lilian Falco que nos daba en jardín y maestras de la localidad que recuerdo con cariño.

Creo que no hice renegar tanto (risas), no estudiaba, pero tenía buen comportamiento.

-¿Tenía un sueño en especial?

-Sí, ser corredor de Fórmula 1. Me hubiera encantado correr en auto y llegar a la Fórmula 1, mirá qué sueño loco, pero nunca participé en una carrera de autos (risas).

-¿Y de qué manera entra la política en su vida, se imaginó que iba a ser político?

-En realidad, no. Yo tenía cierto resquemor con la política, la veía como algo que no era para mí, que no era muy santa. En el año 97, 98, Eduardo Accastello mandó al Pato Stohl, a Roxana Rodríguez, Daniel Lagassa y Marta Cavallo, todos compañeros, llegamos de caminar con mi señora y había un auto parado frente de casa.

Y se bajan estos cuatro personajes que te digo (sonríe), yo les tenía mucho afecto, los hice pasar, compartimos un café y les pregunté “qué los trajo por acá”.

Me dijeron: “Vos tenés que ser el próximo candidato a intendente”. Es lo mismo que si yo viniera y te dijera hoy a vos que “vas a ser la próxima astronauta que te vas a la luna” (risas).

Vos decís “estos tipos están enginebrados o han tomado algo raro”.

Les dije que no, yo tenía mi actividad privada y Etruria venía en un bajón, en un estancamiento que se veía en general. Estaba Nerio Lerín de intendente y venía muy caído.

-O sea que la veía imposible a la propuesta.

-Por supuesto, les dije que no, que se habían equivocado de persona. Quedó así y al tiempo cayeron de nuevo y me pidieron autorización para meterme en una encuesta. Les dije que no me molestaba, pero que no se hicieron ilusiones, que yo no tenía ninguna posibilidad de ser intendente, que no tenía tiempo, que debía atender mi actividad agropecuaria y no podía.

Y ahí fue que un compañero, Pochi Marconi, que fue presidente del partido y después se mató en un accidente en el año 2000, me dijo que “era cuestión de firmar dos o tres boludeces y después me iba a mi casa” (risas). Esas fueron las palabras que me dijo, les repetí “no, ni loco”.

Bueno, hicieron la encuesta y me dio muy bien y empezaron a insistir.

Yo seguía diciendo que me encantaría, pero que no tenía tiempo. Insistieron tanto que ya entramos a juntarnos con la gente de Acción para la República, en ese momento estaba Juvenal Brissio, estaba Omar Ardusso del Partido Demócrata que era integrante de Unión por Córdoba y entre todos empezaron a chucearme (sonríe).

-Y entre insistencia e insistencia lo fueron convenciendo.

-(Se ríe) Y bueno, ya entramos a embalarnos y a entusiasmarnos, empezamos a ver qué necesitaba la localidad y a tener puntos de coincidencia en todo. Mirá, Nancy, cuando uno presenta las plataformas en las localidades y las mira sin color ni bandera política son prácticamente las mismas.

Porque las necesidades que tiene el pueblo y que todos vemos son las mismas, lo que pasa que la gente evalúa la capacidad para llevar adelante las propuestas. Por eso creo que coincidimos tanto en lo que le hacía falta a Etruria y nos sentíamos capacitados para llevar adelante el cambio que necesitaba.

-¿Quiénes fueron los primeros que lo acompañaron?

-Mirá, en ese momento se unieron todos, bueno casi todo el peronismo, había tres o cuatro disidentes porque aparecía yo desde la no militancia para ser el candidato cuando ellos creían que tenían más mérito. Y seguramente lo tenían, pero no tenían la imagen y la posibilidad de llevar al triunfo al peronismo en una localidad que había sido siempre radical y que pudimos romper nosotros a través de estos años de gestión.

-Pero la primera vez, en 1999, perdieron.

-Sí, la primera vez perdimos con Lerín. Y le agradezco a Dios haber perdido esa elección porque fueron años terroríficos de 1999 a 2003. Creo que si me hubiera tocado gobernar en esa época, hoy no estaría hablando con vos como intendente, sino como exintendente.

En esos cuatro años como concejal, nosotros montamos casi una Municipalidad paralela con las ganas que teníamos para dar soluciones.

Con nuestros legisladores departamentales, teníamos tres en ese entonces, Litín Pizzorno, Raly Costa y Nora Bedano, y conseguimos cosas para la gente, bolsones, medicamentos, conseguimos muchas cosas por el Gobierno provincial y nos llevó a hacer un buen trabajo sin estar en la Intendencia.

