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Alertas con el «cuento del tío», siguen llamando por teléfono

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Alertas con el «cuento del tío», siguen llamando por teléfono
El momento más deseado de los delincuentes: tendida la trampa se llevan el dinero que le entrega la víctima

En un solo edificio de Villa María hubo cuatro intentos de engañar a personas mayores para apoderarse del dinero. Hubo denuncias, pero la Policía no informó

El momento más deseado de los delincuentes: tendida la trampa se llevan el dinero que le entrega la víctima

El jueves 9 de marzo dimos cuenta del engaño sufrido por una mujer de 84 años, residente en barrio Santa Ana de Villa María, que entregó una importante suma de dinero creyendo que el destinatario era un familiar muy estimado.

En la crónica, publicada hace menos de 60 días, indicamos que no era el único caso registrado por entonces.

En el episodio concreto, la octogenaria recibió un llamado telefónico mediante el cual le encomendaban “juntar toda la plata que hay en la casa”, porque así lo requería su amado nieto, quien estaba a punto de concretar una operación comercial. Lo hizo y enseguida pasaron a recoger la importante suma de dinero. Transcurrieron pocos minutos hasta que se comunicó con un familiar y entendió que había sido engañada, estafada, robada…

La misma modalidad de “cuento del tío” intentó replicarse por cuatro veces en las últimas horas con otros tantos vecinos que residen solos en departamentos ubicados en la misma torre de los monoblocks que se erigen frente al Balneario.

En los cuatro casos, los malvivientes conocían sus nombres y el de integrantes de sus familias. A uno de ellos, los desconocidos llegaron a citarle en nombre de sus cuatro hijos, radicados en la ciudad de Buenos Aires.

 

Los casos

El martes último telefonearon a una señora de 73 años a quien se dirigieron por su nombre: “Soy tu hija G., tu hija mayor, necesito que juntes todo el dinero, porque estoy en el banco y me salió una buena oportunidad para hacer una operación financiera”, le ordenaron.

La mujer hizo lo que le pidieron, pero tuvo una única duda: Su hija G. no es la mayor. Con el dinero preparado, hizo una llamada para asegurarse y enseguida comprendió que estaba ante un engaño. Puso todos los cerrojos y se quedó a la espera de sus hijos.

En el departamento ubicado enfrente al suyo, su vecina, algo mayor que ella, pasó por la misma situación. Y cuando llamó a su hija para avisarle que ya tenía todo el dinero, ésta le respondió: “¿Pero mamá, de qué banco me estás hablando, si yo estoy en el colegio dando clases?”.

Cuando quiso llamar a la Policía, los agentes ya estaban allí, porque habían sido convocados por su vecina. “Es muy posible que los delincuentes vieron llegar los patrulleros y no aparecieron, porque hubo un despliegue muy grande de móviles y de uniformados”, dijo una fuente vecinal a EL DIARIO.

Ya en el edificio y ante una serie de averiguaciones que realizaron los agentes, conocieron los otros dos casos, entre los que se cuenta el “del hombre que tiene a sus cuatro hijos radicados en Buenos Aires, a quien la voz al otro lado del teléfono le dio los nombres de cada uno de ellos”.

El cuarto caso es el de otro hombre, también mayor y jubilado, quien “sin saber que estaba siendo estudiado para un posible robo, brindó detalles del día y el banco en el que va a cobrar sus haberes”.

De los casos no trascendió información oficial, pero los vecinos lo reportaron a este medio, “buscando prevenir a la comunidad”, según dijeron.

 

También en la zona

El engaño, sin embargo, no es único de Villa María, sino que también se ha multiplicado en distintos lugares de la región, tal como ocurrió hace pocos días en Alto Alegre, donde una anciana fue despojada de sus ahorros, tal como lo informó este medio en su edición de la víspera.

En este caso el “cuento del tío” tuvo una variante: no se le exigió a la víctima que se trasladara con una suma de dinero a un determinado lugar porque así lo demandaba un familiar, sino que la trampa apuntó a convencer a una mujer de 71 años a que debía cambiar los billetes que guardaba porque estaban a punto de perder validez.

En la mencionada localidad, nadie advirtió a la septuagenaria que se trataba de un “cuento del tío” y los cacos se llevaron 40 mil pesos que tenía en su casa.