Los cordobeses se concentraron en la tradicional esquina de San Juan y Vélez Sarsfield y luego marcharon hacia los Tribunales Federales con pañuelos blancos en el cuello y pancartas
Una multitud se hizo presente ayer en la plaza Agustín Tosco de la ciudad de Córdoba para repudiar el fallo de la Corte Suprema de Justicia que posibilitó la aplicación del beneficio del 2×1 a algunos represores condenados por delitos de lesa humanidad y luego marchó hacia los Tribunales Federales.
Militantes de organismos de derechos humanos, funcionarios judiciales (entre ellos, fiscales federales), dirigentes políticos, sindicalistas, personalidades destacadas de la cultura, trabajadores y estudiantes recorrieron las calles céntricas de la capital provincial para expresar su rechazo a la polémica norma legal.
Previo a ello, la plaza Agustín Tosco, ubicada en la tradicional esquina de bulevar San Juan y avenida Vélez Sarsfield (frente al shopping Patio Olmos) fue el punto de encuentro de la masiva concentración popular para repudiar el fallo de la Corte que, hace una semana, habilitó la aplicación del 2×1 a Luis Muiña, condenado por graves delitos cometidos durante la dictadura.
Los organizadores de la marcha informaron que se movilizaron unas 120 mil personas y describieron que, una hora después del inicio de la concentración, la columna se extendía desde la explaza Vélez Sarsfield hasta la plaza España.
Miles de personas con pañuelos blancos en el cuello, pancartas y consignas contrarias al fallo dejaron en claro su oposición a la aplicación del beneficio jurídico para personas que participaron en la represión durante la dictadura cívico-militar instaurada en la Argentina entre 1976 y 1983.
Schiaretti, en contra
En tanto, el gobernador Juan Schiaretti reiteró ayer su oposición a lo resuelto por la Corte Suprema.
“Coincido con las posiciones que tuvieron (el cordobés Juan Carlos) Maqueda y (Ricardo) Lorenzetti en la votación. El fallo de la Corte no es bueno, pero el Congreso le encontró una solución”, dijo el mandatario provincial.
Schiaretti cuestionó el fallo y se pronunció en favor de la lucha de los organismos de derechos humanos. “Sería muy malo permitir que los crímenes de lesa humanidad permanezcan impunes. Los argentinos rechazamos el terrorismo de Estado”, remarcó.
El gobernador también valoró la decisión de varios de sus funcionarios de participar en Córdoba de la marcha en contra del fallo de la Corte. “Funcionarios provinciales marcharon en contra de este fallo. La sociedad civil y la sociedad política en su conjunto han reaccionado para encontrarle una solución a este fallo”, manifestó Schiaretti.
En la marcha de la víspera hubo una columna del peronismo provincial que encabezaron el vicegobernador Martín Llaryora; la secretaria de Equidad y Promoción de Empleo, Alejandra Vigo; el ministro de Justicia y DD.HH., Luis Angulo: el ministro de Inversión y Financiamiento, Ricardo Sosa, y los legisladores Carlos Gutiérrez y Oscar González, entre otros funcionarios provinciales.
Caserio, arrepentido
Por su parte, el senador nacional Carlos Caserio (PJ) fustigó en duros términos a los dos nuevos jueces de la Corte Suprema, Carlos Ronsenkratz y Horacio Rossatti, que junto a Elena Highton de Nolasco votaron a favor de la ley del 2×1.
En su mensaje en la Cámara de Senadores, que ayer aprobó por unanimidad el proyecto de ley para limitar la aplicación de la ya derogada Ley 24.390 del 2×1, Caserio aseguró: “Estoy profundamente arrepentido por haber votado a estos dos jueces (Ronsenkratz y Rossatti). Eran personas que tenían muchos títulos, pero ahora demostraron que no tienen sentido común”, fustigó el senador y presidente del PJ cordobés.
Caserio fue uno de los senadores que votó a favor de ambos magistrados, propuestos el año pasado por el Poder Ejecutivo. “Quiero decir que estos jueces no son ingenuos y que sabían lo que iba a pasar. Me siento responsable por haberlos votado, pese a que fueron propuestos por el Ejecutivo”, remarcó el legislador.
Sobre el final de su discurso, Caserio valoró la actuación del Congreso nacional: “Más allá de las diferencias políticas que podamos tener, demostramos que podemos trabajar juntos para que ningún genocida pueda andar suelto por las calles”, concluyó.