Y eso nos abrió la puerta en 2003.

-Durante su época de concejal tuvo el apoyo del entonces gobernador De la Sota.

-Sí, incluso con la visita que hizo a Etruria, se comprometió con el acueducto y nos encargó que trabajáramos para eso. Y bueno, cuando asumimos en 2003 tomamos el compromiso y llevamos el proyecto a Buenos Aires en 2004.

-Cuando lo fueron a hablar para ser candidato, ¿usted ya era peronista?

-Sí, tenía un pensamiento peronista, pero viendo a los políticos como una cosa rara. Pero me dijeron “el país está así por gente como vos, que no se mete en política”. Eso fue una puñalada que me revolvió el estómago.

-Y en el momento que le contó a su familia que iba a meterse en política.

-En las primeras charlas siempre estuvo Luciana, mi esposa, y cuando llegó la determinación de la encuesta y que querían que fuera el candidato lo consulté con toda mi familia, porque es un paso fundamental y uno le quita tiempo a su familia.

No solo le quita tiempo, sino además los comentarios que a veces son hirientes, yo tenía las hijas chicas y necesitaba contar con el apoyo. Cuento con el apoyo de mi familia, porque si no contara, automáticamente tiro todo por la borda.

-Y al conocerse la noticia, algún amigo le dijo “vos estás loco, ¿cómo te vas a meter en política?”.

-Muchos, algunos amigos me lo dijeron directamente y otros cuando los consultaron en la encuesta dijeron “¿el Negro Baravalle?”, como diciendo “¿de dónde salió este?”. Hay muchos amigos que hoy a la política la ven como una cosa no muy limpia, pero creo que es la única manera que tenemos de vivir en democracia y tenemos que aprender a tolerarnos y a encontrarnos en algunos ejes que son centrales para llevar las políticas de Estado esté quien esté al frente de un municipio, de la Provincia y de la Nación.

Cada cual con sus matices, con su impronta, pero con una columna vertebral que nos incluya a todos.

-Y el día del triunfo en las elecciones de 2003, ¿qué sintió?

-Fue una alegría enorme para mi familia, para mis amigos, para mí y para los militantes. Los militantes son los que menos se ven; vos le hacés la entrevista a un intendente, pero lo somos por los militantes y por el voto de la gente, de los que no se ven. Los militantes están siempre al frente, poniendo la cara cuando uno se equivoca, marcando los errores y cubriéndonos la espalda. Un gran agradecimiento para todos ellos.

-¿Se imaginó que iba a ganar?

-Sinceramente, tuve esperanza en 1999 cuando perdimos por 60 votos y de ahí en más siempre estuve seguro del triunfo. Uno palpa en la gente, y si estás en el ingreso de los colegios cuando la gente va a votar cuando son las 6 de la tarde, te podría decir ganaste o perdiste porque cuando le ves la cara a la gente sabés si te votó o no.

La primera elección es la que mejor ganamos, había tres candidatos, uno se había ido del peronismo con Juez y el otro el radical. Carabajal por el radicalismo y Stampone por Juez. Y ganamos por 329 votos, después vinieron los triunfos ajustados.

-Usted dijo que Etruria era un pueblo radical, ¿qué lo llevó a confiar en el peronismo?

-Creo que nosotros somos una familia tradicional de Etruria y nos acompañó una cantidad de gente muy seria que es la imagen que presentamos. La garantía que uno le presenta a la gente, diciendo que no quiere el poder para vivir mejor uno, sino para que vivan mejor los vecinos.

La confianza de los vecinos creo que nos llevó a ganar la elección de 2003 y luego ha ido cambiando la concepción del voto en todo el país.

En Etruria gana un intendente de un partido y puede ganar un gobernador de otro partido y un presidente de otro partido.

La gente vota a la opción que cree mejor, hoy hay cada vez menos votos cautivos.

-Héctor, por su profesión de agropecuario, ¿de qué forma vivió un momento clave en su gestión que fue la pelea con el campo por la 125?

-Lo viví con mucha preocupación y creo que fue uno de los grandes errores de Cristina y su gobierno. Más allá de analizar la 125, como la planteaban, creo que no se puede mantener un país en vilo durante 100 días.

A ese nivel de conflicto el gobierno debería haberle dado solución mucho antes para no crear la grieta que se originó en ese momento.

Y lo demás será análisis de la gente que sabe si la resolución estaba bien o mal, pero fue una locura haber mantenido el conflicto por tanto tiempo con ese nivel de agresión que hubo.

