Cuando se habla de un científico genial es difícil esquivarle a la figura del científico alemán Albert Einstein. En estas últimas semanas su nombre ha sido repetido hasta el hartazgo, tanto en los medios de prensa como en las redes sociales, a partir de haberse comprobado empíricamente aspectos de su Teoría de la Relatividad. El trabajo para confirmar la existencia de las ondas gravitacionales, que el físico había predicho mediante sus cálculos, fue realizado por un gran equipo de científico liderado por una mujer nacida en nuestra provincia. Alejados de los cálculos de la física, en este espacio pretendemos recordar que alguna vez Einstein visitó nuestra Córdoba y en sus viajes en tren atravesó nuestra ciudad, quizás depositando su mirada en la floreciente Villa María de entonces.
Llegada a Córdoba
Gracias a una iniciativa del ingeniero Enrique Duclout, que tuvo buena recepción en el mundo académico argentino, en el año 1922 se comenzó a trabajar para que el ya reconocido científico visitara la Argentina.
Fue en 1925 cuando esas tareas dieron sus frutos y Albert Einstein concretó la llegada a nuestro país. El 4 de marzo de ese año partió, desde Hamburgo, en el buque Cap Polonio, rumbo a estas tierras del sur. La figura de Duclout fue fundamental para lograr la visita de tan ilustre científico. El ingeniero radicado en Buenos Aires era de nacionalidad francesa y en 1884 había llegado a nuestro país. Se había formado en la misma universidad que Einstein, el Instituto Politécnico de Zürich, y, hasta 1923, dictó el curso de Teoría de la Elasticidad en la Universidad de Buenos Aires.
El 25 de marzo Einstein arribó al puerto de Buenos Aires, donde cumplió una intensa actividad hasta que el 11 de abril, en las primeras horas de la tarde, acompañado por profesores de la UBA subió al tren que lo trasladaría a la ciudad de Córdoba.
La línea ferroviaria que tomó Einstein y compañía no era otra que el Central Argentino que pasaba por la ciudad de Villa María. A la mañana del domingo 12 de abril, la comitiva encabezada por el científico europeo llegó a la capital provincial, donde se alojó en el Plaza Hotel. A su arribo, en el andén ferroviario, le dio la bienvenida una comisión conformada por autoridades universitarias, docentes y miembros de la Academia Nacional de Ciencias. Allí también lo saludó el ingeniero Texanos Pinto en nombre del Gobierno provincial por entonces liderado por Ramón J. Cárcano, quien había asumido el 17 de mayo de 1925.
Paseos, conferencia y regreso
Dos horas más tarde, desde el mismo hotel donde se alojaba el científico, partió una caravana de automóviles que lo llevaron a realizar un paseo serrano, tras el que llegó a la localidad de La Falda. Almorzaron en el Hotel Edén, más tarde regresaron por las cumbres chicas y Alta Gracia.
Luego de que en la noche anterior se brindara una cena de gala en su honor en el mismo hotel cordobés que lo alojaba, en la mañana del lunes comenzaron las actividades académicas. En el salón de actos del Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba le dieron la bienvenida académica. Luego de agradecer, dictó una conferencia acerca de su actitud ante la ciencia mundial en función de las nuevas teorías. Pasado ese evento regresó al hotel en cuyos salones le ofrecieron un almuerzo de despedida. Esa misma tarde se trasladó a la estación de trenes para descansar en el vagón especial que le había sido asignado para regresar a Buenos Aires a continuar con su nutrida agenda de compromisos.
Cuando Einstein arribó a nuestro país había hecho saber acerca de su interés por conocer las colonias judías de Entre Ríos, pero el sinnúmero de actividades con las cuales debió cumplir no le permitió visitar esos lugares. En la revista Todo es Historia, número 454, Alejandro Gangui y Eduardo Ortiz sostienen que «para su regreso de Córdoba a Buenos Aires eligió hacer un viaje diurno, partiendo de Córdoba a las 6.45 de la mañana del martes 14 para, por lo menos, poder ver el sur de esa provincia y parte de Santa Fe».
Así también lo testimonian las notas de la prensa cordobesa que realizó gran cobertura de las actividades del científico.
Es decir que a media mañana del martes 14 de abril de 1925 el científico alemán volvió a pasar por nuestra ciudad. Quizás depositó una mirada en esta región que para él debe haber sido una más que visitó, pero saber de su paso quizás pueda inspirar a algún joven que se interese por el estudio de las ciencias, que leyendo algunos de sus libros en la Biblioteca Mariano Moreno levante la vista y diga ‘esos rieles fueron pisados por el tren que llevaba a Einstein’.