El pueblo de Etruria gira alrededor de la actividad agropecuaria y espero que no se repita. Fue un momento de profundización de la grieta.

-¿La actividad agropecuaria hoy está bien?

-Sí, nosotros tenemos productores muy emprendedores, muy de punta en nuestra localidad, hemos tenido buenas cosechas con algunos problemas de anegamientos en los caminos rurales. De hecho, en 2015 tuvimos problemas y estamos esperando el canal maestro que nos traería alivio al pueblo y a la zona.

Faltan algunos detalles del consorcio canalero, la Provincia ya tiene adjudicado dinero para esa obra y esperemos que se lleve a cabo en los próximos meses.

-En estos meses se habló del alto nivel de pobreza de la provincia, ¿en su pueblo está contenida?

-Podríamos decir que no es alto, pero tenemos un nivel de pobreza en algunos casos puntuales que le damos solución desde el municipio en lo que está en nuestro alcance. Pero bueno, volvemos a caer en el tema viviendas, que es muy complicado y que no está a nuestro alcance solucionarlo.

Si miramos las cifras generales podemos decir que estamos bien, pero mientras haya una persona necesitada en nuestra localidad tenemos que decir que estamos en problemas.

-Si tuviera que hacer un balance de su gestión, ¿cuáles fueron los peores y los mejores instantes?

-Los peores fueron durante el conflicto con el campo. El enfrentamiento que hubo en la sociedad y uno estando al medio y sin tener capacidad de decisión, o de actuar.

Y los momentos buenos fueron las obras que pudimos hacer, el acueducto, las cloacas y lo que me causó mayor placer fue la entrega de viviendas, porque es la familia feliz y que concreta su sueño.

-La obra del acueducto tiene su anécdota.

-En el año 2004 era ministro de Gobierno Accastello y viceministro Sergio Busso, vamos a Buenos Aires los intendentes de la línea Etruria-Laboulaye con un proyecto que costaba 50 millones. Llegamos al octavo piso del Enhosa, una mesa grandísima, viene el ingeniero Edgardo Bertolossi, Busso le plantea el proyecto, la necesidad que teníamos, y Bertolossi nos mira y nos dice: “Ustedes me vienen a pedir una obra de 50 millones de pesos para 150 mil habitantes y yo tengo acá ocho millones de personas sin agua y sin cloacas en el conurbano bonaerense”.

Cuando nos dijo eso se nos cayeron las medias, pensamos “qué estamos haciendo acá, ya fracasó la gestión” en esos segundos.

Y después nos dijo: “Pero ustedes también son argentinos, ¿dónde están los planos? (risas)”.

Y luego generamos una amistad con Edgardo y pudimos hacer obras y el acueducto.

-¿Lo invitaron a reuniones desde que asumió Mauricio Macri?

-Nos invitaron a un encuentro, el año pasado, en Tecnópolis y participamos. Después presentamos varios proyectos, pero hasta ahora no hemos tenido respuestas positivas, al contrario, algunos que presentamos en la anterior gestión nos llamaron para avisarnos que como no había nada firmado, se cayeron.

-¿En su localidad tiene un alto nivel de adhesión el presidente?

-No sé qué decirte, si nos tomamos de la elección de 2015 te diría que sí, pero hoy creo que ha cambiado, creo que estamos en una localidad muy agropecuaria que tiene mucha adhesión, pero otros están perjudicados por los aumentos. No sé.

Opiniones

Mauricio Macri

Un muy buen empresario, pero que maneja el país como una empresa. El país tiene gente y tiene que llegar con bienestar para todos, no pensando en la rentabilidad de una empresa. Un país es para todo el mundo. Seguro tiene buenas intenciones, pero si lo maneja como una empresa, no va a tener buen final.

Juan Schiaretti

Un tipo muy pensante, muy inteligente, un gran gobernador con obras para todos los pueblos. Un tipo equilibrado y honesto.

Martín Gill

Un compañero, un amigo, una persona que sabe que tiene el techo muy lejano en su proyección como político. Una persona muy preparada y que seguramente le esperan cargos de mayor jerarquía, más allá de que sea un honor para él ser intendente de su ciudad.

Me gusta

Disfrutar con la familia, viajar.

Me encanta

Lo que hago todos los días, llegar a casa y tener el cable a tierra con los nietos y los fines de semana en familia.

Me divierte

El humor, los programas cómicos, las comedias.

Me entristece

Ver gente en la calle por la pobreza.

Me enoja

No poder dar solución a las cosas que reclaman y exceden nuestra capacidad de gestión.